Economía de guerra

Economía de guerra

Es posible que nunca hayas oído hablar, o te hayan explicado qué es la economía de guerra. Y, sin embargo, es un término muy importante que tiene relación con momentos históricos en los que hay violencia, convulsiones y conflictos.

Pero, ¿qué es realmente? ¿Qué implica la economía de guerra? ¿Cómo afectaba a la sociedad? Te lo contamos todo.

Qué es la economía de guerra

Qué es la economía de guerra

Según la Wikipedia, la economía de guerra es:

Aquella que se instaura cuando hay fuertes convulsiones violentas, haya o no conflictos armados. También cuando hay momentos de autarquía.

En otras palabras, podríamos decir que es la economía que rige el país en un momento en que hay una guerra o un conflicto en el que se debe priorizar una serie de tareas frente a otras. Por tanto, es necesario destinar la mayor parte de la economía a unos sectores dejando a los otros al mínimo.

El objetivo de la economía de guerra no es otro que mantener el funcionamiento de las actividades económicas. Pero no de todas, sino de aquellas que son imprescindibles para el país. Es decir, se intenta fomentar el autoabastecimiento y priorizar el consumo público frente al privado, garantizando las necesidades primarias pero controlando la economía el propio Estado. Y este es el que puede destinar las partidas presupuestarias a distintos puntos según las necesidades de ese momento.

Qué actuaciones se llevan a cabo en la economía de guerra

Cuando en un país se instaura la economía de guerra es el Gobierno o el Estado el que controla la economía del país y decide dónde destinar el dinero que se tiene. Pero entre las actividades fundamentales que se deben garantizar están:

  • El control de la política monetaria. Para evitar que se sufra una hiperinflación, es decir, que los precios aumenten muy rápido y las monedas pierdan el valor.
  • Favorecer la autarquía, entendida esta como la independencia de la sociedad para que pueda sobrevivir sin necesidad de ayudas. En otras palabras, que sea autosuficiente.
  • Ahorrar en consumo energético. Pudiendo provocar cortes de luz u otras medidas para no gastar tanto.
  • Incentivar la mano de obra de bajo coste. Esto es debido a que muchas personas pueden incorporarse al ejército de tal forma que los puestos vacantes son ocupados por personas a las que no cuesta tanto contratar.
  • Cambiar la política agrícola. En el sentido de que pueden pedir variar el tipo de alimentos o producción que se lleva a cabo por una de mayor duración.
  • Aumentar la industria pesada y el material militar. Sobre todo porque se tiene que abastecer en caso de guerra.
  • Establecer un racionamiento para evitar el consumo privado.

Qué es lo prioritario en una economía de guerra

Qué es lo prioritario en una economía de guerra

Cuando se instaura este tipo de economía en un Estado, la prioridad es la de producir bienes y materiales que apoyen al esfuerzo bélico que se está haciendo. No quiere decir que deje a la sociedad a su suerte; tiene que garantizar los recursos mínimos, sobre todo en cuestión de alimentación, pero no es su prioridad.

De ahí que, si el esfuerzo se alarga mucho en el tiempo, puede determinar un racionamiento, es decir, poner en común todos los alimentos y ofrecerlos a las personas dando una igualdad a cada uno de ellos, siempre diferenciando entre los que necesitan más y los que no.

A su vez, los ingresos se reasignan siempre a esa partida bélica, y no a financiar proyectos o a otros menesteres que sí se tratarían en época de paz.

Además, se podrían crear los llamados «bonos de guerra» que son instrumentos financieros que implican una subida (a veces elevada) de los impuestos a la población civil. Así como incentivos a las empresas que en lugar de su producción habitual, ayuden a su país aportando productos y materiales que sean de utilidad para el ejército.

Ejemplos de aplicación

Desgraciadamente, la economía de guerra se ha aplicado en múltiples situaciones. Algunas de ellas son las que se vivieron en la Segunda Guerra Mundial, la guerra de Estados Unidos con Japón.

O incluso en España, donde hubo racionamiento (aún muchas personas mayores recuerdan las cartillas de racionamiento con las que iban a pedir comida para sus hogares).

Qué puntos buenos tiene la economía de guerra

Qué puntos buenos tiene la economía de guerra

A pesar de que a priori la economía de guerra no es una situación buena para ningún Estado ni país, porque normalmente significa que hay una guerra en curso, sí tiene una parte buena.

Y es que, cuando se aplica y los países detienen sus producciones para poder destinar toda su fuerza económica a lo que entienden más importante, da pie a que los países menos avanzados puedan disminuir la diferencia entre los más ricos.

Dicho de otro modo, la economía de guerra supone un «efecto de arrastre» a los países atrasados, haciendo que estos sigan desarrollándose y acortando la distancia que hay con los más avanzados.

¿Qué implica? Una menor distancia entre países y más equilibrio en el mundo. De hecho, tras una guerra, habrá países en los que la economía esté debilitada y necesite tiempo para volver a estar al nivel que tenía antes de que estallara el conflicto.

¿Te queda claro qué es la economía de guerra?


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