Vivimos acostumbrados a un estilo de vida que nos empuja a consumir de manera constante. No importa si son productos, servicios, o simples recibos de casa, el gasto está siempre presente. Eventualmente además, este gasto puede realizarse mediante créditos, adquiriendo algo hoy, y pagándolo mediante cuotas durante un tiempo. Esta deuda que se adquiere, puede irse desbocando poco a poco hasta tener muchísimos pagos mensuales. En el momento que se tienen muchos pagos y la persona deudora no puede hacerle frente, pueden existir mecanismos para paliar los efectos. Uno de ellos radica en reunificar deudas, es decir, en un sólo pago mensual, con cuotas más cómodas.
Este artículo está destinado a explicar las ventajas y desventajas de reunificar deudas. También a como aprender a calcular cuando esta decisión es ventajosa para nosotros y puede darnos un respiro en nuestra economía. Del mismo modo aprender cuando esta solución no es idónea, y sobretodo a prevenirla para que no vuelva a repetirse. Esperamos que os sirva de ayuda.
¿Qué significa reunificar deudas?
Reunificar deudas hace alusión a la adquisición de un préstamo de dinero cuyo objetivo es el de pagar todas las deudas restantes quedándose como único pago el préstamo nuevo adquirido. Es un mecanismo que sirve tanto para simplificar los pagos, como para aliviar la carga financiera. Al sumarlas todas, la pretensión es disminuir la letra mensual resultante, persiguiendo un interés lo más bajo posible de este nuevo préstamo, así como más años para pagarla.
¿Por qué reunificar deudas?
Cómo decíamos al principio del artículo, la reunificación de las deudas es la mejor forma de unificar en un solo pago mensual todas esas letras que vienen de manera dispersada. Sin embargo, el propósito que motiva esta reunificación no trata tanto de minimizar el número de deudas, sino de reducir la cuota total.
Reunificar deudas nos puede ayudar tanto a disminuir la cuantía total que pagamos a final de mes como a disminuir el interés que pagamos. Por contraparte, una práctica habitual es alargar el tiempo para pagar esa deuda, lo que hace que si incrementamos muchos años estos pagos, los intereses pagados al final también se verán aumentados. Entonces, en estos casos, cómo se debería actuar? Vayamos a ver algunos ejemplos para que se entienda mejor.
Para disminuir el interés de aquellas deudas con interés elevado
Una práctica acertada en el manejo de esta reunificación sería que tras reunificar las deudas el interés fuera lo más bajo posible. Ahora bien, puede que el interés de esta «nueva deuda» pueda ser superior al interés que se esté pagando de alguna/s de las deuda/s que se posean. En este caso sería bastante desacertado optar por esta opción siempre y cuando exista solvencia para pagar. Sólo podría estar justificado pagar un interés mayor en la nueva deuda si la cuota mensual realmente es mucho más baja. Veámoslo con algunos ejemplos:
Tenemos 3 casos, el A, el B, y el C. Supongamos que son 3 personas diferentes, y que todas ellas persiguen reunificar sus deudas. En los 3 casos además, encuentran un préstamo al que pueden acceder y cuyo pago será de un interés del 7% anualmente. También es flexible en el tiempo, puede durar 2, 5 o más años. Ese préstamo puede ser suficiente para pagar tantas letras como ellos desean, así que se ponen las 3 personas a evaluar qué tanto les conviene.
- Caso A: En el caso A, sabe que pagar un interés del 7% es mejor que pagar un 18 y 12%. Sin embargo, tiene unas letras al 5 y 7%. Si pretende bajar cuota, y el vencimiento de esas cuotas es inferior al vencimiento del nuevo préstamo, podría disminuir esos pagos con el nuevo crédito al tener más años para pagarlo. En el caso del 5%, debería pagar una penalización del 2% más de interés, algo que debería tener en cuenta si le es favorable. La otra deuda del 2%, no tendría mucho sentido unificarla, puesto que el interés es bajo, a no ser que su contexto personal le «obligue» a hacerlo.
- Caso B: Una deuda al 8% y dos al 13%, ambas podrían unificarse con el nuevo préstamo al 7% sin problemas, saldría beneficiado. En el caso de las otras dos deudas, no tendría sentido pagar más intereses.
- Caso C: Semejante al caso A. Si el nuevo préstamo es del 7%, tiene dos deudas al 8% y 10% que sería interesante unificar. Las otras dos deudas al 5% y 6%, tendría sentido si sus pagos asfixian su economía personal y puede ampliar los pagos con el nuevo préstamo. Eso sí, pagando un interés mayor. La deuda del 0%, no tendría mucho sentido.
Desventajas de unificar deudas
Hemos visto los beneficios de reunificar deudas, la cuota mensual disminuye. Sin embargo, existen o podrían existir algunos problemas de fondo. Vamos a detallarlos a continuación.
- Pago Total de Intereses. Cuanto más se amplía el vencimiento del préstamo, la cantidad total pagada en intereses aumenta. Además, que hace que esa espiral para salir de la deuda se alargue en el tiempo.
- Comisiones. Muchas veces cancelar préstamos suele llevar algún coste (si son costes bajos del 1% se notan muy poco). Las comisiones importantes suelen venir en la apertura del nuevo préstamo. Cuidado con ellas.
- Avales. Puede que los anteriores préstamos no hubiesen requerido de muchos avales, y de allí los elevados intereses. Pero cuanto más grande sea el préstamo a solicitar, mayor las garantías que nos van a pedir. Pueden ser hasta de la propia vivienda que tengamos).
- Volver a solicitar créditos. A menudo al descender la cuota de pago, podemos ver que tenemos holgura para permitirnos ese viaje (por poner un ejemplo) que queríamos hacer, y que en cómodos plazos podemos pagar. Error! No caer en esa tentación, o de lo contrario, no sólo volveremos a la situación anterior, sino que en este caso la deuda total será más grande y difícil de manejar.
Importante. Reunificar las deudas es un arma de doble filo. Nos puede dar una segunda oportunidad para intentar salir de la difícil situación económica que nos encontramos. De no ser disciplinados, y continuar contrayendo deudas, nos puede llevar a una situación peor. Una situación en la que ya no tengamos margen para maniobrar y nos veamos atrapados por muchos años en una deuda de la que no podamos escapar.