¿Pagar en efectivo o tarjeta? Esta es una de las preguntas más habituales cuando estamos en un establecimiento comercial, restaurante o central de reservas. En donde los informes apuntan a que el pago con tarjeta de crédito o débito se está imponiendo con meridiana claridad y conformándose como uno de los hábitos por parte de los consumidores españoles. En donde siempre habrá unas situaciones más favorables que otras a realizar estos abonos de esta manera. Aunque al fin y al cabo siempre es tu propio dinero que es de lo que se trata en estos casos.
Otro de los aspectos que se deben valorar sobre la utilización de la tarjeta de crédito o débito es el relacionado con su mantenimiento. Es decir, requieren de una cuota que oscila entre 10 y 50 euros todos los años, en función del modelo elegido por parte de los usuarios en esta clase de productos bancarios. Por otra parte, tampoco puede olvidarse que tienen otra cuota de emisión que está establecido en torno a 20 euros. Es decir, las tarjetas de crédito o débito no salen gratis a los titulares, a pesar de algunas creencias populares.
Pero a cambio puedes realizar una reserva en los medios de transporte, pagar una compra en un comercio o incluso realiza una operación en los mercados de renta variable. En cualquiera de los casos, no es lo mismo contar con tu propio dinero que realizar en la modalidad a crédito. En el segundo de los casos, generan un tipo de interés que puede alcanzar niveles de hasta el 20 % e incluso mayor porcentaje en los formatos revolving (30 %).
Efectivo o tarjeta
Otro de los aspectos que hay que fijarse en lo referente al pago con tarjetas es el modelo de plástico que es elegido por parte de los usuarios. Si este la tarjeta de crédito tendrá que valorar que la operación puede no salirle gratis. Es decir, esta clase de movimiento conllevan una serie de gastos, como por ejemplo, el tipo de interés, comisiones y gastos en la gestión o mantenimiento. Con respecto a los intereses hay que controlar muy bien los movimientos debido a que puede endeudar en exceso a los titulares de este medio de pago universal. En especial, en cantidades a partir de 5.000 euros y sin límites en la demanda.
Por lo que respecta a las tarjetas de débito hay que incidir en que estos riesgos se eliminan. En este caso, porque solo podrás gastar aquel dinero que tengas en tu cuenta de ahorro. Por lo cual no hay margen para el endeudamiento. Aunque por el contrario, lo que si puede producir es que tires con frecuencia de estas tarjetas y pueda hacer un agujero a tu presupuesto familiar o personal. A parte del gasto que tiene por su emisión y mantenimiento que perfectamente puede alcanzar 50 euros todos los años.
Tarjetas con descuentos
De todas formas, siempre puedes detectar algunos plásticos que te permiten ahorrar todos los años. Porque en efecto, se pueden encontrar en el mercado determinadas tarjetas muy útiles para los períodos vacacionales ya que permiten a sus titulares obtener bonificaciones en varios productos turísticos: paquetes vacacionales, reservas hoteleras y de transporte, incluso en algunas de las modalidades se puede acceder a descuentos en algunos restaurantes.
En donde hay una gran variedad de tarjetas –en su modalidad de crédito- que se decantan por ofrecer promociones por las cuales sus titulares participan en sorteos mensuales durante los meses estivales, donde el importe del premio será igual a la cantidad del crédito consumido por el cliente. A parte de los descuentos por consumo, otras de las ventajas que proporcionan esta clase de tarjetas son los descuentos que se pueden obtener, entre un 2 % y 4% aproximadamente, en agencias de viajes, cadenas hoteleras, restaurantes o productos concretos muy habituales para los meses vacacionales.
Y que al final dependerá de la decisión que vayas a tomar en el momento de formalizar uno de estos productos bancarios. Es decir, para que las vas a necesitar, cuento te va a costar todos los años y el nivel de endeudamiento que puedes acumular a través de los años. Son preguntas que tendrás que contestar para que a partir de ahora no tengas ninguna sorpresa negativa que pueda lastrar tus cuentas personales y que es al fin y al cabo de lo que se trata con esta clase de decisiones.
Pago con tarjeta
El pago con tarjetas es una tendencia que ha llegado para quedarse desde hace unos meses. En estos momentos ya hay algunos países en los que desaparición del dinero es toda una realidad. Hasta el punto de estas operaciones las utilizan en menos del 1 % de las transacciones llevadas a cabo en el país. Por lo que respecta a España es, junto con Alemania, uno de los países de la UE que más utilizan monedas y billetes, según el Banco Central Europeo, pero la tarjeta ya desbanca al dinero en metálico, suponiendo un 51 % de las operaciones de los españoles, frente el 39 % del efectivo.
Se trata de un dato que cobra aún más relevancia entre los millennials. Debido a que el 80 % de ellos realizan sus pagos con tarjeta y se suman a la tendencia del pago a través del Smartphone u otros dispositivos tecnológicos. Hasta el punto de ponernos sobre aviso sobre la tendencia que se está mostrando en los medios de pago. En la que se pone de manifiesto con mucha objetividad que no solo es un cambio del efectivo hacia el electrónico. Si no que por contrario se extiende a otras formas muy innovadoras que están ligadas con el pago digital.
Plásticos con pago aplazados
La principal aportación de este sistema es que permite a sus titulares aplazar el pago de sus compras en 6 o 12 meses, la mayoría de las ocasiones sin ningún cargo de intereses, aunque en los últimos meses han aparecido tarjetas más agresivas en cuanto a sus prestaciones que permiten disponer de créditos semanales o mensuales para hacer frente a los gastos inesperados.
Aunque son gratuitas durante el primer año hay que tener en cuenta que a medida que mayores sean los gastos también serán más elevados las cuotas que habrá que desembolsar todos los períodos estipulados en su contrato, lo que puede elevar el grado de endeudamiento de sus titulares. Se trata de una fórmula más innovadora que aplican estas tarjetas es a través de los formatos de tarifa plana, por las cuales se puede determinar el importe mensual a abonar independientemente de las compras realizadas y, que por lo general se fija a partir entre los 20 y 40 euros aproximadamente, sabiendo en todo momento el usuario la cantidad que debe pagar todos los meses.
Con tarifa plana
Una variante en ascenso en cuanto a la oferta que vienen comercializando los bancos y cajas de ahorro en los últimos años son las tarjetas que llevan incorporadas una tarifa plana para hacer frente a los gastos mensuales de sus titulares. Esta modalidad pertenece al grupo de tarjetas denominadas revolving y, que se caracterizan por su modalidad de pago aplazado. Con ellas se puede fijar el importe mensual a pagar independientemente de las compras realizadas.
Esta tarjeta se diferencia de las tarjetas de crédito clásicas en la modalidad de pago en que liquida a través de una cuota fija, cuyo importe se fija a partir de 30 euros al mes en función del crédito concedido. Además, en algunas de ellas se puede disponer de un crédito permanente e inmediato. Esto produce que sus titulares tengan un mejor control sobre el gasto total, y a medida que libere el crédito, van disponiendo de él para seguir con sus compras. Por el contrario supone como gran inconveniente una incentivación hacia el gasto y, por tanto mayores posibilidades de endeudarse ya que se ve obligado el usuario a utilizarla todos los meses, aunque no tenga necesidad de este servicio de financiación.
Para operar en bolsa
La utilidad de las tarjetas para operar en los mercados de renta variable es menor, aunque también tiene alguna que otra utilidad para los usuarios. En este sentido, es para las operaciones desarrolladas desde los dispositivos tecnológicos y que pueden facilitar los movimientos por parte de los pequeños y medianos inversores. No en vano, desde su plástico de débito pueden operar en los mercados de renta variable con mayor comodidad porque pueden ejecutar las órdenes de compra o venta desde cualquier lugar. Bien desde su caso o en su destino de vacaciones, por citar tan solo algunos ejemplos en su uso.
Mientras que por otra parte, no nos podemos olvidar que este medio de pago permite hacer las operaciones de forma más rápida desde el móvil u otro dispositivo tecnológico. Para que así puedas rentabilizar los ahorros de una forma más óptima desde cualquier clase de estrategia en la inversión. Además, puedes conseguir con este medio de pago que puedas eliminar las comisiones y otros gastos en la gestión o mantenimiento, o al menos reducirlas sensiblemente. En cualquier caso, es una nueva alternativa que disponen los pequeños y medianos inversores para realizar sus inversiones en estos activos financieros.