Generalmente, cuando un emprendedor se inicia en un negocio propio su actividad es la que predomina por sobre su trabajo. Por ejemplo, si es una persona que se dedica a la agricultura, seguramente su trabajo estará relacionado a esa actividad. Pero más allá de cualquier actividad que realice para su emprendimiento, un emprendedor no puede ser al mismo tiempo el agricultor, el director de Marketing, el director Comercial, el de Ventas, Recursos Humanos, o cadete. Todo no se puede.
Para ello, pese a que el negocio propio demanda que uno se ocupe de casi todas las tareas, hay que saber delegar mínimamente en algún ayudante. Si el negocio es unipersonal, deberemos organizarnos de la mejor manera posible, pero si el emprendimiento consta de dos o más personas, tendremos la posibilidad de decidir qué delegar, a quién y cómo.
Esto os será de gran ayuda, porque en aquellas actividades que dominamos, no será más sencillo, pero en aquellas en las que no contamos con la experiencia necesaria, deberemos delegarlas para realizarlas con éxito.
Además, nos permitirá gozar de más tiempo, distribuir y delinear las políticas de la compañía, y plasmar detalladamente las tareas de cada uno. La organización –sobretodo para los emprendimientos- es una de las claves de este negocio.
que pagina tan boba
claro que si es muy boba..