En cualquier caso, es el objetivo al que aspiran todos los inversores, sin excepción. Y cuantas más amplias sean las plusvalías mejor para sus intereses personales. Sea cual fuese el plazo al que se dirijan tus inversiones: corto, medio o largo. Al igual que el perfil que presentes como minorista, es decir, agresivo, intermedio o conservador. Todos los caminos en la inversión conducen a ganar en dinero. En este sentido, no hay atajos posibles y forma parte de una potente estrategia para incrementar tu patrimonio personal o familiar.
Dentro de este contexto general, es cierto que en muchas ocasiones no sabes qué hacer con las plusvalías y aunque sea extraño puede producirte algún que otro problema en la gestión de tus ahorros. Más allá de otras consideraciones técnicas y hasta desde el punto de vista fundamental que presentan los mercados de renta variable. No en vano, es muy importante gestionar las plusvalías y para ello van dirigidos estos consejos que te vamos a exponer a continuación. Para que de esta forma, estés en la mejor de las disposiciones para elevar el saldo de tu cuenta corriente a partir de estos momentos. Que es al fin y al cabo de lo que se trata, como bien ya sabes.
Índice
Plusvalías: reinvertirlas en la bolsa
Una primera estrategia que puedes aplicar desde estos momentos es la más original de todas y puede que también muy agresiva. Consiste básicamente en que estas ganancias formen parte del nuevo capital para la inversión. Para que de esta forma, puedas elevar tu capacidad para generar ganancias en la compra y venta de acciones en la bolsa. Esta actuación puedes llevarla a cabo de muchas formas y una de ellas se basa en invertir las plusvalías en nuevas inversiones. Es cierto que no disfrutarás de las ganancias, pero a cambio tendrás muchas más posibilidades de ir incrementando tu patrimonio personal.
Otra de las estrategias que puedes emplear a partir de este momento es mantenerte en tus posiciones. Es decir, no vender las acciones para que pueda seguir aumentando las ganancias aún más. No obstante, este sistema conlleva algún que otro riesgo latente y uno de los más acusados es que la suerte pueda cambiar en cualquier momento. Hasta el punto que se torne la tendencia e incluso pases a la situación contraria, es decir, que pierdas dinero. De todas formas es un riesgo que tienes que correr por adoptar un perfil de inversor tan agresivo. Aunque a largo plazo con toda seguridad que saldrás victorioso de este enfrentamiento que tienes contra los mercados financieros.
Disfrutar las ganancias rápidamente
De todas formas, la solución más sencilla que tienes a mano es vender las acciones a un buen cambio para que puedas disfrutar de las plusvalías. Dándote un pequeño capricho, realizado un viaje al extranjero o sencillamente satisfaciendo tus deseos de consumo. La ventaja de esta estrategia es que siempre será tangible o lo que es lo mismo tendrás un premio a tu tarea de inversión. No en vano, es la aptitud más habitual por parte de los pequeños y medianos inversores y más allá de otras consideraciones. Porque al fin y al cabo el dinero está disfrutar y la bolsa es un instrumento para conseguir con eficacia estos anhelados deseos.
Por otra parte, no puedes olvidar en ningún vender las acciones al mejor cambio posible en los mercados financieros. Esto se consigue realizado ventas con un precio dado por ti, el que mejor te interese en cada momento. Por encima de los denominados precios de mercados que siempre te limitan la operación, tal y como tú mismo conoces. No en vano, es una forma para apurar las plusvalías un poco más. En especial, cuando se trata de operaciones realizadas en un muy corto espacio de tiempo. En donde la diferencia entre el precio de compra y el de venta es casi siempre menor.
Adoptar una posición intermedia
En bolsa no todo es blanco y negro sino que hay una gran gama de matices que puedes utilizar para gestionar las plusvalías obtenidas en los mercados de renta variable. Dentro de ellas, una de las comunes es la que se refiere a repartir las ganancias de forma equitativa a las estrategias anteriormente expuestas. Es decir, puedes dedicar la mitad del importe para tus caprichos personales o incluso para elevar tu soporte monetario. Mientras que la parte restante la puedes destinar a seguir en el sector de las inversiones para tratar de seguir tentando a la suerte y conseguir más plusvalías.
Una de las ventajas que te aporta esta estrategia tan especial es que siempre podrás mantener los dos planteamientos anteriormente expresados. En los porcentajes que tú mismo consideres más oportunos en cada momento. Hasta el punto de que puedes arriesgar más tus ganancias en los periodos en los que la tendencia general de la bolsa sea claramente alcista. De esta forma, no dudes de que tendrás más posibilidades para llevarte más dinero en los mercados financieros. Aunque en estos casos en concreto, será tú quien deberá tomar la decisión sobre como tendrás que repartir el dinero a partir de estos momentos.
Dividendos que se invierten
De esta forma, el efecto inmediato de este sistema de gestión es que a partir de ese momento el capital de la inversión será mucho mayor que antes. No en vano, tendrás más acciones como consecuencia de la aplicación de estos dividendos tan especiales. Cotizadas como Iberdrola, Repsol o algunos de los grandes bancos la realizan con cierta frecuencia todos los años. Así, en el primer instante no dispondrás de ese dinero al instante en tu cuenta corriente. Si no que por el contrario, tendrás que esperar más tiempo para recuperarlo, aunque quizás con un volumen de dinero más elevado.
Cambiar de producto financiero
En cualquier de los casos, la elección de esta opción lo que no te permitirá es disfrutar de las plusvalías, tal y como pudiese ser tu deseo más próximo. Si no que por el contrario, seguirás vinculado con el sector de la inversión, en uno u otro sentido, según sea el activo financiero elegido al final. Esto es lo que hacen muchas personas para no tener el dinero parado en ningún instante. Si no que lo tratan es de seguir buscando mayor rentabilidad a su dinero, algo por otra parte muy lógico.
De todas formas, la solución que conlleva menos riesgos es que dirijas ese importe a un producto de renta fija que te genere una pequeña rentabilidad anual y por muy pequeña que esta sea. En torno al 1 % o 2 %, como consecuencia del abaratamiento del dinero por parte del órgano emisor de las instituciones comunitarias. Desde luego que es algo que te puedes plantear desde este momento sin arriesgar tus ganancias. Para que de esta forma, no arriesgues para nada el volumen de las ganancias que has obtenido en los mercados de renta variable. No solamente en bolsa, sino a través de otros productos financieros procedentes de la renta variable en sus más amplios formatos de inversión.
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