Si alguna vez has escuchado hablar de la hipoteca abierta y no tienes claro qué es, cómo funciona y si realmente merece la pena solicitar una, aquí encontrarás la información más completa y detallada sobre este tipo de producto financiero. Aunque no es una opción tan extendida como las hipotecas tradicionales, tiene ciertas ventajas y riesgos que conviene conocer a fondo antes de tomar una decisión.
La hipoteca abierta permite a los clientes acceder nuevamente al dinero ya amortizado en una hipoteca sin necesidad de solicitar un nuevo préstamo. Es una opción de financiación que dan algunas entidades bancarias y que permite una mayor flexibilidad a la hora de gestionar los pagos y gastos a lo largo del tiempo. Por eso, es recomendable conocer cómo conseguir el 100% de la hipoteca si estás pensando en este tipo de financiación.
¿Qué es una hipoteca abierta?
Una hipoteca abierta es un tipo de crédito hipotecario que permite al titular solicitar disposiciones de dinero adicional según vaya amortizando la deuda. Dicho de otro modo, se tiene la posibilidad de acceder nuevamente al capital ya devuelto del préstamo, sin necesidad de solicitar una nueva hipoteca o un crédito personal.
El banco, en función del perfil financiero del cliente, puede evaluar si concede estas disposiciones de dinero o las rechaza. Sin embargo, cada una de estas disposiciones funciona como un préstamo separado con su propio plazo e intereses, lo que puede generar una carga financiera adicional. Además, es crucial entender las tendencias de las hipotecas para estar al tanto de las opciones disponibles.
¿Cómo funciona una hipoteca abierta?
El mecanismo de una hipoteca abierta es sencillo. El titular de la hipoteca puede solicitar al banco una nueva disposición de capital conforme haya ido devolviendo parte de la hipoteca inicial. Es decir, si ha amortizado una cantidad específica del préstamo, tiene la posibilidad de volver a utilizar ese dinero.
Para entenderlo mejor, veamos un ejemplo:
Supongamos que contratamos una hipoteca abierta de 150.000 euros a 30 años. Tras 10 años, hemos amortizado 48.000 euros, por lo que nuestro saldo pendiente es de 102.000 euros. Si necesitamos financiación, podemos solicitar una disposición de hasta 48.000 euros, que sería evaluada por el banco.
Si se concede, tendríamos dos cuotas a pagar: la de la hipoteca original y la del nuevo préstamo asociado a la disposición.
Diferencias entre un préstamo hipotecario y un crédito hipotecario
Para entender mejor la hipoteca abierta, es importante diferenciar entre el préstamo hipotecario tradicional y el crédito hipotecario:
- Préstamo hipotecario: Se concede una cantidad de dinero determinada para la compra de una vivienda y no se puede modificar sin una novación.
- Crédito hipotecario: Permite una mayor flexibilidad, ya que una parte del dinero amortizado se puede volver a utilizar en futuras necesidades.
Tipos de hipoteca abierta según el interés
Existen diferentes tipos de hipoteca abierta en función del tipo de interés que se aplica:
- Interés fijo: Se mantiene estable durante toda la vida del préstamo, sin sorpresas en las cuotas.
- Interés variable: Se basa en un índice de referencia (como el euríbor) más un diferencial, lo que provoca variaciones en la cuota.
- Interés mixto: Combina un periodo inicial con interés fijo y luego variable.
- Hipoteca abierta asegurada: Incluye un seguro para cubrir impagos en situaciones de dificultad económica.
Ventajas y desventajas de una hipoteca abierta
Antes de optar por una hipoteca abierta, es fundamental conocer sus pros y contras.
Ventajas:
- Permite volver a disponer del dinero ya amortizado sin necesidad de pedir una nueva hipoteca.
- Suele tener un interés más bajo que un préstamo personal.
- Ofrece flexibilidad en la financiación a lo largo del tiempo.
Desventajas:
- Si se abusa de las disposiciones, puede llevar a un sobreendeudamiento.
- Las disposiciones generan nuevos préstamos con plazos e intereses adicionales.
- Este tipo de hipotecas tienen más dificultades para ser subrogadas o trasladadas a otro banco.
¿Cuándo conviene contratar una hipoteca abierta?
Las hipotecas abiertas no son para todo el mundo. Son una opción interesante si se prevé la necesidad de financiación adicional en el futuro, como en casos en los que se quiere reformar la vivienda años después de su compra. También pueden ser una solución útil para quienes deseen liquidez sin recurrir a créditos personales con intereses elevados. Si estás considerando tus opciones de hipoteca, asegúrate de entender cómo afectan las medidas bancarias a tu situación.
Sin embargo, hay que ser muy conscientes de los riesgos. Si no se gestiona bien, puede terminar suponiendo una carga financiera mayor de la esperada, y en caso de impagos, el banco podría iniciar una ejecución hipotecaria sobre la vivienda.
¿Te queda claro ahora qué son las hipotecas abiertas para decidir si es lo que te interesa? Te leemos en comentarios.