Principios contables

Qué son los principios contables

La contabilidad siempre ha sido, es y será un tema que nos pone el vello de punta. Ya no es el hecho de que hablamos de una situación que nos pone de lleno con los números y las temidas cuentas, sino que eso de cuadrar, sacar, y derivar nos puede hacer que saquemos el genio que tenemos dentro. Pero hay a quien le gusta, y esas personas se conocen al dedillo todo lo relacionado con la contabilidad, como pueden ser los principios contables.

Aunque no lo creas, estos son toda la base de la contabilidad y, si los aprendes e interiorizas, esta ya no te va a parecer un «bicho verde», sino que va a cobrar mucho sentido. Así que, ¿qué tal si te explicamos qué son los principios contables, cuáles son y qué significa cada uno de ellos?

Qué son los principios contables

Los principios contables son, como su nombre indica, las normas que hay que seguir en la contabilidad. Es decir, hablamos de las normas básicas que se deben respetar para que las cuentas muestren fielmente las finanzas, el patrimonio y los resultados contables, ya sea de una empresa (que es lo normal), o de cualquier otra cosa que tenga contabilidad (por ejemplo una familia).

Por tanto, los principios contables son la verdadera esencia de la contabilidad, y entendiéndolos todos ellos, entonces sabrás como se debe llevar a cabo una buena gestión.

Todos ellos (y ya te avanzamos que en España son 6) están incluidos en la primera parte del Plan Contable, en el «Marco conceptual de contabilidad», donde se listan cada uno de ellos. Vamos a conocerlos a continuación.

Cuáles son los principios contables

Cuáles son los principios contables

Hay que decir que entender al 100% los principios contables no es algo fácil, ni mucho menos. En realidad es bastante más complicado de lo que parece. Por eso, vamos a intentar explicarte cada uno de ellos de la mejor forma posible.

Principios contables: devengo

Tal y como se establece en el Marco conceptual de contabilidad, el devengo se define como «Los efectos de las transacciones o hechos económicos se registrarán cuando ocurran, imputándose al ejercicio al que las cuentas anuales se refieran, los gastos y los ingresos que afecten al mismo, con independencia de la fecha de su pago o de su cobro».

Pero claro, ¿qué significa eso? Imagina que tienes una empresa. Esta, al día, tiene una serie de ingresos y de pagos. Pero no siempre esos ingresos y esos pagos se producen al momento. Por ejemplo, la empresa vende un producto por Internet y el método de pago es una transferencia bancaria. Eso significa que el ingreso no se produce ese día, que es cuando ha vendido el producto, sino el día que realmente tiene el dinero de ese producto en su cuenta.

Así, de lo que se trata es de que se entienda que los ingresos y los gastos deben anotarse cuando de verdad se ha cobrado o se ha pagado, nunca antes porque no se sabe si realmente va a ocurrir (y tendrías que estar borrando y sumando cada dos por tres).

Este es de los principios contables más sencillos de entender, y también razonable, ya que no puedes dar una cosa por hecha hasta que realmente lo tengas (y lo mismo para los gastos).

Principio de uniformidad

El segundo de los principios contables es el de uniformidad, que dice así: «Adoptado un criterio dentro de las alternativas que, en su caso, se permitan, deberá mantenerse en el tiempo y aplicarse de manera uniforme para transacciones, otros eventos y condiciones que sean similares, en tanto no se alteren los supuestos que motivaron su elección. De alterarse estos supuestos podrá modificarse el criterio adoptado en su día; en tal caso, estas circunstancias se harán constar en la memoria, indicando la incidencia cuantitativa y cualitativa de la variación sobre las cuentas anuales».

¿Y qué quiere decir? Imagina que estás jugando a un juego de mesa y establecéis unas normas. Estas deben de mantenerse, por lo menos, durante toda la partida que están en juego. Incluso, deberían mantenerse siempre que se jugara. Pues en contabilidad ocurre lo mismo. Es importante que, si se han establecido una serie de criterios a seguir, ya sea en una empresa, una familia, una pyme…, se respeten y sigan, sin dar «manga ancha» según cada caso, ya que eso implicaría que la contabilidad no estuviera bien establecida (entraría en juego el «libre albedrío o la subjetividad»).

Prudencia

El principio de prudencia parece fácil, pero según el plan contable, «se deberá ser prudente en las estimaciones y valoraciones a realizar en condiciones de incertidumbre. La prudencia no justifica que la valoración de los elementos patrimoniales no responda a la imagen fiel que deben reflejar las cuentas anuales».

¿Lo has entendido? No te preocupes, que te lo explicamos. Se refiere a que no se puede especular, ni con los gastos ni con los ingresos. Por ejemplo, imagina que has comprado algo que te ha costado 11,35 euros. Cuando se lo dices a otra persona y te pregunta por el precio, lo más seguro es que digas que te ha costado 11 euros, porque redondeas. Pues bien, en contabilidad todos los céntimos cuentan, y el redondeo no es viable.

Por eso, si no se sabe a ciencia cierta ni el ingreso ni el gasto, es preferible que, en el primer caso, esperes a registrarlo cuando se devengue; y en el segundo, cuando la empresa sepa la cifra del gasto concreto.

Principios contables: No compensación

Principios contables: No compensación

Seguro que ya sabes por dónde vamos. El Plan Contable establece que «salvo que una norma disponga de forma expresa lo contrario, no podrán compensarse las partidas del activo y del pasivo o las de gastos e ingresos, y se valorarán separadamente los elementos integrantes de las cuentas anuales».

Es decir, que no vas a poder compensa lo que debes con lo que te deben, ni al contrario. Tampoco puedes compensar entre cuentas de activo o de pasivo. En definitiva, cada ingreso y cada gasto ha de ser único y estarán separadas entre sí.

Importancia relativa

El Plan General Contable dice de este principio contable lo siguiente: «Se admitirá la no aplicación estricta de algunos de los principios y criterios contables cuando la importancia relativa en términos cuantitativos o cualitativos de la variación que tal hecho produzca sea escasamente significativa y, en consecuencia, no altere la expresión de la imagen fiel».

¿Qué quiere decir? Pues significa que, si hay una actividad económica que apenas impacta en la situación financiera de una empresa, no tiene por qué contarse si no se quiere. Por ejemplo, imagina que una empresa tiene un gasto de 10 céntimos al mes. Pues ese gasto, si no quiere, no tiene por qué contarlo, porque no tiene una importancia para la empresa (sobre todo si factura 10000 o más al mes).

Principios contables: el de empresa en funcionamiento

Principios contables: el de empresa en funcionamiento

Por último, el sexto principio dice así: «Se considerará, salvo prueba en contrario, que la gestión de la empresa continuará en un futuro previsible, por lo que la aplicación de los principios y criterios contables no tiene el propósito de determinar el valor del patrimonio neto a efectos de su transmisión global o parcial, ni el importe resultante en caso de liquidación».

O lo que es lo mismo, que la empresa, cuando hace las cuentas, lo hace pensando que va a seguir funcionando por, al menos, un año más.


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