Una de las fases más delicadas del proceso inversor es cuando tus posiciones en la renta variable están situadas en terreno negativo, es decir que tienes pérdidas. Nadie desea este escenario tan desfavorable, pero la evolución de los mercados financieros, a veces de forma no esperada, te lleva irremediablemente a esta situación tan peligrosa para tus intereses como ahorrador.
Si llegas a los niveles de pérdidas en tu cartera de inversión, no tendrás más remedio que actuar con urgencia, incluso asumiendo que te has equivocado y cerrar las operaciones bursátiles, aun a pesar que te costará mucho. Deberás asumirlo lo antes posible para remediar este problema que tienes en tu relación con los mercados financieros. Mantener una postura estática, por el contrario, podrá perjudicarte más que beneficiarte, incluso de forma preocupante.
En este escenario tan negativo, siempre será mejor que no ahondes más en las pérdidas generadas hasta ese momento. Tu principal objetivo consistirá el proteger tus ahorros por encima de todo. No en vano, una pésima operación puede aguantarla tus finanzas personales, pero si éstas se repiten el escenario será mucho más complejo para ti. Llegando incluso a niveles poco soportables. Tendrás que tomar una determinación, y cuanto antes pues mejor.
En función de los plazos seleccionados
Uno de los factores que mayormente determinarán hasta donde puedes aguantar las pérdidas en la renta variable será el periodo de permanencia al que se dirijan tus inversiones. A medida que este sea más pequeño, crecerán las dificultades, tal y como podrás constatar a través de este artículo sobre mercados financieros.
El primero de los escenarios se planteará en las posiciones a corto plazo. No tendrás muchas soluciones para solventar el grave problema a que has llegado. La resolución partirá necesariamente por un cierre rápido en las posiciones en bolsa. No tienes otros mecanismos de defensa, más allá de variar tus planteamientos y dirigirte al medio o largo plazo. No con otro objetivo que remediar el estado de tu cartera de inversión.
Al vender las acciones en los mercados financieros estarás asumiendo el error de tu actuación, pero no te quedará más remedio. A no ser que trates de compensar las pérdidas por medio de ganancias en tus nuevas operaciones a partir de estos momentos. Es la única escapatoria para culminar con cierto éxito tus movimientos en los mercados bursátiles.
Si tus planteamientos, por el contrario, van encaminados al medio y largo plazo tendrás mayores opciones de salir indemne de estos movimientos. No en vano, tendrás el colchón de muchos meses por delante. Aunque con la clara desventaja que desaprovecharás más oportunidades para rentabilizar tus ahorros. Pero de lo que se trata ahora es de solucionar el problema que tienes en la actualidad.
Pérdidas: cubiertas por las plusvalías
Además puede que estés protegido por las plusvalías que reparten las compañías cotizadas a sus accionistas. De esta forma, aun estando en pérdidas puedes compensarlas a través de este pago fijo y garantizado todos los años. Hasta el punto que podrás cerrar posiciones con beneficios en el saldo de tu cuenta de valores. Se trata de una estrategia que utilizan con cierta frecuencia los inversores más defensivos, que no desean arriesgar en sus movimientos en los mercados de renta variable.
Otra de las actuaciones que puedes aplicar en los plazos de medio y largo plazo es vender las acciones con pérdidas para obtener mejor tratamiento fiscal en tu próxima declaración de la renta. En este sentido, lo más práctico es que lo consultes con tu asesor fiscal, y sea el quien dictamine si es rentable este movimiento que puedes realizar para compensar las pérdidas desarrolladas hasta ese momento.
La cuantía de los importes
Esta variable no será de menor importancia para limitar la depreciación de tu cartera de valores. Al menos deberás valorarlo seriamente a partir de estos instantes. No es lo mismo generar plusvalías con importes muy pequeños, que si inviertas cantidades más que respetables. En el primero de los casos puedes hasta asumirlo, mientras que en la segunda será algo más que un severo disgusto. De ahí la importancia de diversificar las inversiones para proteger los ahorros.
Si se da la situación que inviertes mucho dinero, no habrá más remedio que ser muy agresivo al aplicar las soluciones. Desde el principio, y sin que se dejen correr las pérdidas. Ya que puede generarte una situación más que delicada. En principio la estrategia más efectiva para que esta situación no llegue a mayores consistirá en ejecutar una orden denominada como stop loss.
Esta clase de orden sirve para aminorar las pérdidas. Siempre será mejor perder un 3% sobre tus aportaciones económicas, que éstas se disparen hasta un 8%, incluso más en los escenarios más desfavorables para los mercados de renta variable. Se trata de un tipo de movimiento muy fácil de aplicar y que no te supondrá gastos adicionales en las operaciones bursátiles.
Desde este escenario tan complicado en ocasiones, tendrás que medir con mucha exactitud a donde diriges tus compras en los mercados financieros. Cualquier cálculo de error, por pequeño que sea, puede constarte muchos euros por el camino. No optes por valores eminentemente especulativos. Es cierto que puedes obtener excelentes plusvalías, pero las pérdidas pueden ser de igual magnitud. Deberás ser más cauto en las operaciones, en especial en las más cuantiosas.
Perfiles de inversión
Puede que no lo sepas, pero también el perfil que presentes como pequeño y mediano inversión será fundamental para llevar una estrategia más definida para gestionar las pérdidas generadas en los mercados de renta variable. No será la misma estrategia la que deba emplear un inversor agresivo, que la formalizada por los más conservadores de los mercados financieros.
Desde este escenario, un inversor agresivo, y en algunos casos hasta especulativo, dispondrás de más recursos para gestionar sus pérdidas en bolsa. Hasta el punto que podrá aceptarlas bajo una mayor naturalidad. Son tantas las operaciones que realice durante el año, que para ellos solamente se trata de un accidente que forma parte en su estrategia de inversión.
Los inversores defensivos, por el contrario, tienen más limitadas sus actuaciones. Solamente el tiempo juega a favor de sus intereses. Cualquier depreciación en sus posiciones compradoras les supone un serio contratiempo. Y que se agrava enormemente cuando tienen que afrontar situaciones de liquidez. Ante la necesidad de pagar el colegio de sus hijos, solventar una deuda ante terceros, o sencillamente un pago no previsto no en su presupuesto doméstico. En ocasiones no tendrán más remedio que vender en malas condiciones sus acciones.
Para que esta situación no se desarrolle el mejor antídoto consistirá en invertir solamente aquellos ahorros que no vayan a necesitar durante un tiempo más o menos prudencial. Será la mejor estrategia para evitar pasar por alguna de estas situaciones en donde se malvenden las acciones en los mercados financieros. No lo olvides si no quieres cometer un grave error en los próximos años.
Efectos psicológicos en la inversión
Una de las peores cosas que pueden generarte los mercados de renta variable es que pueda cambiarte tu estado de ánimo. No en vano, es frecuente entre algunos inversores (en especial lo menos experimentados) que cuando están en situación de pérdidas en su cartera de inversión su carácter cambia notablemente. Hasta el punto de volverse más irascibles, y con cierto nivel de ansiedad. Les cuesta conciliar el sueño, y solamente están pendientes de lo que ocurre en los mercados financieros.
No debes llegar a estos extremos bajo ninguna circunstancia. Y si ves que puede suceder este escenario, lo más razonables es que no te dediques a la inversión. Dispones de otros productos para que estés más tranquilo (depósitos a plazo, pagarés bancarios, deuda pública etc.) en los que estarás más a gusto. Te generarán un rendimiento fijo y garantizado, aunque no sea totalmente satisfactorio para tus intereses. Recuerda que no tienes ninguna obligación para abrir posiciones en los mercados bursátiles.
Consejos para convivir con las pérdidas
Estar perdiendo dinero no es una sensación nada agradable para nadie, ni tan siquiera para los pequeños y medianos inversores. Pero podrás gestionarla con mayor eficacia si importan algunas líneas de actuaciones muy útiles en estos casos. Te convendrá saberlas, porque puede que en algún momento determinado tengas que emplearlas. Son las que a continuación te exponemos.
- Trata por todos los medios de proteger tus ahorros. Tanto desarrollando estrategias de inversión correctas, como en la oportuna selección de los valores integrantes de tu cartera de inversión.
- Gestiona el problema cuando surja, y no cuando sea demasiado tarde y ya no tengas mecanismo para defenderte de las pérdidas en tus valores. No te quedará más remedio que ser muy ágil en todas las operaciones en los mercados.
- La inversión en bolsa lleva aparejado el riesgo en todos los movimientos. Si no asumes esta premisa estarás incurriendo en una grave irresponsabilidad de la que puedes arrepentirte durante las próximas sesiones de bolsa.
- Como estrategia en la inversión, siempre será mejor llevarte por la prudencia. Y es preferible llevarte unas pequeñas plusvalías que las expectativas de mayores apreciaciones en el precio de las acciones.
- Invierte tus ahorro en los escenarios más favorables para tus intereses, y nunca vayas a contracorriente de lo que marquen los mercados de renta variable, o incluso de la propia actividad de la economía internacional.