«Echo de menos hasta ir a trabajar», y aunque pueden ser las palabras de alguien que conocemos, es el menor de los lamentos. El número de vidas humanas que están en juego es tan grande, que las drásticas medidas económicas anunciadas por las principales instituciones no tienen precedentes. Cuando los efectos del Coronavirus comenzaron a impactar sobre China, ya se preveían problemas económicos. Sin embargo, eso sólo era un adelanto, un aperitivo de algo más grueso que estaba por llegar. Los efectos del Covid-19 iban a ser algo más que regionales.
Tras la imposibilidad de contener al virus por los métodos convencionales, el planeta entero comienza a detenerse. Cada vez más países están decretando leyes de confinamiento, e impedir que la población pueda salir a las calles. Ante el miedo de los colapsos de los sistemas sanitarios, se une tras estas drásticas medidas, los efectos devastadores para la economía. Los pilares sobre los que se sustenta la economía comienzan a mostrarse frágiles, y es que lo que estamos viendo se traduce en un Todo o Nada. Primero es lo primero, las vidas humanas, luego ya se verá como se arreglan los problemas. Y es que de entrada, el artículo de hoy, está destinado a ver, qué medidas se están adoptando, y qué otras se están solicitando.
Masivas inyecciones de liquidez
El Banco Central Europeo se ha convertido en un auténtico grifo de dinero las últimas semanas. El pasado miércoles anunciaba un paquete de compras de deuda de urgencia por valor de 750.000 millones de euros. Y estas inyecciones se sumaban a un paquete de liquidez anunciado una semana antes por valor de 120.000 millones. Una auténtica y bárbara artillería destinada a paliar los graves efectos económicos que van a sucumbir.
Ignazio Visco, gobernador del Banco de Italia, y miembro del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo, reconoció para el diario «La Stampa», que las medidas serían suficientes. E igualmente, que en caso que no lo fueran, el BCE estaría preparado para volver a actuar si fuera necesario. Estas medidas se engloban dentro del «Pandemic Emergency Purchase Program», es decir, el Programa de Compras de Emergencia Pandémica anunciado la semana pasada.
El camino de la Fed para mitigar los efectos de la pandemia
La Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) anunció ayer 23 de marzo sus planes para proporcionar préstamos a hogares y empresas de EEUU a una escala sin precedentes. En el comunicado anunciaba para qué irían destinados estos fondos, y aseguraba que el país se enfrentaría a graves trastornos económicos. Por un lado y con ánimos de apoyar las bolsas, 500.000 millones de dólares se destinarían para comprar valores del Tesoro, y luego otros 200.000 millones adicionales en valores respaldados por hipotecas. Washignton empleará a 300.000 millones de dólares para consumo, empleadores y empresas. Asimismo la Fed, ha querido destacar que usará toda sus herramientas disponibles para paliar los graves efectos causados por el Coronavirus en la economía.
Las autoridades estadounidenses llevarán un doble programa crediticio para respaldar a las grandes empresas. Uno para la emisión de nuevos bonos y préstamos, y un segundo destinado para proporcionar liquidez a los bonos en circulación.
En vistas que el impacto económico es más grande que el que inicialmente parecía, diversas empresas y expertos revisan sus perspectivas para anticipar el futuro impacto. Por un lado, Goldman Sachs estima que la economía norteamericana se contraerá un 24% interanual en los próximos 3 meses. Por otra parte, la firma de gestión de inversiones Bridgewater Associates, presidida por Ray Dalio, la estima en una contracción del 30%.
¿Se avecina el «Dinero Helicóptero» contra el Covid 19?
«Tiempos extraordinarios requieren medidas extraordinarias» decía Christine Lagarde hace pocos días, presidenta del Banco Central Europeo. Los gobiernos, que también parecen dispuestos a todo, eso sí, contando con el apoyo de políticas monetarias. Y es que las medidas convencionales parecen prácticamente agotadas. De modo, que ciertas barreras que parecían infranqueables, y cuyos algunos estatutos prohíben ciertos mecanismos para no desestabilizar el mercado, podrían cambiar en los siguientes días. Todo está por verse, pero cada vez son más las propuestas que van llegando.
Algunas de ellas, eran la imposibilidad de monetizar la deuda por parte del Banco Central. Con esto, se conseguía estabilizar los precios y la confianza en las instituciones. Sin embargo, llegados a este punto, donde las medidas convencionales parecen no dar la talla, una inflación con perspectivas a la baja, y una economía que parece evocada a una profunda recesión, esta línea parecería estar muy cerca.
Para intentar mantener la economía a flote o por lo menos en modo «stand by», podría darse este siguiente paso, y aunque la opción de comprar deuda directamente al mercado primario no estaba permitida, podría hacerse una excepción. Por otro lado, y en línea como anunciaba Donald Trump hace poco de dar dinero a ciudadanos estadounidenses, también se ha hablado en la Unión Europa. Y es que aunque el debate del dinero helicóptero se ha comentado muchas veces, la idea es rechazada por el fuerte impacto que tendría, tanto positivo como negativo. Adoptar luego políticas contractivas, sería mucho más difícil.
La incertidumbre es alta, el enemigo a batir es claro
Pedro Sánchez propuso recientemente aplicar una especie de Plan Marshall contra el coronavirus. En vistas de que algunos países parecen más afectados, y en sintonía a las palabras del 16 de marzo de Macron, «estamos en guerra», él repitió lo mismo. Refiriéndose a una guerra sanitaria, por supuesto, dónde el enemigo es pequeño, pero no por ello menos fuerte. Y, con ánimos de evitar esta crisis simétrica que está calando entre los 27 estados miembros, levantó este Plan Marshall que USA utilizó para reconstruir Europa hace casi un siglo tras la Segunda Guerra Mundial, e impedir el avance del comunismo.
En este caso, y con ánimos de que ninguna economía quedara rezagada, algo hay de consenso. Hay que evitar a toda costa que los países más afectados se vean engullidos por los problemas estructurales consecuencias de la pandemia. De no poderse evitar, el efecto rebote que traería para las demás economías sería también considerable. Por lo que, con ánimos de llevar a cabo acciones coordinadas, podríamos ver alineaciones de intereses en los próximos días. Este problema va más allá de ideologías y partidismos, y trabajando juntos podrá vencerse.