Hipotecas subprime

Qué son las hipotecas subprime

Durante los años 2006-2008 las hipotecas subprime supusieron una gran crisis económica en Estados Unidos, que incluso estuvo a pique de afectar a otros muchos países. Todavía son muchos los economistas y expertos que se acuerdan de ellas, y que alertan del peligro de que estas vuelvan, bajo otros nombres, alterando así la economía de un país.

Por eso, si quieres saber qué son las hipotecas subprime, las condiciones que ofrecían y lo que pasó para que ahora se vean como un gran peligro, aquí te hemos recopilado toda la información al respecto.

Qué son las hipotecas subprime

Las hipotecas subprime surgieron en Estados Unidos. De hecho, eran una figura «legal» dentro de su sistema de préstamos y créditos, y estaban enfocados directamente en las hipotecas. En este país, se tenían dos tipos de hipotecas: las prime, que son las que concedían a personas con una solvencia mayor de 660 puntos (según su trabajo, calidad de vida, documentación, posibilidad de devolver el dinero, etc.); las subprime, que eran las que otorgaban a personas que no llegaban a los 660 puntos. Estas también recibían otros nombres como hipotecas basura o hipotecas NINJA (No Income No JOr or Assets, traducido como hipotecas para los que no tienen ingresos, trabajo o no son activos).

Así, las hipotecas subprime eran aquellas que se le daban a las personas que tenían pocos recursos, que apenas tenían ingresos, o incluso sin trabajo. En este caso, era muy arriesgado conceder un préstamo a alguien que podía no devolverlo y, por eso, decidieron incrementar los tipos de interés.

Algo que hay que tener en cuenta es que estas hipotecas no eran malas, en realidad eran iguales que las hipotecas prime, pero estas, debido a que el titular no era la «mejor persona a la que fiar dinero», se le imponían unas condiciones mucho más duras.

Cuáles son las condiciones de las hipotecas subprime

Cuáles son las condiciones de las hipotecas subprime

¿Y cuáles eran esas condiciones? Las hipotecas subprime fueron el recurso que muchas familias utilizaron para sus viviendas. El problema es que estas suponían un alto riesgo para los bancos. Quizás una o dos no, pero las entidades empezaron a tener cada vez mayor acumulo de ellas, y una gran parte de las mismas comenzaron a fallar.

Para empezar, este tipo de hipotecas estaban reservadas a perfiles que no alcanzaban la solvencia que se requería para dar una hipoteca. Y es que a ellas podían acceder personas que no tenían trabajo, que tenían ingresos mínimo, o que estos no eran estables ni tampoco tenían propiedades a su nombre que pudieran «avalarlos». En otras palabras, cualquier persona podía pedir una hipoteca subprime aun sin tener trabajo, dinero ni propiedades.

Debido a lo anterior, y porque suponía una transacción de alto riesgo, el tipo de interés era el más alto, porque había un gran riesgo de impago. Así, el tipo de interés solía estar entre 1,5 y 7 puntos por encima de lo que se considera normal. Pero ahí no acababa todo.

También había más comisiones, no solo la de intermediación de los brókeres, sino otras que los propios bancos imponían y que elevaban la cantidad que había que devolver a una muy difícil de devolver para este colectivo.

Por último, la hipoteca se concedía financiando más del 80% de la vivienda, pero era fácil hacer que el propio banco te hiciera una hipoteca por el 100% e incluso se ocupara de los gastos.

En otras palabras, era una hipoteca muy «jugosa» para aquellos que la necesitaban. Pero, ¿y para los bancos?

Hipotecas subprime y los bancos

En el caso de los bancos, parece casi imposible que una entidad se anime a hacer algo así, ¿verdad? Y sin embargo, en Estados Unidos ocurrió (aunque también fue lo que provocó el colapso financiero después).

Pero sí, los bancos estaban encantados con este tipo de hipotecas, y todo porque utilizaban la figura de los “bonos hipotecarios». Eran una figura en la que metían a esas hipotecas y las vendían a fondos de inversión. Es decir, que se sostenían por otros que, a cambio de esos bonos, obtenían una «recompensa». Y todo parecía ir bien… hasta que no lo fue.

La historia de una gran crisis

La historia de una gran crisis con las hipotecas subprime

En el 2000, las hipotecas subprime eran un «chollo». Una persona, sin ingresos, sin trabajo estable, sin propiedades podía acceder a comprarse una casa porque el banco le daba una hipoteca, a veces al 100%, a veces al 80%. Pero era suya. Lo único que tenía que hacer era pagar una cuota mensual. Y todo fue bien. De hecho, según los datos del Instituto de Estudios Bursátiles, en 2006 las entidades financieras americanas habían ganado muchísimo dinero con ese producto bancario. Pero a partir de ese año, las cosas cambiaron para mal.

Y es que muchas personas dejaron de pagar las cuotas, y eso hizo que tuvieran que renunciar a sus viviendas. El problema era que estas no se podían revender más caras, porque ya el precio estaba en el tope, e incluso empezaban a bajar. Así que los bancos tenían montones de casas y deudas. Además, los que habían comprado los bonos empezaron a ver que no iban a recibir nada, al contrario, estaban perdiendo todo el valor que habían invertido. Y eso desencadenó en que los fondos y entidades bancarias comenzaran a tener problemas de liquidez, quebraran… Lo que provocó la conocida crisis financiera de 2007-2008.

¿Hay hipotecas basura en España?

¿Hay hipotecas subprime en España?

La gran pregunta para muchos. Como tales, las hipotecas subprime fueron algo de Estados Unidos. Pero no hay que andar muy lejos para ver que, en España, también han existido figuras similares.

De hecho, casi en la misma época que en Estados Unidos, por los años 2000, empezaron a salir por parte de los bancos los llamados préstamos hipotecarios sin aval. Sus condiciones eran muy parecidas a las subprime y sí, las consecuencias fueron también iguales: la crisis económica de la que, ahora mismo, todavía España no ha logrado salir.

¿Y ahora?

No podemos decirte que no existen hipotecas subprime, basura, NINJA o como quieras llamarlas hoy día. Lo cierto es que sí pueden existir, llamadas de otra manera, y con condiciones muy similares. Sin embargo, muchos bancos han aprendido la lección y ahora acceder a una hipoteca es bastante más difícil que antes. De hecho, aunque los bancos están más abiertos a prestar dinero, se “guardan las espaldas” con los avales o figuras que le garanticen que van a recuperar el dinero.


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