Inversión en bonos sostenibles del gobierno vasco

bonos

BME, a través de la Bolsa de Bilbao, admite mañana a negociación la nueva emisión de bonos sostenibles que ha lanzado el Gobierno Vasco por un importe de 600 millones de euros. Los bonos tienen un plazo de 10 años (su vencimiento final está previsto para el 30 de abril de 2029) y devengarán un cupón anual del 1,125 %. Esta emisión se enmarca dentro de la autorización del Gobierno Vasco de fecha 5 de febrero para la realización de operaciones financieras a largo plazo por un importe máximo de 1.260,53 millones de euros.

Norbolsa, BBVA y Crédit Agricole han actuado como Coordinadores Globales y junto a HSBC, Santander, Banco Sabadell y Caixabank han sido los Joint Bookrunners en la colocación de la emisión. Por otra parte, hay que indicar que en esta emisión, el Gobierno Vasco cuenta con un rating en categoría clasificada como A3, es decir perspectiva estable, por Moody’s; A +, perspectiva positiva, por S&P; y A – perspectiva estable, por parte de  Fitch. La emisión ha obtenido un rating propio de A3 / A- por Moody´s y Fitch, respectivamente.

En este caso, se trata de la segunda emisión de bonos sostenibles que ha lanzado en los últimos años el Gobierno Vasco y que se admite a negociación por parte de la Bolsas y Mercados de España (BME). En donde, la emisión se desarrolla en el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas (ODS) e incluye proyectos sobre educación, sanidad, avance socioeconómico, generación de empleo o energía renovable, entre algunos de los más relevantes en el ámbito de la cooperación.

Bonos vascos: su rentabilidad

interés

Este nuevo producto procedentes d la renta fija regional general un retorno anual sobre los ahorros del 1,125 %. No es una rentabilidad muy exigente para los pequeños y medianos ahorradores, aunque aporta un interés fijo y garantizado todos los años por encima de los principales productos bancarios. Entre ellos, las imposiciones a plazo fijo, pagarés bancarios y cualquier clase de deuda pública. Precisamente en esta última, los ratios que reflejan las últimas subastas indican que el bono a 5 cinco años ofrece un rendimiento anual estimado en el 0,175 %, por debajo claramente de este nuevo producto financiero.

No se trata de un producto rentable en estos momentos, sino que está destinado a perfiles de inversores muy conservadores. En donde prefieren preservar sus ahorros por encima de otras consideraciones más agresivas. No obstante, una de sus ventajas más relevantes es que pueden ser suscritos desde importes muy asequibles a todas las economías domésticas. A diferencia de la compra y venta de acciones en bolsa que requieren de una mayor exigencia monetaria. Siendo una de sus diferencias más acusadas junto a la estructura del producto que es completamente diferente.

Otro formato: Bonos del Estado

Son valores de renta fija a corto plazo representados exclusivamente mediante anotaciones en cuenta. Se crearon en junio de 1987, cuando se puso en funcionamiento el Mercado de Deuda Pública en Anotaciones. Por lo que respecta a las letras se emiten mediante subasta. El importe mínimo de cada petición es de 1.000 euros, y las peticiones por importe superior han de ser múltiplos de 1.000 euros. Referente a su estructura genera, se trata de valores emitidos al descuento por lo que su precio de adquisición es inferior al importe que el inversor recibirá en el momento del reembolso. La diferencia entre el valor de reembolso de la Letra (1.000 euros) y su precio de adquisición será el interés o rendimiento generado por la Letra del Tesoro.

Por otra parte, también es importante mencionar que los bonos y obligaciones del Estado son valores emitidos por el Tesoro a un plazo superior. Ambos productos financieros son iguales en todas sus características salvo en el plazo, que en el caso de los bonos oscila entre 2 y 5 años, mientras que en las obligaciones es superior a 5 años. Se emiten mediante subasta competitiva y el valor nominal mínimo que puede solicitarse en una subasta es de 1.000 euros, y las peticiones por importes superiores han de ser múltiplos de la mencionada cantidad.

A plazos de 3 y 5 años

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En la actualidad el Tesoro emite bonos a 3 y 5 años, mientras que las obligaciones tienen un período de permanencia sensiblemente superior, que es de 10, 15 y 30 años. Por otra parte, las entidades financieras generalmente tienen establecidas en sus tarifas unas comisiones por venta de valores, que oscilan entre un 0,10 % y un 1,00 % del importe nominal de la operación y cuyo importe se descontará del precio de venta. Hay que tener en cuenta que todos los valores del Tesoro pueden venderse antes de su vencimiento en el mercado secundario. Para ello basta con dar la orden de venta a la entidad financiera donde se adquirieron.

Sobre este aspecto hay que incidir en que cuando el inversor decide vender sus títulos en el mercado secundario, puede sufrir pérdidas sobre la inversión que realizó inicialmente, lo que no sucede si los títulos se mantienen hasta su vencimiento. Uno de sus atractivos es que la rentabilidad es cobrada al principio de su contratación y no habrá que esperar a su vencimiento para disponer de mayor liquidez en la cuenta de ahorro, tal y como pasa, por ejemplo, en los depósitos bancarios a plazo fijo. En cualquier caso, se trata de un producto completamente seguro y que cuenta con la total garantía del estado.

¿Qué son los bonos patrióticos?

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Fueron un producto muy popular hace un par de años pero su atractivo ha descendido con gran intensidad. Son los bonos que se emiten desde las diferentes comunidades autónomas de nuestro país. Es decir, con emisión en Castilla y León, Islas Baleares, Madrid, País Vasco o Galicia. Con la característica de que cada uno de ellos ofrece una rentabilidad distinta. Moviéndose en una franja que va desde el 1 % y hasta el 6 % en función de su emisión. Con plazos de permanencia muy flexibles entre todos ellos y que se mueven entre 12 y 48 meses, para que puedan adaptarse a todos los perfiles de los pequeños y medianos inversores.

Mientras que por otra parte, los denominados como bonos patrióticos no siempre están disponibles en la oferta que se genera desde las diferentes comunidades autónomas. Si no que por el contrario su presencia en estos momentos es más bien escasa debido a que los problemas de financiación por parte de los entes autonómicos. Hasta el punto de que es muy difíciles detectarlos en estos precisos momentos. Esto es una tónica general que se viene repitiendo desde la pasada crisis económica. Con tan solo unas propuestas muy puntuales que han emergido en la oferta en esta clase de productos.

Márgenes distintos en la rentabilidad

El hecho de que el tipo de interés que ofrecen los bonos patrióticos sea tan divergente se debe al  riesgo que conllevan cada uno de ellos. En donde a medida que la rentabilidad es más alta también son mayores. Mientras por otra parte, los que generan un interés más modesta, en torno al 1 % o 2 %, son los que ofrecen más seguridad y los riesgos descienden notablemente. Todo ello en función de las notas que adjudican las agencias de calificación. En este sentido, y por poner un ejemplo práctico, la emisión de los bonos en Cataluña produce la mayor rentabilidad porque su riesgo es precisamente el más elevado. Con tan solo unas propuestas muy puntuales que han emergido en la oferta en esta clase de productos destinados a la inversión particular y privada.

Estas características son un denominador común de este producto destinado al ahorro y a la vez permite que los pequeños y medianos inversores puedan elegir su modelo más deseado. En donde debe combinar en los bonos patrióticos la rentabilidad con los riesgos. Para conseguir una ecuación más equilibrada en función de todas estas variables. Con emisiones que están disponibles con diferentes importes para su contratación. Más allá de otras consideraciones técnicas y puede que también desde el punto de vista de sus fundamentales.

Ventajas de estos productos

Conviene que se resalten los beneficios que se generan en la contratación de estos modelos de ahorro. Entre los que destacan las siguientes aportaciones que exponemos a continuación:

  • Ofrecen una rentabilidad fija aunque muy exigua para los intereses de sus titulares.
  • Se puede elegir entre diferentes modelos de contratación en función de las necesidades reales de los usuarios bancarios.
  • Su rentabilidad se cobra al principio de su formalización y no al vencimiento para generar un mayor atractivo para suscribirlo.
  • Están confeccionados con diferentes plazos de permanencia y por tanto aportan una mayor flexibilizad para contratarlo en cualquier momento.
  • Son productos que están avalados por un organismo público y no privado y que en este sentido pueden generar mayor seguridad sobre la rentabilidad que generan los bonos.
  • Se trata de un producto derivado de la renta fija y ello implica que su rentabilidad esté mucho más limitada y en muchos casos esté en niveles mínimos, como pasa en estos momentos.
  • No es un producto financiero homogéneo, si no que por el contrario hay diferentes formatos que pueden contratarse: bonos estatales, patrióticos, etc.
  • Y por último, no cabe duda de que es otra alternativa a la que puedes optar para rentabilizar tus ahorros.

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