En el mundo globalizado que vivimos hoy en día, el surgimiento de nuevas empresas se ha vuelto cada vez más habitual, pues las herramientas tecnológicas que han logrado un gran crecimiento en los últimos años, como la diversas aplicaciones que se pueden aprovechar en internet, han propiciado que muchos emprendedores inicien negocios que los puedan separar de las limitaciones profesionales que muchas veces se pueden encontrar en una oficina.
De igual forma, las grandes empresas también siguen en aumento constante, por lo cual hoy es posible encontrase con una gran variedad de negocios y compañías de todo tipo.
Sin embargo, estos no se hicieron de la noche a la mañana y para que pudieran mantenerse estables y en crecimiento por muchos años, tuvieron que llevar desde un inicio, un adecuado control financiero, pues ningún negocio logra prevalecer en el competido sector empresarial de hoy en día, si no es a través de una capitalización optima y una liquidez que les permita enfrentar una reducción drástica de los ingresos o algún gran gasto repentino que puede ser fatal para aquellas empresas y negocios, que no se encuentran protegidos económicamente.
¿De qué se trata el Cash flow?
Para poder dar solución a la problemática relacionada con la liquidez y rentabilidad, que es un tema con el que se pueden encontrar las nuevas empresas, o que incluso puede afectar a las grandes compañías ya establecidas, nos encontramos con el tema del cash flow, también conocido como flujo de caja o de tesorería, un método novedoso que puede ser entendido como un indicador que nos ofrece información sobre el estado financiero de un pequeño negocio o incluso una gran empresa, es decir se trata de llevar un control sobre las entradas y salidas de caja o efectivo en un periodo dado, herramienta que nos permite ser mucho más conscientes de los gastos e ingresos de la compañía. En pocas palabras, se trata de encontrar el equilibrio entre nuestras necesidades y nuestras posibilidades económicas para solventarlas.
¿Qué tipo de aplicaciones pueden tener los estudios de flujo de caja dentro de una empresa?
Los cash flow pueden tener diversas funcionalidades para asegurar la estabilidad financiera de una empresa. Algunos de sus principales usos se pueden aplicar a los siguientes casos:
Para resolver los problemas de liquidez de una compañía:
Muchas veces, suele pensarse que para asegurar el buen funcionamiento de una empresa es únicamente necesario que esta sea rentable, por lo que muchos pequeños empresarios pierden la oportunidad de hacer crecer sus negocios, al carecer de algunos de los fundamentos básicos que siempre deben tener en cuenta cuando realizan los gastos y egresos que pueden llevar a un mal flujo de liquidez. Es por eso que esta opción del flow cash te permite anticipar los saldos en dinero, con el objetivo de que nunca tenga problemas de efectivo, situación que nunca se debe presentar para ninguna compañía aunque esta sea rentable.
El Flow cash te permite analizar la viabilidad de los proyectos de inversión:
Para poder conocer los beneficios de aventurarse a invertir en un determinado proyecto económico, el flow cash te permite hacer uso de los flujos de fondos que son la base de cálculo del valor actual neto y también de la tasa interna de retorno que tiene. Con dichos datos, puedes conocer los pros y contras de cualquier proyecto de inversión que tengas en mente.
Medir la rentabilidad y crecimiento:
El flujo de caja también te permite hacer una medición de la rentabilidad y el crecimiento que puede tener un negocio en un determinado periodo de tiempo, sobre todo en aquellos casos en que las normas contables no representan satisfactoriamente la realidad económica de dicho negocio.
¿De qué elementos se compone el Cash flow?
El cash flow se trata de un indicador que se suele componer de los siguientes elementos: Beneficio + amortizaciones + provisiones.
Estos tres elementos son necesarios para poder realizar el análisis de flujo de caja, de tal modo que, según este indicador, tanto las amortizaciones como las provisiones son costos que deben sumarse a los beneficios de acuerdo a un periodo determinado, y no necesariamente estos costo suponen una salida de dinero, es decir, las amortizaciones a pesar de ser un coste, no tienen por qué significar una salida de efectivo, porque contablemente suponen una minoración del resultado del ejercicio, pero ello no implica que sean un desembolso como tal. Lo importante es que el efectivo, es decir, la tesorería siga estando disponible. El objetivo de este procedimiento es que por medio del cash flow, uno sea capaz de conocer cuáles son las disponibilidades financieras que tiene un negocio dado, es decir, la cantidad de efectivo que una empresa puede generar durante un determinado periodo de tiempo.
¿Cuál es la importancia de aplicar el flujo de caja en los negocios actuales?
El cash flow tiene una importancia capital hoy en día, pues resulta en una herramienta fundamental con la que podemos llevar un control de la cantidad de dinero que produce una empresa. Este dato es fundamental para poder conocer nuestra salud financiera y así poder conducir la evolución que tendrá nuestro negocio o empresa a lo largo del tiempo. Asimismo, hacer un uso adecuado del cash flow nos permitirá también, generar mejores acuerdos con otras empresas y proveedores, pues al conocer nuestro flujo de efectivo, sabremos como cumplir con nuestros pagos o qué compromisos se pueden establecer de acuerdo a la solvencia financiera de la empresa.
¿Qué tipos de Cash flow existen?
Por su origen, existen distintas clasificaciones del flujo de caja a las que podemos recurrir para resolver un problema específico en cuanto a la liquidez o solvencia de un negocio.
- Cash flow operativo: Se trata del efectivo recibido o entregado como resultado de aquellas actividades económicas básicas que tiene la empresa. En resumen, nos referimos a la cantidad de dinero recaudada gracias a las actividades económicas básicas de la compañía.
- Cash flow de inversiones: Es el efectivo recaudado o expendido luego de haber considerado los gastos de inversión de capital que pueden beneficiar al negocio en futuro dado. Lo importante de esta clase de cash flow, es que aquí se tienen en cuenta todas aquellas inversiones que pueden beneficiar más adelante, como lo pueden ser la compra de maquinaria nueva para una fábrica, por ejemplo, o el hecho de dedicarse a nuevas inversiones o adquisidores que rindan sus respectivos beneficios en el futuro.
- Cash flow de financiamiento: Se trata del efectivo recaudado o expendido como resultado de distintas actividades financieras que pueden variar desde pagos o recepción de préstamos hasta emisiones o compra de acciones. Desde luego existen una gran cantidad de operaciones financieras por las que se puede recibir o abonar dinero, por lo cual este tipo de cash flow es ideal para llevar un control sobre la liquidez manejada y recibida en los diversos movimientos financieros de una compañía.
¿Existen limitaciones para los cálculos del Cash flow?
La forma más utilizada y conocida para calcular el flujo de caja es aquella que se conoce como cash flow contable. Esta fórmula es una de las más utilizadas, sobre todo en los distintos ejercicios que son para efectos comparativos, sin embargo, sí cuenta con una limitación muy importante, la cual viene dada por la llamada regla del devengo.
Básicamente, esto consiste que en la computación de las ganancias se ingresa como tesorería a los beneficios contables, lo cual dista mucho de coincidir con la realidad. La razón es que cuando se hacen las facturas por una venta se contabilizan los beneficios por dicha transacción, sin embargo esto no quiere decir que hayamos cobrado efectivamente el valor de esa venta. Dicho en otras palabras, este problema se presenta porque hoy en día muchas empresas suelen tener tratos y acuerdos con los proveedores o viceversa.
Dichos tratos o acuerdos consisten, por ejemplo, en otorgar créditos para realizar exitosamente una venta, lo cual quiere decir que se hace la compra pero no se recibe inmediatamente el dinero por esa venta. Por ejemplo, si un proveedor logra vender a una empresa una serie de productos o artículos con un cierto valor, es normal que la compra se haga en efectivo pero hoy en día ocurre, con mucha frecuencia, que la venta de los productos es a crédito o que se condiciona de acuerdo al uso o beneficio que la empresa obtenga de esos productos.
En consecuencia, las ventas a crédito figuran muchas veces en las facturas de un negocio, pero usualmente se llega a un acuerdo con el comprador para que se nos pague después, por lo que el valor de esas ventas no es en efectivo líquido sino que representa un beneficio que se ingresa en la factura a pesar de que se estará recibiendo el dinero en un futuro determinado.
Esto es lo que conoce como venta aplazada y cuando se presenta, es normal que parte de las ventas de un ejercicio, junto con sus beneficios, quedarán pendientes de cobro hasta el siguiente ejercicio, claro esto, en el caso de que todo salga bien, porque si las cosas van mal para el que nos compra los artículos bajo este concepto, entonces esas ventas no se cobrarán, pues este es un beneficio que se ofrece con tal de que tengamos una especie de convenio en el que nos estarán realizando compras cada cierto tiempo. El problema es que en las facturas ya hemos contabilizado esas ventas cuando todavía no es seguro que recibamos el dinero de las mismas.
La solución para este tipo de inconveniente es que nos dotemos de varios instrumentos para medir los niveles de tesorería o liquidez de un negocio, ya sea que estos sean actuales o previstos, con el fin de que podamos gestionarlos mejor y calcular mejor los costos y beneficios de los movimientos financieros que realicemos.
Conclusiones
Sin duda, el cash flow o flujo de caja, es un excelente recurso para los ejercicios contables que podemos realizar para optimizar las ganancias y beneficios de nuestro negocio o empresa. Haciendo un uso correcto de este método, definitivamente estaremos un paso adelante en la evolución de nuestro negocio, y con su debido esfuerzo y dedicación, podremos hacerlo crecer hasta convertirlo en una empresa bastante fructífera, que no solo sea rentable sino que tenga una gran liquidez para afrontar cualquier imprevisto económico.