Deuda pública en España

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Uno de los temores por parte de los pequeños y medianos inversores en estos momentos es que la deuda pública sea muy elevada y pueda lastrar la evolución de los mercados de renta variable en lo que respecta a los principales índices de referencia nacionales. Este es uno de los temas que en los últimos meses está propiciando que la compra y venta de acciones por parte de los minoristas. Por este motivo, cada vez es más frecuente que se recabe información sobre el escenario real de la deuda pública en nuestro país. No en vano, en cierta formar será el detonante de la evolución de los mercados bursátiles.

Antes de nada, hay que explicar que la deuda pública o sencillamente la deuda soberana a secas se constituye sobre todo en  el conjunto de deudas que mantiene un estado frente a los particulares u otros países. Es decir, son los activos financieros que deben ante terceros y que pueden  constituir o no la riqueza de un país o zona económica. No en vano, no se puede olvidar que se constituye una forma de obtener recursos financieros por el estado o cualquier poder público materializado normalmente mediante emisiones de títulos de valores o bonos.

En este sentido, por lo que respecta a España, en el pasado mes de diciembre de 2018 la deuda pública ha crecido en 8.248 millones de euros respecto a octubre, de forma que ha pasado de 1.160.976 millones a 1.169.224 millones. Así pues, la deuda pública en este periodo analizado ha sido del 96,96 % del PIB y la deuda per capita, que ha descendido este mes, ha sido de 24.882 euros. Si la comparamos con la de noviembre de 2017, vemos que en el último año, la deuda ha crecido en tono a 600 euros por habitante.

Deuda pública en España

Por otra parte, la deuda pública en nuestro país ha crecido en el tercer trimestre de 2018 en 11.736 millones de euros y se sitúa en 1.175.704 millones de euros. Esta cifra supone que la deuda alcanzó el 98,3 % del Producto Interior Bruto (PIB) en España, mientras que en el trimestre anterior, segundo trimestre de 2018, fue del 98,1 %. Por tanto, si comparamos la deuda en España en el tercer trimestre de 2018 con la del mismo trimestre de 2017 vemos que la deuda anual se ha incrementado en 42.327 millones de euros.

Todos estos importantes son analizados con mucho detalle por parte de los inversores para determinar si es o no el momento más oportuno para entrar en los mercados de renta variable nacionales. Es un parámetro muy fiable que puede ayudarte a que tomes la mejor decisión en cualquiera de los escenarios coyunturales en la economía española. Hasta el punto de podemos apoyarnos en el para elaborar una estrategia en la inversión muy bien definida para conseguir el éxito en las operaciones en los mercados de renta variable.

¿Cómo interpretar estos datos?

Es muy interesante analizar este parámetro económico con el objetivo de tomar alguna estrategia para desarrollar las inversiones. En este sentido, será de gran utilidad fijarse en el plazo al que va dirigido la inversión y el capital que se pueda invertir este año. Por ello es aconsejable que el pequeño inversor acuda a otra serie de sencillas y útiles pautas para que su inversión se desarrolle de forma satisfactoria a sus intereses.

Para el corto plazo se deben seleccionar valores de corte especulativo y que tengan un margen de fluctuación muy amplio. Es decir, que sean altamente volátiles entre la cotización máxima y mínima de la sesión. Esta estrategia no es recomendable para un año de incertidumbres como el que puede suceder en este ejercicio en curso y por lo cual habría que esperar que llegase otro año más favorable para los intereses de los mercados de renta variable.

Periodos de permanencia más largos

plazos

Para el medio o largo plazo se deben elegir compañías con buenos ratios de gestión, y que generalmente su oscilación bursátil no sea muy elevada. Cuentan por otra parte con la ventaja adicional de que retribuyen al accionista con el pago de dividendos anuales. Sería la mejor opción para tomar contacto con la renta variable este año, por su relación riesgo-rentabilidad. Con una rentabilidad media en estos momento por parte de la bolsa española que está cerca del 5 %. Además, es una forma muy original para conformar una cartera de renta fija dentro de la variable. Eso sí, independientemente de cómo coticen las acciones en los mercados financieros.

Normalmente cuando hablamos de deuda nos referimos a la pública. En el tercer trimestre del año en España, la deuda española estaba en 1,17 billones de euros, un 98,30 % del PIB. De esa deuda, 961.998 millones correspondía al Estado y el resto a otras administraciones. Por otro lado, también las empresas se endeudan fuera de nuestras fronteras.  De la citada deuda del Estado español, el 44,76 % estaba en manos de extranjeros, 430.573 millones. Pero esta deuda externa no es la única, también las empresas se endeudan con el exterior.

De acuerdo con el Banco de España, si tenemos en cuenta el total de la deuda externa esta asciende a 2,004 billones de euros, el 167 % del PIB. Pero como las empresas españolas invierten en el extranjero el saldo neto de esa deuda (lo que debemos menos lo que nos deben) asciende a 965.000 millones de euros, el 80,6 % del PIB.

Rentabilizar las operaciones

En el momento en que empiezan a aparecer las plusvalías en las inversiones realizadas es normal que los ahorradores se planteen si es el momento adecuado de vender o por el contrario es mejor esperar a que los beneficios sean más abultados. Por este motivo es preciso confeccionar previamente una estrategia en la que estén delimitados los objetivos del inversor. Irán dirigidos en función de su perfil, los plazos a lo que va dirigido y el capital aportado, que serán los que dictaminen al final si el pequeño y mediano inversor se decide por una u otra alternativa bursátil. 

En situaciones de tendencia alcista lo más sensato es aguantar la inversión hasta conseguir mejores precios en su cotización. O por el contrario, hasta que aparezcan señales que indiquen la finalización de ese proceso. Si bien hay que indicar que se corre el riesgo de caer en situaciones extraordinarias que pueden hacer caer a un valor de forma notable con las consiguientes pérdidas en su cuenta de resultados. Hay que tener muy claro los objetivos que se persiguen en cada una de las inversiones realizadas a partir de estos momentos.

Analizar los riesgos de la operación

riesgos

Por otra parte, es muy aconsejable elegir una fórmula que combine la ecuación entre seguridad y riesgo como estrategia para preservar las cantidades aportadas. En especial en aquellos períodos bajistas en donde es más fácil que las pequeñas plusvalías obtenidas se conviertan en pérdidas a las pocas sesiones bursátiles. Es decir, con la vuelta a los números rojos para el inversor, con la disyuntiva entonces de si vender con minusvalías o profundizar aún más en ellas. Es una de las situaciones más complejas por las que puede atravesar un inversor minorista. Más allá de otras consideraciones técnicas y hasta también desde el punto de vista de sus fundamentales.

Mientras que por el contrario, también la publicación de un buen dato sobre la deuda pública nacional puede servir para tomar posiciones en los mercados de renta variable de una forma mucho más agresiva de lo habitual. Esto es debido a que puede ser una señal muy positiva de cara al medio y largo plazo en la bolsa. Porque indica sobre todo la estabilización de la economía de un país o zona económica. Por otra parte, hay que indicar que es un dato que ofrece mucha confianza a los inversores para desarrollar sus inversiones con especial optimismo.

Cuidado con los rebotes

rebotes

En cualquier caso, siempre habrá que estar muy atentos a los rebotes que se puedan desarrollar. Porque al fin y al cabo pueden ser una trampa bajista que te puede costar muy caro a partir de estos precisos momentos.

No hay confianza y las manos fuertes de los mercados financieros tampoco están dispuestas a invertir. Es un escenario ideal para que tenga lugar un rebote. En una situación así encontrar motivos para el optimismo resulta complicado y es difícil que acuda el dinero a los parquets bursátiles. Los inversores claudican, las ventas persisten y domina la sensación de caída libre. La sobreventa dispone de unos porcentajes muy elevados, en algunos casos fuera de lo normal.

Es entonces, cuando por sorpresa, comienza este movimiento pasajero al alza que pilla con el paso cambiado a infinidad de ahorradores que no tienen confianza en la renta variable porque creen que las cotizaciones de los valores van a caer más en las próximas sesiones. La experiencia en la evolución de los mercados bursátiles demuestra que ni las subidas son ilimitadas ni las caídas indefinidas.

Irán dirigidos en función de su perfil, los plazos a lo que va dirigido y el capital aportado, que serán los que dictaminen al final si el pequeño y mediano inversor se decide por una u otra alternativa bursátil.Esto es debido a que puede ser una señal muy positiva de cara al medio y largo plazo en la bolsa-


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