Préstamo personal

Qué es un préstamo personal

Hay ocasiones en las que no tienes dinero suficiente para algo que te gusta. O para irte a algún sitio. O estudiar. Es entonces cuando sopesas la idea de un préstamo personal que ayude a cumplir con eso que quieres. Pero, ¿realmente es buena idea?

Hoy queremos hablarte de lo que es un préstamo personal, las características que lo definen, los requisitos para solicitarlo y algunos consejos previos a ello.

Qué es un préstamo personal

Un préstamo personal se refiere a un contrato que firmamos con una entidad financiera (un banco) por la cual nos comprometemos a que, a cambio de que nos den una suma de dinero X, vamos a ir devolviéndola mes a mes mediante una cuota, además de hacernos cargo de los intereses y gastos derivados.

En otras palabras, es una forma de pedir dinero prestado a un banco, o a una persona, teniendo como objetivo a nosotros mismos, es decir, que se utiliza ese dinero para algo relacionado con la persona (comprar un coche, vacaciones, etc.).

Características del préstamo personal

Características del préstamo personal

Entre las características habituales de un préstamo personal puedes encontrarte, como primera de ellas, el hecho de que se utiliza para bienes y servicios de consumo principalmente. Es decir, que su objetivo es hacerse cargo del gasto que supone algo que se quiere hacer, ya sea comprar algo, irse de viaje, estudiar, etc.

Ahora bien, otra de sus características tiene que ver con su importe, ya que los préstamos personales no suelen ser muy elevados. De hecho, en los bancos tienen un tope de dinero que pueden «prestar» a través de un préstamo personal. Además, esa persona, por el hecho de pedir este servicio, debe responder con todos sus bienes, presentes y futuros, así como comprometerse a cumplir con las obligaciones que tiene. Estas son: devolver el importe que se le presta y pagar los intereses y comisiones que se estipulen en el contrato.

El préstamo personal también es el que tiene un tipo de interés más alto, o son más caros en general debido a que, como no hay un bien que «avale» el dinero que se presta, una forma que tienen los bancos de asegurarse el cobro es solicitar una cuantía mayor de devolución. Ahora bien, sí son más rápidos de tramitar.

Cómo puedo obtener un préstamo personal

Si después de leer todo lo anterior, has tomado la decisión de solicitar un préstamo personal, has de saber cuáles son los requisitos más comunes que te van a pedir en el banco. Aunque no lo creas, si vas con todos los documentos posibles, puedes agilizar el trámite y, aunque después tienen que estudiarlo y es posible que no te den una respuesta hasta 24-48 horas después, o incluso unos días más tarde, siempre es mejor que esperar para recopilar los datos.

Estos son los siguientes:

  • Ser mayor de edad (no vas a poder pedir un préstamo personal si no tienes más de 18 años).
  • Tener un DNI o Pasaporte que no esté caducado y que refleje que estás residiendo en España.
  • Tener una cuenta bancaria en España, a poder ser con el mismo banco donde solicitas el préstamo personal.
  • Demostrar una solvencia económica. Esto lo consigues a través de un justificante bancario que sirve para certificar que tienes ingresos periódicos y que, por tanto, vas a poder hacerte cargo de devolver el dinero que te van a prestar.

En otras situaciones, también te pueden pedir una foto para acreditar tu identidad.

Préstamo personal o crédito

Préstamo personal o crédito

Préstamo personal y crédito personal son dos conceptos que muchos consideran iguales, pero lo cierto es que no es así.

Cuando solicitas un crédito personal, el prestamista, es decir, el que tiene el dinero y te lo da a ti, puede no entregarte toda la cantidad de dinero de golpe, sino que lo hace según lo vayas necesitando. Por eso, los intereses que pagas no son por toda la cantidad de dinero que solicitas en el crédito, sino solo aquello que utilizas.

Por ejemplo, imagina que pides un crédito personal de 6000 euros. Sin embargo, de esa cantidad, solo gastas 3000 euros. Los intereses que vas a devolver de ese crédito son en base a esos 3000 euros, que son lo que te has gastado, no sobre los 6000 que pediste.

En cambio, en el caso del préstamo personal, la cantidad no solo te la dan de golpe, sino que, aunque no la gastes toda, los intereses que tendrás que devolver sí que se calculan sobre la totalidad.

Cosas que deberías tener en cuenta antes de pedir un préstamo

Cosas que deberías tener en cuenta antes de pedir un préstamo

Ante de terminar, nos gustaría hablarte sobre la decisión de pedir un préstamo personal o no. Lo normal es que esta idea se sopese mucho antes de tomar la decisión, pero otras veces hay formas de obtener ese dinero sin implicar un contrato con el banco, además del pago de comisiones e intereses.

Y es que, entre los consejos que podemos darte están:

Sopesa la idea del préstamo personal

Dependiendo del importe que sea, debes valorar si te conviene hacerlo o es mejor pensar en otras vías de financiación, así como si es realmente lo mejor que puedes hacer.

A veces, las ganas de tener algo, o de hacer algo que no se puede pero que está a tu alcance son muchas, pero las consecuencias después no se tienen tan en cuenta. Por eso, en la medida de lo posible, debes valorar la idea.

En este sentido, ¿eres capaz de devolver el préstamo mes a mes según una cuota? Si te cuesta llegar a fin de mes, poner un nuevo gasto mensual puede ahogarte mucho más, e incumplir con el pago del préstamo hará que se pongan más intereses o tengas que pagar por la demora, con lo que puede salirte aún más caro.

Piensa en otras opciones

A veces, pedir a un amigo o familiar puede ayudar a que no se tengan que pagar comisiones ni gastos de tramitación o intereses, pero esto también debe quedar claro que será necesario devolverlo y se puede acordar, de manera privada con esa persona, las condiciones para devolverlo.

Reorganiza tu contabilidad

A veces, con una reorganización de la contabilidad, o incluso una reunificación de deudas, puedes solucionar el problema por el cual pensabas pedir un préstamo personal. De esa manera, los gastos seguirán siendo los mismos pero tendrás mayor liquidez para poder afrontar lo que quieras.

Esto implica revisar los ingresos y gastos que se tienen y, sobre los segundos, valorar si realmente son necesarios o en realidad suponen algo innecesario de lo que puedes deshacerte.


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