Ya sea en una factura, en una conversación, o en cualquier otra situación, hablar de importe bruto y neto es algo común. El problema es que no siempre se conoce la diferencia entre importe bruto y neto. Y esto influye, y mucho, en el resultado final.
Por eso, en esta ocasión, nos queremos centrar en que conozcas cuál es la diferencia o diferencias que existen entre ambos términos para que lo entiendas a la perfección. ¿Empezamos?
Qué es el importe bruto
Primero de todo, y antes de hablarte de la diferencia entre importe bruto y neto, conviene que sepas completamente qué es el importe bruto, así como el importe neto.
En el primer caso, el importe bruto, que también te lo puedes encontrar como precio bruto o valor bruto, es en realidad el valor que tiene un producto o un servicio antes de que se le hayan aplicado retenciones, impuestos, etc.
Dicho de otro modo, es el precio que se elige para un producto o servicio y que está relacionado con lo que ha costado fabricarlo (materiales), producirlo y que resulte rentable.
Por ejemplo, imagínate que tienes un perfume. Este ha costado mano de obra, materias primas y además necesitas sacar un beneficio. Así que decides que su precio bruto sea de 9 euros. Sin embargo, este puede no ser el precio real, sino que es el que tiene antes de tener que sumarle el IVA, o de aplicarle retenciones.
Realmente, en las facturas, cuando te dan la base, es realmente el precio que ellos reciben, porque el IVA y otros impuestos o retenciones que han de aplicar en realidad lo que hacen es recaudarlo para ingresarlo después a Hacienda.
Qué es el importe neto
Dejando claro el importe bruto, pasemos ahora al importe neto. Este es también conocido como precio neto o valor neto. En realidad, se trata del valor que tiene ese producto aplicándole las retenciones e impuestos obligatorios, de tal forma que es el precio final por el que un cliente va a tener que pagar por ese producto o servicio.
Por ejemplo, ¿recuerdas alguna web que te ponga los precios sin IVA? En este caso, los precios son «brutos». Pero a la hora de formalizar el pedido, han de aplicar los impuestos correspondientes, de tal forma que lo que se paga al final (quitando los gastos de envío) sería el precio final de ese producto.
Vamos con el ejemplo anterior del perfume. Como te hemos dicho, el importe bruto es de 9 euros. Sin embargo, al ser un producto, lleva un IVA. En este caso es el 21%. Eso quiere decir que, a los 9 euros hay que sumarle el 21% de esos 9 euros. Lo que equivale a 1,89 euros más. Es decir, lo que tú vas a pagar por ese perfume no son 9 euros, sino 9 + 1,89, 10,89 euros. Más los gastos de envío si hay.
Qué impuestos se deben aplicar para sacar el importe neto
Una de las dudas que puedes tener es sobre el tipo de impuestos o de retenciones que hay que aplicar al importe bruto para obtener el neto. Los más habituales son los siguientes:
- IVA: Puede ser del 4, 10 o 21%. Si bien lo normal es este último, hay productos y servicios que pueden llevar los dos primeros. Incluso hay algunos que están exentos de IVA.
- IRPF: Entra en juego normalmente en el caso de autónomos, ya que tienen que retener una parte que después se ingresa en Hacienda.
- Descuentos: Por ejemplo si quieres hacer un descuento en ese producto. Este se restaría del precio bruto.
- Otros impuestos: Si bien no suele ser habitual, en algunos negocios sí puedes encontrarte con que deben sumar al precio del producto un extra. Por ejemplo, en el caso del canon digital, la tasa por realización de obras, licencias…
Diferencia entre importe bruto y neto
Con los dos términos ya entendidos, es posible que sepas cuál es la diferencia entre importe bruto y neto. Sin embargo, queremos simplificártelo todo y dejarte bien claro para que no tengas dudas a la hora de enfrentarte a un precio bruto o neto.
La diferencia principal y más importante entre estos dos valores está en el concepto de cada uno de ellos:
El importe bruto es el valor que el vendedor da a su producto o servicio, teniendo en cuenta lo que le ha costado hacerlo y el beneficio que quiere sacar.
El importe neto es el valor que el cliente paga tras tener que agregarle o restarle los impuestos, descuentos, retenciones o cualquier otro importe que influya directamente en el valor bruto del producto o servicio.
Como ves, la diferencia entre importe bruto y neto no es difícil de entender y así sabrás, cuando te presenten un presupuesto, una factura o incluso tu nómina, qué valor es el que cobras “bruto” y cuál es el que de verdad pagas, que sería el “neto”. ¿Te han quedado dudas? Déjalas en comentarios.