El Capital Asset Pricing Model (CAPM) describe la relación entre el riesgo sistemático, o los peligros generales de la inversión, y la rentabilidad esperada de los activos, en particular de las acciones. El CAPM se desarrolló como una forma de medir este riesgo sistemático. Veamos qué es el CAPM, cómo se calcula y qué factores debemos tener en cuenta a la hora de utilizarlo.
¿Qué es el Capital Asset Pricing Model (CAPM)?
El Capital Asset Pricing Model (CAPM) describe la relación entre el riesgo sistemático, o los peligros generales de la inversión, y la rentabilidad esperada de los activos, en particular de las acciones. Traducido al español significa modelo de fijación de precios de activos de capital. Se trata de un modelo financiero que establece una relación lineal entre la rentabilidad exigida a una inversión y el riesgo. El modelo se basa en la relación entre la beta de un activo, el tipo sin riesgo (normalmente el tipo de los bonos) y la prima de riesgo de las acciones, o la rentabilidad esperada del mercado menos el tipo sin riesgo. El CAPM se desarrolló como una forma de medir este riesgo sistemático. Se utiliza ampliamente en las finanzas para fijar el precio de los valores de riesgo y generar los rendimientos esperados de los activos, dado el riesgo de esos activos y el coste del capital.
¿Cómo se calcula el CAPM?
El objetivo de la fórmula del CAPM es evaluar si una acción tiene un valor justo cuando se comparan su riesgo y el valor temporal del dinero con su rentabilidad esperada. En otras palabras, conociendo cada una de las partes del CAPM, es posible calibrar si el precio actual de una acción es coherente con su rentabilidad probable. El coeficiente beta de una inversión es la medida de cuánto riesgo añadirá una inversión a una cartera que se parezca al mercado. Si una acción es más arriesgada que el mercado, tendrá una beta superior a uno. Si una acción tiene una beta inferior a uno, la fórmula supone que reducirá el riesgo de una cartera. La beta de un valor se multiplica por la prima de riesgo del mercado, que es la rentabilidad esperada del mercado por encima del tipo sin riesgo. La tasa libre de riesgo se suma al producto de la beta del valor y la prima de riesgo del mercado. El resultado debería dar a un inversor la rentabilidad requerida o la tasa de descuento que puede utilizar para encontrar el valor de un activo. La fórmula para calcular la rentabilidad esperada de un activo, dado su riesgo, es la siguiente:
Ejemplo de uso del CAPM
Por ejemplo, imaginemos que estamos planteando invertir en una acción valorada hoy en 100 dólares/acción que paga un dividendo anual del 3%. Digamos que esta acción tiene una beta comparada con el mercado de 1,3, lo que significa que es más volátil que una cartera de mercado amplia (es decir, el índice S&P 500). Supongamos también que la tasa sin riesgo es del 3% y que esperamos que el mercado se aprecie un 8% al año. La rentabilidad esperada de la acción según la fórmula CAPM es del 9,5%:
La rentabilidad esperada de la fórmula CAPM se utiliza para descontar los dividendos esperados y la revalorización del capital de la acción a lo largo del período de tenencia previsto. Si el valor descontado de esos flujos de caja futuros es igual a 100 dólares, la fórmula CAPM indica que la acción tiene un valor justo en relación con el riesgo.
Problemas con el CAPM
En un marco general, podemos encontrarnos con dos principales factores que pueden ocasionar problemas a la hora de valorar acciones:
Suposiciones poco realistas:
Se ha demostrado que diferentes supuestos en los que se basa la fórmula del CAPM no se ajustan a la realidad. La teoría financiera moderna se basa en dos supuestos:
- Los mercados de valores son muy competitivos y eficientes, es decir, la información relevante sobre las empresas se distribuye y absorbe rápida y universalmente. Estos mercados están dominados por inversores racionales con aversión al riesgo, que buscan maximizar la satisfacción de los rendimientos de sus inversiones.
- La inclusión de beta en la fórmula supone que el riesgo puede medirse por la volatilidad del precio de una acción. Sin embargo, los movimientos de precios en ambas direcciones no son igual de arriesgados. El periodo retrospectivo para determinar la volatilidad de una acción no es estándar porque la rentabilidad de las acciones (y el riesgo) no se distribuyen normalmente.
Estimación de la prima de riesgo:
La cartera de mercado utilizada para encontrar la prima de riesgo del mercado es sólo un valor teórico y no es un activo que pueda comprarse o en el que pueda invertirse como alternativa a las acciones. La mayoría de las veces, los inversores utilizan un índice bursátil importante, como el S&P 500, para sustituir al mercado, lo que constituye una comparación imperfecta. La crítica más notable al CAPM es la suposición de que los flujos de caja futuros pueden estimarse para el proceso de descuento. Si un inversor pudiera estimar la rentabilidad futura de una acción con un alto nivel de precisión, el CAPM no sería necesario.