¿Cómo conformar una inversión a largo plazo?

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Una de las alternativas que quienes para canalizar tus inversiones es a través de largo plazo. No obstante, una duda que se plantea con cierta frecuencia es lo que se entiende por este plazo de permanencia. Pues bien, a modo general puede considerares que es una inversión a largo plazo cuando las posiciones están destinadas para un mínimo de dos o tres años. Pero sin ningún límite en cuanto a los vencimientos ya que puedes elegir cualquier plazo. Incluso eternizándola como una forma para crear una bolsa de ahorro de cara a ti jubilación.

Esta clase de inversiones están destinadas a unos usuarios muy bien definidos. Son personas con  un perfil muy defensivo y en donde prima la seguridad por encima del riesgo. Coincide con buena parte de los inversores de mayor edad que desean rentabilizar sus ahorros por medio de estas propuestas en la renta variable. En cualquier caso, no está dirigido a operaciones de carácter especulativo o que requieren de mayor flexibilidad para ordenar las compras y ventas en los mercados financieros. No en vano, es una de sus principales señas de identidad.

Las operaciones a largo no exigen nada en especial, a diferencia de las operaciones dirigidas al más corto plazo. Precisamente por este motivo es por lo que no se excluyen a ninguna clase de pequeños y medianos inversores. Todos pueden tomar posiciones en estos plazos tan longevos. En donde lo que buscan es dar una salida a sus aportaciones económicas para conseguir su máximo rendimiento. Además, al ampliarse los plazos, permite que los retornos de los ahorros sean mucho más atractivos que si destinan al corto o incluso medio plazo.

Largo plazo, ¿por qué elegirlo?

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Uno de los motivos más relevantes por el que puedes decantarte por este modelo en la inversión es porque puede aportarte una mayor seguridad en las operaciones desarrolladas. Porque en efecto, dispones del tiempo necesario para recuperar las posiciones si por cualquier circunstancia la evolución de las acciones no se comportan tal y como esperabas desde un principio. Como consecuencia de esta importante característica no te sentirás obligado a cumplir con unos plazos. Sino que por el contrario podrás tener mucha más paciencia que en otras situaciones y escenarios. Será una de invertir tu dinero de una manera más relajada que otras.

Estas operaciones también se caracterizan porque a través del tiempo en que duran sus posiciones podrás variarlas a tu propio gusto. Es decir, realizar nuevas recompras o por medio de ventas parciales o totales. Con un objetivo muy claro y que no es otro adecuarte a los nuevos escenarios en la renta variable que pueden presentarse. Tanto en los movimientos alcistas y bajistas en los mercados financieros. Para que de esta forma, las recompensas sean mayores cuando decidas finiquitar tus posiciones en los mercados financieros.

Capital para estas operaciones

Otro de las cuestiones que debes plantearte es el importe que debes dar a las operaciones de compra de acciones. En este sentido, no hay muchas diferencias con respecto a las operaciones a corto y medio plazo. Aunque con una puntualización muy relevante y que tiene que ver con la previsión. Se refiere con la obligación que tienes para prever los gastos que deberás afrontar en los próximos años. Entre ellos, las obligaciones fiscales, el colegio de los niños, las facturas domesticas o el presupuesto para realizar los viajes de las vacaciones.

Desde este escenario, el importe que tendrás que aportar a estas inversiones es muy flexible. En función de los ahorros acumulados y del presupuesto que tengas asignado para los próximos ejercicios. En cualquier caso, no tendrás más remedio que dejar algo o bastante de liquidez en tu cuenta corriente. Para ser previsor ante cualquier cosa que pueda pasarte a partir de estos momentos. De cualquier forma, esta una decisión muy personal que deberás meditar con cierta calma. Pero sobre todo a través de tu calculadora para poner de manifiesto cual es el importe qye finalmente puedes destinar para la inversión en la bolsa.

¿Cuáles son los mejores valores?

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Este es otro de los aspectos de mayor interés para los inversores especializados en el largo plazo. Porque no todos son los más adecuados. Ni mucho menos tal y como podrás imaginar. Hasta el punto que deberán ser unos valores bursátiles y con unas características muy claramente definidas. Será muy importante que no cuenten con una gran volatilidad en la cotización de sus precios. Sino más bien lo contrario, y que presenten pocas diferencias entre sus precios máximos y mínimos. Para que de esta manera no te lleves una sorpresa realmente negativa y que puede generar que se deprecie tu cartera de inversión.

Una vez aplicados estos importantes filtros en la selección, el siguiente paso consistirá en detectar unas propuestas en los mercados que sean estables. Para que así, estés en la mejor de las condiciones para conseguir un rendimiento fijo todos los años. Aunque desde luego que no esperes porcentajes muy importantes. Para eso están otros valores que mejor se comportan en los plazos de permanencia más cortos. También te serán muy favorables los valores que sean muy líquidos y que cuenten con la confianza de los mercados financieros.

Una buena decisión será decantarte por los representantes del sector eléctrico. Ofrecen mayor seguridad que otros no menos relevantes. Además, son muy propicios para desarrollar esta clase de operaciones. En donde no esperes revalorizaciones espectaculares, pero en cambio pueden servirte para configurar una bolsa de ahorro más potente para tres, cuatro o cinco años. Otro de los segmentos de la renta variable que puede ser muy útil para impulsar esta estrategia en la inversión es el que se refiere a la alimentación. Porque incluso se comporta mejor en los escenarios más adversos para la renta variable. Tanto en los mercados financieros nacionales, como fuera de nuestras fronteras.

Alta rentabilidad por dividendo

Tampoco puedes olvidar en la elección de esta cartera a los valores que cuentan con un excelente rendimiento por dividendo. Porque de esta forma, podrás asegurarte un retorno fijo y garantizado todos los años de hasta el 8 %. Mucho más rentable que los productos bancarios (depósitos a plazo, pagarés de empresa o bonos corporativos). En cuyos casos, en estos momentos no te reportan más del 1,5 %. Pues bien, esta es una estrategia muy práctica para dotarte de liquidez todos los años, pero sin olvidarte de la renta variable.

Tienes la gran ventaja de que tienes mucho en donde elegir. De todos los sectores y bajo todas las características. Para que de esta manera, puedas tomar la decisión más eficaz para defender tus intereses como pequeño y mediano inversor. Todo ello, independientemente de cuál sea la evolución de las acciones en los mercados financieros. Porque en efecto, tendrás dos vías para incrementar tu capital a partir de estos momentos. Y muy especialmente su tus posiciones van dirigidas a estos plazos tan amplios. Incluso para destinarlo para cuando llegue el momento de la jubilación.

¿Qué estrategias puedes utilizar?

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En cualquier caso, dispones de varias líneas de actuaciones para la inversión al más largo plazo. Una de ellas consiste en ir dejando que se vayan acumulando las ganancias. Como por otra parte ocurre con los denominados valores hucha. En donde su valor se va apreciando poco a poco y sin unas diferencias realmente sustanciales. Otra de las estrategias que puedes emplear en esta clase de plazos es plantearte un vencimiento, sea cual fuese, y despreocuparte de lo que pueda pasar a tu propuesta en la renta variable. Aunque para ello no tendrás otra solución que elegir un valor que sea muy estable.

Por otra parte, tampoco puede faltar en tus operaciones optar por los valores más defensivos de los mercados financieros. No te darán muchas sorpresas y tendrás muchas probabilidades de que su vencimiento las plusvalías se hayan instalado en tu cuenta de resultados. Se trata de unas compañías que están dominadas por movimientos muy cortos en casi todas las sesiones bursátiles. Y que generalmente están representadas por las compañías de pequeña y mediana capitalización. Desde luego que no las tendrás que buscar en entre los blue chips ni tan siquiera en los valores más relevantes de la bolsa, tanto nacional como internacional.

Otra aportación que te ofrecen los mercados financieros es que podrás diversificar tus posiciones en la bolsa. A través de la combinación con otros activo financieros y de diversa naturaleza. Entre los que destacan los metales preciosos, materias primas y otras alternativas más originales. El riesgo es sensiblemente mayor, pero a cambio de elevar los retornos que puedas obtener sobre el capital invertido. En cualquier caso, deberás tener un mayor control sobre tus posiciones para prevenir cualquier escenario no deseado.

Porque en efecto, puedes destinar parte de tu dinero al largo plazo y la otra parte restantes a operaciones más flexibles. No necesariamente vinculadas con la renta variable. Sino que por el contrario, puedes optar por otros modelos alternativos. Se trata de una estrategia en la inversión muy particular que mezcla varios modelos en la gestión. Bajo unas proporciones que estarán definidas en función de tus posibilidades económicas. Pero también por el perfil de pequeño inversor que presentes en un momento dado. De esta manera, podrás ampliar tus metas sin dejar de lado las operaciones más largas en cuanto a su vencimiento. En cualquier caso, será de las actuaciones más originales por las que te podrás decantar a partir de estos momentos.


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