¿Gestión activa o pasiva en la bolsa?

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Una de las principales disyuntivas que tienen los pequeños y medianos inversores es detectar cuál es la gestión que mejor les conviene a sus inversiones. Si por un lado, la activa o por si el contrario la activa. Porque en función de cuál sea el escenario real de los mercados financieros será necesario optar por uno u otro modelo de gestión. Ni son mejores ni peores, sino que dependerán fundamentalmente de las condiciones del mercado. La clave residirá en saberlas aplicar en cada momento. Para que de esta manera, estés en la mejor de las condiciones para optimizar tus ahorros.

En estos momentos la situación de las bolsas internacionales es claramente alcista, tal y como puedes comprobar en los gráficos actualizados. No en vano, en este año se va a cumplir el octavo aniversario del mercado alcista. Después de la crisis que afectó a la bolsa con caídas muy verticales en 2007. Hasta el punto de que se trata de la segunda racha más larga de la historia de subidas continuadas de las bolsas. Precisamente este es uno de los escenarios en donde la gestión pasiva puede ser más eficiente. Con un incremento en la rentabilidad sobre los ahorros invertidos. Pero la cuestión que se debate es si seguirá asía a partir de estos momentos.

Porque por el contrario, cuando se genera mayor inestabilidad en los mercados de renta variable es cuando más rentable es la gestión activa. Incluso para capear los momentos más desfavorables. Como previsiblemente puede pasar, si nos atenemos a las indicaciones de algunos de los más afamados analistas de los mercados financieros. De cualquier forma, será muy interesante que a partir de estos momentos sepas en qué consisten ambas gestiones, la activa y la pasiva. Para que rápidamente puedas aplicarlas cuando sean mejores las condiciones. Es una opción válida, tanto para la compra y venta de acciones en bolsa, como para ciertos productos financieros, entre los que sobresalen los fondos de inversión.

Gestión activa: ¿cuándo aplicarse?

Esta clase de gestión es especialmente beneficiosa en los periodos de mayor inestabilidad. En donde las bolsas suelen caer con gran virulencia y con descensos muy acusados en sus precios. Por una razón muy sencilla de entender y que se basa en que la inversión es administrada en función del estado real de los mercados financieros. No solamente para variar los valores seleccionados, sino incluso optando por otra clase de productos financieros. Con alternativas procedentes de la renta variable, fija o modelos alternativos. Porque será de unas de las maneras más eficaces para adecuarte a todos los escenarios. Será además una forma muy práctica para proteger tus ahorros desde un principio.

La gestión activa, por otra parte, te da la oportunidad de ir rotando las inversiones cada cierto tiempo. Con la renovación de las carteras de valores ante cualquier cambio de ciclo bursátil o incluso económico. De esta forma, deberás estar más atento a lo que pasa en los diferentes mercados financieros. No solamente los productos vinculados a la bolsa, sino también a otros completamente contrapuestos en sus tratamientos. En cualquier caso, te ayudará en la prevención de posibles pérdidas cuando los mercados de renta variable se vuelvan bajistas. Algo que en algún que otro momento sucederá. Con toda seguridad.

Aprovechar oportunidades de compra

compra

Otro de las ventajas más notables que te genera esta singular estrategia en la inversión es que puedes encontrar con mayor facilidad las oportunidades de negocio que te generen los mercados financieros. Entre otras razones, porque estarás más predispuesto para cambiar de activos financieros. Puedes pasar de la bolsa a los bonos alemanes y viceversa. No hay límites para conformar una cartera de valores. Ni en lo que respecta al contenido ni en formatos de inversión. Se trata de auténticas revisiones que tienes que formalizar cada año. Bajo las periodicidades que sean más aptas el perfil que presentes como pequeño y mediano inversor: agresivo, conservador o intermedio.

También la gestión activa es muy fiable para desarrollar las inversiones a medio y largo plazo. Porque en estos espacios de tiempo siempre es más fácil y factible cambiar el modelo de inversión. Hasta el punto que puedes pasar fácilmente de una gestión agresiva a otra claramente defensiva. Y no te pasará absolutamente nada por una variación tan radical como esta. Eso sí, debes estas más abierto a una nueva clase de inversiones, en las que pueden incluirse algunas realmente innovadoras. ¿Estás dispuesto a asumir este cambio en tus relaciones con el siempre complicado mundo del dinero?

Gestión activa, cuando todo va bien

Por otra parte, siempre tienes la alternativa de la gestión pasiva. Es la más cómoda de todas ya que prácticamente todo te vendrá hecho, como popularmente se dice. Desde este escenario la rentabilidad puede ser mayor que en la gestión activa. Como comentamos anteriormente, es la que se aplica en escenarios alcistas como el actual. En dónde no habrá necesidad de cambiar nada, o al menos muy poco. Porque al fin y al cabo todas tus inversiones van sobre ruedas que es el objetivo de tus aspiraciones.

Tampoco puedes olvidar en ningún momento que es en los plazos más cortos donde se vuelve más rentable esta estrategia. Si todo va bien es lógico que no tengas que tomar ninguna decisión sobre el estado de tus inversiones. Generalmente su aplicación dependerá de las proyecciones que se hagan sobre el estado de la economía internacional. Quizás sea el escenario más deseable para defender tus intereses como pequeño y mediano inversor. Aunque no lo confundas, no tiene nada que ver con planteamientos defensivos o conservadores. Porque realmente no tienen nada que ver, sino más bien con la estrategia utilizada en cada momento.

Inversión gestionada por profesionales

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Una de las características más relevantes de esta clase de gestiones es que pueden ser llevadas por los profesionales o expertos en los mercados financieros. Principalmente en los que se refiere a la gestión activa ya que deberá contemplar un análisis exhaustivo de todos los mercados financieros. No en vano, la rapidez será una de las claves para que puedas rentabilizar los ahorros con mayor eficacia. Además, puede que en algún que otro momento sea el momento de guardar el patrimonio disponible en alguno de los principales productos bancarios (depósitos a plazo, pagarés o cuentas de alta remuneración). Su rentabilidad no será en ningún momento espectacular, pero a cambio te proporcionará una mayor estabilidad.

La gestión activa, por otra parte, te la puedes llevar desde tu banco de siempre. Sin ninguna clase de desembolsos en la formalización de las operaciones. Aunque bien es cierto que para que puedas llegar a estos niveles tengas que tener un saldo en tu cuenta corriente muy competitivo. Es decir, constituirte en un cliente preferente que de acceso a esta clase de servicios bancarios. Para que de esta forma, no tengas que preocuparte de nada ni de los valores en los que estás comprometido. También en otra clase de entidades vinculadas con el sector del dinero también aportan esta prestación profesional.

¿Cuál es la mejor gestión?

Como decíamos anteriormente, ni es mejor ni peor que la otra. Son las propias condiciones las que determinarán en donde deben situarse los ahorros en cada momento. No obstante, si no sabes lo que hacer, será preferible que lo consultes con los profesionales que tienen casi todas la entidades financieras. No en vano, te servirá para salir de más de un apuro, tal y como suele suceder con cierta frecuencia. Por todas estas razones no debes plantearte en ningún momento cual es la mejor de las gestiones. Sino por el contrario, la que mejor se adapta a la realidad de los mercados financieros.

De todas formas, se trata de un debate que puede ser muy interesante para rentabilizar todas tus posiciones. Sea cual fuese el activo financiero elegido para mejorar tu patrimonio. Por otra parte, no puedes olvidar que puedes combinar ambos modelos de gestión. Bajos los porcentajes que consideres más oportunos para cada ocasión. Hasta el punto de que se constituye en otra fórmula para diversificar las inversiones. Desde una óptica diferente y en cierto modo original con respecto a otras formas de planificación en las inversiones.

Consejos para elegir la mejor inversión

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Siempre será muy recomendable que plantees unos objetivos mínimos sobre las metas que deseas conseguir. Porque serán de gran ayuda para mejorar tus posiciones en tu cuenta corriente. ¿Quieres conocer algunas de las más importantes? Pues presta atención porque podrán desarrollarlas son muchas complicaciones.

  • Si no hay cambio en los ciclos económicos no habrá motivos para variar la gestión de tus inversiones.
  • El cambio de una gestión activa a pasiva o viceversa deberá estar motivado por una razón de peso, no por una evolución corta que no es de tu agrado.
  • Las perspectivas en la economía será un dato de especial interés para optar por uno u otro modelo de gestión.
  • La pasiva siempre es más cómoda para tus intereses, entre otras cosas porque no tendrás que hacer casi nada.
  • Las diferencias en la aplicación de un modelo de gestión pueden representar mucho dinero en las operaciones realizadas hasta esos momentos. Desde esta perspectiva, no trates de forzar tus inversiones por nada del mundo.

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