Un primer aspecto que debes conocer se basa en que no en todos los escenarios la rentabilidad será la misma. Sino que por el contrario, no te quedará más remedio que buscar el mejor retorno posible. No en vano, no es lo mismo operar a corto que a largo plazo. Sus mecánicas sustancialmente diferentes y hasta el punto que te exigirá una línea de actuaciones completamente diferenciada. Y como no podía ser menos, hasta una selección de valores que cumplen con unas características muy bien definidas en cada uno de los plazos. Será el mejor planteamiento para acertar en tus decisiones a partir de estos momentos.
De cualquier manera, no te quedará otra solución que definir una estrategia previamente ya que de ello dependerá la elección de los plazos de permanencia, los valores que conformen tu cartera de inversión y hasta el modelo de análisis para entrar en los mercados financieros. Muchas variables, en definitiva, que dependerán de los años a los que estén destinadas tus inversiones en la renta variable. Porque en efecto, tal y como vas a poder constatar a partir de ahora, cada plazo requiere de su propia mecánica en la inversión.
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Plazos cortos: rápidos beneficios
Por otra parte, es cierto que asumes más riesgos en las operaciones debido a que es más frecuente a que te puedas quedar enganchado en un valor o una cesta de acciones. Es por este motivo por el que debes ser mucho más cuidadoso en la selección de los activos financieros. Y plantear una estrategia en la inversión mucho más planificada que a través de otros plazos más duraderos. Porque tratarás de conseguir plusvalías muy rápidas, quizás en un par de días. Y cualquier error puede crearte más de un problema a partir de esos momentos.
De todas formas, aún dispones de un plazo más diligente, como es en las operaciones denominadas a plazo ultracorto. Consisten en operaciones realizadas que no superan la semana entre la fecha de compra y venta. Aunque generalmente, sus vencimientos se acortan aún más en el calendario. Para operar en estos plazos tan cortos, no te quedará más remedio que contar con un mayor grado de aprendizaje en esta clase de operaciones tan especiales y a la vez atípicas.
Siguiente fase: el plazo medio
Las operaciones bursátiles de medio plazo, por otra parte, se desarrollan en un plazo superior a los cuatro o cinco meses y un tope máximo que alcanza entre uno a tres años. Variará sensiblemente tu estrategia en los mercados de renta variable. Hasta el punto buscar en el radar a una serie de valores más sólidos. Y dejarte de los especulativos que tan bien et habían venido para las operaciones más cortas. Además, dispondrás de una mayor amortización al contar con más meses para logra tus principales objetivos. Tienes mucho tiempo por delante, incluso para soportar alguna tendencia bajista por el camino.
Con respecto a las operaciones a medio plazo implica que tengas que tener menos experiencia en el uso de las herramientas para realizar las operaciones. No en vano, dispones un colchón mucho más importante a través de los meses que tienes por delante para optimizar todas las operaciones que realices en la renta variable. Sea nacional o a través de fuere de nuestras fronteras. Tendrás mucha más flexibilidad para imponer tus condiciones.
Esta modalidad, por otra parte, tiene la gran ventaja de que no es necesario estar pendiente de la evolución del mercado. Por supuesto que no durante todo el periodo, aunque en cualquier momento es muy conveniente que estés informado sobre la evolución de tus propuestas bursátiles. Al menos unas cuantas veces al mes con el objetivo de estar pendientes de algún hecho reseñable que pudiese afectar al precio de las acciones. Incluso con la meta de replantarte nuevas estrategias como consecuencia de los cambios que se vayan generando en los mercados de renta variable. También de la evolución de las economía nacional e internacional.
Los plazos más largos de permanencia
En estos plazos tan duraderos no es tan necesaria la experiencia para operar con los valores. Porque en efecto, son muchos los años que tienen que pasar para que puedas conseguir tus objetivos más deseados. Esta selección en tu certera de valores debe ir encaminada a entrar en valores que estén sólidamente implantados. Tampoco deberás seguirlos con menos frecuencia ya que te permitirá que puedas estar menos conectado con las plazas bursátiles. Para que de esta forma, tengas una vida más tranquila en lo que respecta al mundo de la inversión.
Proteger tus inversiones en bolsa
En función del plazo elegido la estrategia será diferente, y en este sentido hay algunos plazos de permanencia que siempre serán más proclives para proteger tus aportaciones monetarias. Como por ejemplo, en las destinadas a corto plazo. Por medio de la orden de limitación de pérdidas, las comúnmente llamadas stop loss para limitar las posibles pérdidas que pueda desarrollar a partir de estos momentos. Es el medio adecuado para operar con estas órdenes de compra y venta. Con la ventaja que puedes formalizarlo cómodamente desde tu casa a través de la banca online.
Son órdenes de una enorme rapidez que se adaptarán mejor a estos periodos de permanencia. Desde este escenario general, podrás modificar una operación más realizada o que pueda entrar en una tendencia no deseada. De alcista a bajista en muy corto espacio de tiempo. Algo que por otra parte no es rentable en otra clase de operaciones con vencimientos a plazos superiores. Tanto que no puedes olvidarlo si tu intención es abrir posiciones en los mercados financieros a partir de estas semanas.
Necesidad de plantearse un objetivo
En todos los plazos es necesario definir adecuadamente unos objetivos que habrá que cumplirlos disciplinadamente. No en vano, son los que determinarán que tu operación sea más o menos rentable. Por otra parte, no debes olvidar que puedas definir la rentabilidad de tus operaciones en bolsa. Por medio de un precio objetivo que puedas dar a los valores que conformen tu cartera de valores.
En cualquier caso, y para proteger tus movimientos no deberás invertir en la bolsa más dinero del necesario. En torno 35 % sobre el capital disponible para esta clase de operaciones, aunque dependerá de cual sea el plazo que selecciones al final. Aunque en todos los casos sea aquel importe que no vayas a necesitar durante el periodo de tiempo al que vaya dirigida la inversión. Con pequeñas diferencias entre los valores que sean objeto de tus operaciones en los mercados financieros.
Un valor en cada plazo
Y por otra parte, están los valores que necesitan de más reposo o lo que es lo mismo, más tiempo para conseguir los precios estimados. En este caso en concreto, se configuraría de valores de corte defensivo, como por ejemplo los procedentes de algunos sectores estratégicos: bancos, eléctricas, seguros o autopistas. En cualquiera de los casos estos plazos se pueden modificar en función de la evolución en la cotización de los mismos. De hecho, no puedes olvidar que a medida que el plazo de inversión sea menor más necesitará un activo financiero más flexible y una mayor atención por tu parte. Es el aval que te planteará esta clase de operaciones tan bien definidas.
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