Inversión: ¿cómo limitar las pérdidas en bolsa?

Tratar de limitar las pérdidas para evitar grandes pérdidas en bolsa

Si te decantes por invertir tus ahorros en la renta variable es con una finalidad muy concreta, que no es otra que conseguir notables rendimientos que vayan a parar a tu cuenta corriente. Cuantos más sean, mejor para tus intereses, no hay límite en los mercados financieros. Pero puede ocurrirte que la evolución de tus acciones no se desarrolle como habrías previsto inicialmente. Se trata de una situación no deseada en la que tu primera medida será proteger los ahorros.

Contar con alguna operación con minusvalías es algo frecuente entre los pequeños y medianos inversores, incluso entre los más experimentados. Cualquier dato económico, resultados empresariales, o movimientos corporativos pueden dar al traste con las expectativas creadas tras formalizar la compra en los mercados. Prácticamente es imposible evitarlo, pero en este artículo encontrarás algunas de las claves para que las cosas no vayan más allá y pierdas mucho dinero en la operación

Ante todo deberás plantearte el plazo al que van dirigidas tus inversiones: corto, medio o largo. En función de esta variable podrás utilizar más unas estrategias que otras. Y sobre todo, aplicar un consejo muy útil en estos casos, que consiste en invertir solamente aquel dinero que no vas a utilizar en un período de tiempo más o menos razonable. No en vano, si no haces caso, tendrás más de un problema para afrontar los gastos que se te presenten en algún momento: pago de deudas, obligaciones fiscales, o el abono del alquiler de tu piso.

Valores con liquidez

Son escenarios poco recomendables, ya que si tu situación bursátil no pasa por buenos momentos, te verás obligado a realizar una pésima operación en la mayoría de las ocasiones. Y seguramente que con muchas pérdidas, que en su posterior venta te desaparecerá de tu patrimonio. Para evitarlo, una solución a este problema puede residir en comprar acciones con altos dividendos, con una rentabilidad media anual cercana al 6%. Esta estrategia bursátil te reportará muchas ventajas cuando tengas que afrontar algún pago o gasto. El motivo, es que te abonarán una remuneración fija, entre 1 y 4 veces al año, que te servirá para afrontar los pequeños gastos.

Pero lo realmente preocupante te sucederá cuando veas como tus acciones están en terreno negativo. Desde luego que una sensación agradable, ni mucho menos. No sabrás, en muchas ocasiones, qué hacer con tus acciones, si venderlas asumiendo sus pérdidas, mantenerlas en tu cartera de valores, o directamente cambiarlas por otro valor que cuente con mayores expectativas de revalorización, y cuente también con un buen aspecto técnico. Será una decisión muy comprometida que deberás tomarla en un plazo de tiempo muy rápido, en no más de 2 o 3 días. Si no quieres comprobar como las minusvalías generadas hasta ahora pueden agudizarse en los próximos meses, con un agujero mucho más profundo..

Ocho consejos para reducir pérdidas

Ocho consejos para no tomarte calmantes en tus operaciones bursátiles

Será el momento de tomar una decisión, radical en la mayoría de las ocasiones, analizando el estado de tus cuentas personales. Con un objetivo, que es ayudarte a tomar la decisión más correcta en cada caso, y en donde se apuntarán una serie de consejos que te serán de gran utilidad para enfocar tus operaciones en los mercados de renta variable. Aun asumiendo que siempre tendrás la última y definitiva decisión sobre tu inversión.

Primera clave: introduce una orden de limitación de pérdidas

Cuando vayas a formalizar tu operación de compra de las acciones no deberás olvidarte de poner una orden que limite las posibles pérdidas que pueda generarte la inversión. Son la cada vez más populares orden de stop losss que se emplean para protegerte de grandes caídas en su cotización. Para ejecutarla será muy recomendable que analices hasta que nivel de depreciación puedes llegar. En unos casos será del 2%, en otros hasta del 5%, pero no mucho más elevado.

De esta forma, en tendencia bajista de los mercados bursátiles, evitarás que las correcciones se profundicen más y corras el riesgo de perder importantes cantidades de dinero. Incluso que no puedas asimilarla. No en vano, siempre será mejor dejarte el 3% de los ahorros, que no el 10%. Los movimientos correctivos que se produzcan habrá que cortarlos desde el principio, y afrontar la postura de que te has equivocado.

Segunda clave: cambiar de estrategia inversora

Puede que este escenario tan poco deseado para tus intereses se haya desarrollado como consecuencia de una equivocación tuya. Todavía tendrás tiempo para enmendar el error y canalizar positivamente tu inversión. La estrategia ante este planteamiento consistiría en cambiar de valor, y dirigirte a otros que muestren un mejor aspecto técnico para aprovecharte de sus posibles revalorizaciones.

La operación de permuta entre diferentes valores se realizará inicialmente con minusvalías como consecuencia de la venta realizada tras la fallida operación. A pesar de todo, podrás detener la depreciación de tus ahorros de forma radical. Y por otra parte, optarás por una propuesta más segura en cuanto a la evolución que pueda tomar en las siguientes sesiones bursátiles.

Tercera clave: diversifica tu inversión

Para evitar notables sangrías en tu cartera de inversión, nunca debes destinar todo tu capital a una sola compañía cotizada en bolsa. Y menos si ésta es especulativa, o cuando menos produce una amplia volatilidad en sus precios, más de lo normal. Es cierto que podrás ganar mucho dinero en la operación, pero también te podrá salir muy cara si la tendencia bajista se adueña de sus movimientos.

La diversificación en la inversión es la receta más sencilla que tienes a mano para que esta situación no ocurra en los próximos meses. Para ello, deberás elaborar una cartera de inversión razonable y equilibrada que tenga en cuentas a diferentes sectores, compañías, y hasta también sería muy recomendado incluir otros índices de la renta variable. Como consecuencia de esta estrategia podrás limitar las pérdidas con exquisita eficacia, especialmente cuando la afectada por estos movimientos es un solo valor en concreto.

Cuarta clave: no arriesgues excesivo dinero

No invertir todos los ahorros en renta variable

Si no tienes muy claro la propuesta que has formalizado en los mercados financieros, será mejor que no destines la totalidad de tus ahorros. Con que sea entre un 20% y 40% sobre el total será más que suficiente para protegerte ante escenarios desfavorables para tus intereses. Con importes menores siempre será más fácil conllevar las pérdidas.

Esta nueva estrategia inversora puede complementarse con la anterior recomendación, optando por una amplia selección de valores que configuren tu cartera con mayor eficacia. Siendo deseable, además, que estén presentes muchas compañías procedentes de los sectores más defensivos de la renta variable: eléctricas, autopistas, alimentación, etc. Será el pasaporte mejor confeccionado para evitar que los movimientos correctores sean más acusados y prolongados.

Quinta clave: evitando los escenarios bajistas

No hay mayor antídoto para conseguir que tu cartera de inversión no se deprecie que abstenerte de tomar posiciones (comprar) en escenarios claramente bajistas. Para ello deberás analizar los mercados bursátiles a través de los gráficos, en donde constatarás claramente su aspecto técnico. Y ni que decir tiene que los valores en caída libre nunca serán objeto de tu análisis para realizar ninguna operación. Es el peor escenario posible que puede presentarse en la bolsa.

Y especialmente perjudiciales son las operaciones desarrolladas, cuando un valor rompe con sus soportes. De ocurrir este escenario, bastante frecuente por otra parte, no tendrás más remedio que aplicar una orden de venta inmediatamente, sino deseas que parte de tu capital se esfume en pocas sesiones bursátiles. Es la regla de oro que aconsejan todos los analistas bursátiles, sin excepción, para sortear que las amplias plusvalías inunden tu inversión.

Sexta clave: no te marques objetivos a muy corto plazo

Ampliar el plazo de permanencia puede ayudarte a conseguir los objetivos.

Los plazos de permanencia en la bolsa son muy importantes, y pueden condicionar la evolución de la inversión. No en vano, si te diriges a un largo plazo siempre podrás asumir más riesgos, y como consecuencia de ello, mantenerlas en cartera durante unos años, sin tener que malvender las acciones por necesidades de tu cuenta corriente.

Es cierto que no vas a invertir tus ahorros para dejárselos en herencias a tus hijos, por supuesto que no. Pero en principio, tampoco es aconsejable que te plantees plazos muy cortos que pueden salir por los aires ante cualquier adversidad. Dirigirlos a un espacio de tiempo medio, entre 1 y  3 años puede constituirse en una excelente medida de precaución para que tu propuesta de inversión no salga negativamente.

Séptima clave: aprende los errores del pasado

Seguramente que ya has pasado por esta situación. Si es así, te servirá para no repetirlas, y aprender las lecciones que han marcado tu carrera como pequeño inversor. Solamente tienes que meditar en donde has errado, para que no vuelva a pasar lo mismo. Llegarás a la conclusión que para ganar un buen rendimiento, tendrás que haber pasado por situaciones muy desfavorables para tus intereses.

Incluso si no te sientes seguro y con confianza para desarrollar la operación bursátil, lo más aconsejable es que pongas tus ahorros en manos de profesionales para que te lo sepan gestionar de una forma más óptima. Desde tu propio banco te podrán ayudar a diseñar un modelo de inversión más seguro, y de esta manera proteger el capital invertido.

Octava clave: no desesperes, es la bolsa

Y finalmente piensa que asumes un riesgo muy potente invirtiendo tus aportaciones en un mercado tan singular como el de renta variable. Es dinámico y con fuertes oscilaciones en sus precios. Y si deseas mayor seguridad, será mejor que te dirijas a otros activos financieros, principalmente procedentes de la renta fija, aunque su rendimiento será menor. Pero al menos te garantizarán unos ingresos mínimos.


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