Desde hace varios días, estamos con el corazón en vilo por la guerra que ha decidido iniciar Rusia sobre Ucrania. Es muy difícil para mi (un servidor) hablar sobre las implicaciones económicas que esto va a tener, solamente pensar en las vidas y pérdidas humanas que ahora mismo tienen lugar, se hace un nudo en el estómago. Sin embargo, y acorde a que la temática del blog es sobre economía y finanzas, voy a intentar explicar el impacto económico que puede derivarse.
Antes de comenzar, decir que muchas de las cosas que hoy están ocurriendo tienen su origen hace mucho tiempo. Desde la disolución de la antigua Unión Soviética, el protagonismo dentro de la esfera política mundial para Rusia ha perdido bastante peso. Algunos partícipes dentro de este conflicto es la preocupación rusa ante la expansión de la OTAN, y la posibilidad que veían desde Rusia en que Ucrania también llegara a formar parte. Al final, existen tantos matices que anticipar qué impacto real puede haber es algo incierto, entre otras porque las cosas cambian rápido. Por ejemplo, la última noticia, la de excluir a ciertos bancos rusos del sistema SWIFT mundial para impedir que puedan hacerse transacciones.
Sobre la economía de Rusia
La economía de Rusia es muy abierta, al contrario de lo que mucha gente cree. De hecho, el 46% de su PIB se basa en las exportaciones. Es uno de los principales exportadores del mundo en cuánto a petróleo y gas, que es cuarta y primera respectivamente. Rusia exporta el 43% de las exportaciones del gas mundiales, teniendo como destino principal Europa, la cual le compra algo más del 70% del gas que exporta el país.
¿Qué implicaciones pueden haber con el gas?
A pesar de la gran cantidad de gas que Europa importa de Rusia, este supone el 37% de las importaciones totales. Aún y así, para gran parte de Europa del Este y mayormente Alemania, el gas procedente de Rusia es imprescindible para mantener su ritmo de vida y economía. Un menor suministro de gas elevaría de entrada los precios, aumentando los costes de los hogares y de las empresas, lo que a su vez haría menos competitivas a muchas empresas, algunas de las cuáles ni les sería rentable continuar. Este fenómeno ya lo hemos podido en diferentes sectores durante el último año debido a la crisis energética.
¿Y con el petróleo?
Rusia, es junto con Arabia Saudí y Estados Unidos, uno de los mayores productores de petróleo del mundo. De hecho, produce diariamente 10’5 millones de barriles de petróleo diarios. En el mundo, se consumen unos 100 millones de barriles al día, lo que significa que Rusia produce el 10% de petróleo en todo el mundo.
Un déficit del 2, 3 o 4% mundialmente produciría un incremento sobre el precio del petróleo mucho mayor. Tal como pasó en 2008, donde los precios llegaron a 150$ el barril cuando hacía un año se encontraban entorno a los 70$. Si el déficit fuera mayor, el incremento del precio podría ser exageradamente más alto.
El efecto boomerang de las sanciones a Rusia
Uno de los objetivos que se persiguen al sancionar a Rusia es la de crearle una mayor crisis económica en respuesta a los ataques que Rusia ha dirigido a Ucrania. Sin embargo, el vínculo entre las exportaciones e importaciones entre Europa y Rusia son lo bastante considerables como para que sus efectos acaben golpeando incluso más la economía occidental. También con efectos a la economía estadounidense.
Anticipándose a este escenario, Moscú comenzó a vender el 15% de su producción de gas a China donde además, su presidente Xi Jinping, que se «mantiene de perfil» hacia lo que está sucediendo en Ucrania, se comprometió hace unas semanas a duplicar sus importaciones de gas ruso. Estas mayores adquisiciones las harían a través de la construcción de otro tubo subterráneo. De este modo, aseguraría el suministro de bienes estratégicos como el industrial y el tecnológico.
Más allá del Gas y el Petróleo, otras materias primas
Posiblemente a raíz del incremento del precio de la energía en Europa, la atención se dirige hacia el aumento del gas y el petróleo. Además de ser Rusia, como hemos dicho, uno de los mayores productores y exportadores. Pero no todo termina allí, existen muchos metales que el conflicto puede empujar sus precios al alza. Tanto el hierro, el aluminio, el níquel, o el paladio, del cual Rusia es el principal productor de este último y necesario para los automóviles, verían subir sus precios de manera considerable.
Trigo, maíz y aceite de girasol, aquí tanto Rusia como Ucrania son dos pesos pesados a nivel mundial. El conflicto junto con las sanciones, y la menor capacidad productiva a parte de la comercial, provocarían un alza sobre los precios de esta materias primas y los alimentos derivados de ellas. Esto es algo que afectaría casi a cualquier persona, porque todos tenemos que comer. Rusia es el cuarto mayor productor de trigo a nivel mundial, y Ucrania el séptimo. Entre ambos, suponen casi el 20% de la producción de trigo en todo el mundo.
En este tipo de mercados, como el de la alimentación, cuando la producción se estrecha sólo con que sea un 3 o 5%, el alza de precios puede llegar a duplicarse. Nadie deja de comer, y un déficit en la producción puede sacudir mucho este tipo de mercados. Esta es la razón por la que en el mercado de las materias primas se están viendo alzas tan grandes, e incluso este día 24 de febrero los precios tuvieron picos muy altos (de doble dígito) en una sola jornada.
Otro mercado importante es el de los fertilizantes. Rusia es de los mayores productores de Potasio, y los fertilizantes potásicos ya llevan meses encontrando un alza en sus precios. Junto con Ucrania, este conflicto no hará más que encarecer los fertilizantes, los cuáles se van a trasladar al sector agrícola, aumentando los costes de producción y dónde inevitablemente también repercutirían al consumidor.
¿Qué dicen los bancos centrales sobre los tipos de interés?
Llevábamos unos meses con unas perspectivas de alzas de tipos de interés ante la incesante subida porcentual de la inflación. Sin embargo, recientemente comunicaron que una alza de tipos ante el abrupto cambio del escenario actual sería prematuro, y que podría ahogar aún más la economía. De modo que las alzas se pospondrían algo más.
Esta situación de leve recuperación tras el covid con un estancamiento final junto a la inflación, avivan de nuevo los fantasmas de la estanflación. Asimismo, la situación puede cambiar en los próximos días. Los mercados subieron esta última jornada del viernes, pareciendo que se espera una negociación del conflicto.
Lo que parece totalmente inevitable al final, es que el PIB de los países Europeos en general no aumente tanto como si lo hará la inflación, provocando un deterioro en el poder adquisitivo. Sobre si podrán haber otros efectos económicos, o si algunos de estos no llegarán a materializarse tan gravemente, es algo que veremos a medida que se resuelva la situación, o almenos, eso esperamos todos.