Se tratan de modelos de inversión que están pensados en un perfil de inversor muy bien definido, y que van desde los más conservadores a los más agresivos, pasando lógicamente por los niveles intermedios. Todas estas alternativas son recogidos en sus propuestas, y que cuentan con un denominador común en todos ellos, que es su relación con los mercados de renta variable. Aunque desde mecanismos y diseños completamente diferentes, algunos hasta divergentes. Y que pueden ser contratados en función de las necesidades reales de los clientes.
De cualquier forma, ya no es necesario que compres acciones para acudir a la bolsa. Desde hace varios años han aparecido nuevos formatos que han ganado la predilección de los usuarios. Unos ciertamente más sencillos, aunque la mayoría se caracteriza por la complejidad de sus operaciones. Y en donde solamente los inversores con mayor experiencia podrán acceder a ellos con mayores garantías. Conviene que los conozcas, por si a partir de estos momentos te ves en la necesidad de suscribirlos para incrementar el patrimonio. O directamente como alternativa a la bolsa tradicional.
Índice
Depósitos vinculados a la bolsa
Se parte de una rentabilidad fija y garantizada, aunque mínima, que raramente excede del 1%. Y que está combinada con una cesta de acciones o índices bursátiles que son los pueden mejorar los márgenes comerciales de las imposiciones. Siempre que se cumplan con los objetivos planteados en su cotización. No en todos los casos serán fáciles de cumplimentar, y hasta pueda que sean demasiado exigentes, y por lo tanto irrealizables. Conviene que no lo olvides antes de formalizarlos.
Este modelo mixto propicia que los ahorros estén garantizados desde el principio, y que el inversor no tenga que asumir ningún riesgo durante su plazo de permanencia. Ante la falta de rendimiento de estos productos destinados para el ahorro, no es de extrañar que una buena parte de las entidades bancarias hayan optado por ofrecer a sus clientes estos depósitos tan especiales. Con diferentes propuestas que podrán ser valorados para finalmente contratarlos o no. Serás tu mismo quien tengas la decisión, a partir de los modelos presentados a través de esta oferta.
Incorporan plazos de permanencia, no excesivamente cortos, ni tampoco muy densos. Entre 12 y 36 meses, el espacio de tiempo necesario como para que el activo financiero pueda revalorizarse en los mercados financieros conforme a los requerimientos emitidos desde los bancos.
Aunque eso sí, tendrás inmovilizado los ahorros durante el período pactado. Con aportaciones mínimas muy asequibles para todos los ahorradores, que pueden suscribirlos desde únicamente 1.000 euros. Y por supuesto, tal y como es habitual en estos productos, sin comisiones, ni otros gastos administrativos o derivados de su gestión.
De esta forma, podrás posicionarte en la renta variable, aunque sin contraer ningún riesgo, como ya te hemos comentado en este artículo, disponiendo del capital a su vencimiento. Aunque por el contrario, no podrás rentabilizar en toda su intensidad los movimientos alcistas de los mercados. Solamente una parte de ella, muy pequeña. Es el peaje que tendrás que pagar por la garantía que te reportan estas imposiciones a plazo.
ETF, un producto en ascenso
Estas alternativas tienen la ventaja que puedes decantarte por cualquier mercado bursátil, da lo mismo que sea nacional o se encuentre fuera de nuestras fronteras. Y que posibilita que puedas realizar la operación a través de una cartera de inversión perfectamente diseñada. Integrada por acciones, sectores o índices bursátiles de casi cualquier parte del mundo. No hay restricciones en sus planteamientos, incluso algunos de ellos desde escenarios muy originales e innovadores.
No obstante, son más recomendados para períodos más amplios de permanencia, tal y como ocurre con los fondos de inversión, al medio y largo plazo. Y que te permitirán, en cualquier momento, confeccionar una bolsa de ahorro individualizada para los próximos años. Incluso combinándola con activos financieros procedentes de la renta fija, si este es tu deseo. Con una oferta muy potente que te ofrecen los intermediarios financieros en estos momentos. Y puedas suscribirlos desde tu banco de siempre.
Fondos de inversión como alternativas
Uno de los productos más populares, y en donde son muchos los ahorradores que confían sus aportaciones económicas, tras la rebaja de intereses en los depósitos. Pues bien, a través de ellos puede invertirse fácilmente en la bolsa. Son muchos los diseños que se han confeccionado bajo esta premisa. A través de carteras de inversión flexibles, diversificadas, y hasta con protección de divisa. Pueden seleccionarse en función de los valores, o de los índices bursátiles. Prácticamente toda la renta variable está representada por medio de los fondos de inversión de estas características.
Te permiten, que en vez de seleccionar un solo valor, lo hagas a través de una cartera de los mismos, y que esté debidamente confeccionada por las más importantes gestoras de todo el mundo. Un verdadero problema el que tienes para decantarte por un fondo de tus preferencias. No en vano, la oferta que te ofrecen estos productos financieros es una de las más amplias que están destinadas a la inversión. Desde bolsa nacional hasta emergentes, incluso de países muy remotos, o hasta de empresas con dividendos. No queda nada para la improvisación.
Además, cuentan con la gran ventaja que puedes traspasarlos a otros fondos de inversión en cualquier momento. Sin ningún gasto, ni tampoco comisiones, con lo que afrontarás esta operación con una enorme preferencia. Estos movimientos sirven fundamentalmente para actualizar tu cartera ante los cambios en los ciclos económicos, o sencillamente por la pésima evolución de tus fondos actuales. Siendo, en cualquier caso, un producto financiero muy sencillo de contratar, y que está abierto a toda clase de ahorradores. Desde los más defensivos a los más agresivos, sin limitaciones en su perfil.
Warrants, con mayor riesgo
Y que incluso dan lugar a que puedas apostar por un valor a la baja, aprovechando la tendencia bajista de los mercados financieros. De todas formas, si todavía no has operado con estos productos tan especiales, será muy aconsejable que no lo hagas ahora. Los resultados podrían ser no los esperados, y hasta que cierres la operación con un alto nivel de minusvalías.
Estas operaciones puedes realizarlas desde cualquier entidad bancaria, y con unas tarifas en sus comisiones que se mueven bajo una acusada divergencia. A pesar de todo, las revalorizaciones que puedas generar son más altas que en las bolsas, y por supuesto, que en los depósitos vinculados con otros activos financieros. Y en donde la prudencia y la protección de tus ahorros serán las principales pautas de comportamiento por las que deberán guiarse estas operaciones más complicadas desde todos los aspectos.
Ventas a crédito
Es otro de los productos vinculados con la bolsa y que se configura como otras de las alternativas. Pero al igual que el anterior modelo de inversión, muy propenso al riesgo, o hasta quizás más. No en vano, estarás formalizando las operaciones bajo financiación. Y en movimientos a la baja, lo que agrava aún más su peligrosidad. Solamente te hará falta plantearte si realmente te compensa esta clase de operaciones en los mercados financieros.
Solamente a través de un aprendizaje de muchos años te dará la pauta para canalizar los ahorros por medio de este singular modelo que te presentan desde la renta variable. Incluso necesites asistir a un curso de perfeccionamiento en los warrants. Y que con frecuencia se encargan de realizar bancos, plataformas financieras y entidades privadas vinculadas con el mundo de la inversión.
Solamente a través de las aptitudes adquiridas estarás en disposición de tomar posiciones en uno de los productos financieros más sofisticados que puedes encontrarte en los actuales momentos. Y que en cualquier caso, generan una notable oferta en sus comisiones que te ayudarán a ahorrar bastante dinero todos los años. Aunque los warrants que están habilitados para contratarse no supera la oferta de los otros diseños para la inversión (fondos, bolsa, ETF, etc.). Solamente tu grado para asimilar el riesgo de las operaciones será el que finalmente dictamine la conveniencia o no de realizar sus operaciones.
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