Invertir en bolsa, pero desde los depósitos a plazo

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La inversión en bolsa se desarrolla a través de la compra y venta de acciones en los mercados financieros de renta variable. Pero en estos momentos dispones de una estrategia muy original para minimizar los riesgos y de paso obtener un rendimiento a tus ahorros que supere al de los tradicionales productos bancarios. Se materializa por medio de los depósitos a plazo que desarrollan casi todas las entidades bancarias. Se trata de un producto muy específico que te permite aprovechar una evolución favorable de los mercados financieros.

Una de sus características más relevantes es que en ningún momento podrás generar pérdidas. Sino que por el contrario, tendrás un interés fijo y garantizado todos los años. Será muy pequeño, pero si se cumplen las condiciones de los valores vinculados a las imposiciones podrás mejorar sustancialmente estos márgenes. Hasta conseguir entre el 3 % y 6 % aproximadamente de rentabilidad. En cualquier caso, estos depósitos llevan incorporados un plazo de permanencia más largo que en los modelos más convencionales. No en vano, suelen dirigirse hasta los 24 o 36 meses en que deberás tener inmovilizado el capital disponible.

Una de las ventajas que aportan estos diseños bancarios es que están adaptados a importes muy asequibles a todas las economías domésticas. Hasta el punto que estás en disposición de contratar esta clase de productos bancarios por importe mínimo a partir de 5.000 euros. Por otra parte, no conllevan comisiones ni otros gastos en su gestión o mantenimiento. Tan solo llevan unas tasas de penalización muy elevadas por su cancelación anticipada y que puede alcanzar el 2 % sobre el importe invertido en estas imposiciones. En cualquier caso, su mecánica es similar a la de los restantes depósitos a plazo.

Depósitos vinculados a la bolsa

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La estructura de esta clase de imposiciones a plazo fijo se basa en que obtienes una rentabilidad mínima y asegurada por mantener tus ahorros. Pero en caso, se puede potenciar con una evolución favorable de la cesta de acciones a la que está vinculado este producto bancario. En caso, de no conseguirlo, el usuario recibirá el rendimiento bajo el cual se ha comercializado el depósito. Como consecuencia de estas características, nunca obtendrá pérdida en su cuenta de resultados. Este es uno de los motivos por los que está destinado a un perfil de usuario muy bien definido. Persona conservadora, que desea preservar su capital y que no quiere asumir riesgos en sus operaciones.

En cualquier caso, se trata de una estrategia muy especial para mejorar los débiles márgenes que ofrecen el precio del dinero en estos momentos. Con un tipo de interés que raramente excede de niveles del 0,1 %. Sin la necesidad de exponerse a las fluctuaciones de los mercados financieros, tal y como ocurre con la compra directa de acciones en bolsa. Aunque por el contrario, no tendrás la oportunidad de recoger las subidas en la cotización de los precios. Por este motivo no es una propuesta muy recomendable para los periodos alcistas en los mercados de renta variable. Se trata de elegir la seguridad por encima de la rentabilidad aunque asumiendo más riesgos.

Imposiciones que puedes suscribir

La oferta que ofrecen los bancos sobre esta clase de imposiciones no es muy amplia y se limitan a unas cuantas propuestas puntuales. Uno de estos modelos está representado por el Depósito Combinado que viene comercializando Oficina Directa desde hace varios años. Su mecánica es bien sencilla de comprender ya que la mitad de la inversión va destinada a una imposición con un plazo de permanencia de 13 meses que reporta un interés anual del 0,4 %. Pero que podrá superarse si la otra parte de la inversión, la destinada a renta variable, consigue sus objetivos.

No es el único depósito que está disponible en el mercado bancario. Porque en efecto, también está disponible el Depósito Combinado Fondos de BBVA que destina a un fondo de inversión al menos un 30 % del importe total invertido inicialmente y consigue hasta un 0,75 % anual en el depósito propiamente dicho. Este producto financiero puede suscribirse desde importes muy módicos para todos los usuarios, a partir de 500 euros. Única es otra de las entidades que se han decantado por esta estrategia tan particular. Para que de esta manera, los depositantes puedan acercarse al umbral del 1 % en el tipo de interés ofrecido.

Diversificación en la inversión

Esta es la clave principal en la que se desarrollan estos productos bancarios. No en vano, colocan el dinero en porcentajes que pueden variar entre la renta fija y la variable. Hasta el punto que pueden ser equitativos, es decir el 50 % en ambos modelos para que no se descompense la inversión hacia algunos de los modelos contemplados en estas imposiciones a plazo. Aunque al final serás tú mismo quien determine el vencimiento, el importe y otras características de estos productos financieros. Dentro de una oferta muy exiguo y nada homogénea en esta clase de imposiciones tan especiales que tienes a mano.

Por otra parte, tampoco puedes olvidar que estos productos pueden estar vinculados a fondos o cesta de acciones. En función de tus preferencias como usuario y de otra serie de consideraciones que debes plantearte a partir de estos momentos. Es una forma un tanto atrevida de combinar la renta fija con la variable. Pero con la plena garantía de que a su vencimiento se recuperarán las aportaciones económicas más los correspondientes intereses. Con un incremento de la rentabilidad con respecto a los modelos de imposiciones a plazo más convencionales. En lo que se configura como uno de los productos de ahorro al alza en estos momentos, aunque sin una clara oferta por parte de las entidades bancarias.

No se generan pérdidas

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En todos los casos, son productos que están exentos de sufrir pérdidas como consecuencia de las fluctuaciones de los activos financieros en donde se invierte el dinero. Este es uno de los motivos por los que han generado mayor atractivo entre los pequeños y medianos inversores. Aunque sin la oportunidad de recoger la intensidad de las alzas en los mercados de renta variable. No en vano, si deseas obtener jugosas plusvalías será mucho mejor que te dirijas directamente a la parte de la inversión pura. Hasta el punto de que es la opción más rentable en los movimientos alcistas de la renta variable.

Por otra parte, también es muy importante a partir de estos momentos el hecho de que esta clase de inversión tan especial puede ser una perfecta solución para guardar el dinero en los escenarios más desfavorables para los mercados financieros. Por encima de las operaciones en bolsa que conllevan un mayor riesgo en la protección de tus intereses como pequeño y mediano ahorrador. El hecho de que se garantice una rentabilidad es un valor añadido en ciertos momentos. Hasta el punto de que incluso puede servir como inversión puente hacia otro modelo definitivo que te generará una rentabilidad más exigente.

Ventajas de esta clase de depósitos

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Las imposiciones a plazo ligadas a la renta variable aportan una serie de beneficios que debes tener en cuenta por si deseas suscribirlas en algún que otro momento en tu vida. No solamente desde el punto de vista de la remuneración, sino desde otra clase de estrategias. Como por ejemplo, la facilidad de su estructura para formalizarlo en cualquier momento. A partir de estas ideas encontrarás más de un motivo para interesante por esta clase de productos bancarios. Como en las siguientes actuaciones que te vamos a exponer a continuación.

  • No requiere un especial conocimiento de los mercados financiaros, sino que por el contrario es un producto que está destinado a toda clase de perfiles de los usuarios. No son modelos complejos y los puedes asimilar desde el primer momento.
  • Se trata de productos garantizados y por tanto siempre obtendrás un rendimiento a tus ahorros. Pase lo que pase durante el periodo de permanencia al que van dirigidos estas imposiciones a plazo.
  • Se conforma como una estrategia muy eficaz para elevar la rentabilidad de la renta fija en estos momentos. Para elevar el retorno en unas cuantas décimas porcentuales con respecto a los modelos tradicionales.
  • La falta de gastos es otro de los alicientes que tienen estos depósitos ya que te permitirá disponer de una mayor liquidez en tu cuenta corriente en el momento de su vencimiento. Algo que no paso con otros productos destinados para el ahorro.
  • Están adaptados a toda clase de aportaciones monetarias y por tanto puedes destinar una parte de tu bolsa de ahorro a esta clase de inversión tan especial. Desde 5.000 euros puedes contratar un producto de estas características.
  • Si vas a necesitar el dinero invertido en los próximos meses no es el mejor modelo que tienes para contratar. Porque dispone de una comisión de cancelación anticipada que es muy exigente. Hasta el punto de llevarse parte de los beneficios generados desde su formalización.
  • Y por último, tampoco puedes olvidarte de que en ningún caso conseguirás revalorizaciones de dos dígitos. Aunque se cumplan las condiciones a la que están vinculadas la inversión a renta variable. En el mejor de los casos, obtendrás un 8 % como rendimiento en estas operaciones. Sin que puedas obtener grandes réditos en las operaciones realizadas.

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