Depósitos vinculados a la bolsa, ¿son beneficiosos?

depósitos ligados a la bolsa

Hay muchas formas de estar invertido en la bolsa, incluyendo los depósitos. A través de estrategias más agresivas, o bien con modelos defensivos que tienen como objetivo preservar los ahorros. El dinamismo de los mercados financieros ha propiciado que vayan apareciendo nuevos productos que tengan a la renta variable en el punto de mira. Baja mecánicas de operación completamente diferentes, que hasta te harán dudar de sus verdaderas intenciones.

Uno de los formatos más característicos que han llegado durante los últimos años son los depósitos estructurados. Y muy concretamente los depósitos que están referenciados a la bolsa. Los estructurados son unos diseños que basan su estrategia en combinar dos productos. Por un lado, integrado en la renta fija tradicional, y por otra parte, con uno de los productos referenciados a valores o índices bursátiles.

Una mezcla que puede mejorar sensiblemente la remuneración de las imposiciones que vienen comercializando los bancos hasta ahora. No en vano, el tipo de interés que aplican no excede del 0,5% en la mayoría de los casos. Como consecuencia de la decisión del Banco Central Europeo (BCE) de abaratar el precio del dinero. Y que le ha llevado a un histórico 0%. Algo sin precedentes en la historia de la zona euro.

Depósitos muy poco rentables

interés de los depósitos

Esta decisión comunitaria he generado que los depósitos a plazo sean distribuidos entre los ahorradores con un rendimiento claramente insuficiente, no más allá del 0,75%. Para superar estos deficientes niveles no habrá más remedio que emprender una serie de actuaciones. Una de ellas pasa por alargar los plazos de permanencia de estos productos bancarios. Hasta 2 o 3 años en que habrá que tener paralizado el dinero invertido. Con una recompensa no muy satisfactoria, ya que solamente mejorará los márgenes en unas pocas décimas porcentuales.

Otra de las estrategias pasa necesariamente por acudir a las promociones para nuevos clientes como fórmula para incentivar el pago a los impositores. Será más satisfactoria ya que elevará su rentabilidad hasta cerca del 1%. Aunque con el inconveniente que serán unos depósitos muy cortos. Con un plazo que oscila entre 1 y 6 meses, y sin la posibilidad de renovarlos a su vencimiento.

Y una tercera alternativa, quizás la más rentable, es la que se refiere a la vinculación de los depósitos a la renta variable en general. Como consecuencia de esta singular estrategia de inversión puede mejorarse sustancialmente los tipos de interés. Hasta superar con creces la barrera del 2%. Pero claro está, a cambio de reunir una serie de características. No en vano, serán obligatorias para alcanzar los objetivos.

Se consigue a través de los denominados depósitos estructurados. Están siendo impulsados con gran determinación por parte de las entidades bancarias para captar el ahorro de sus clientes. Con muchos modelos, entre los que incluyen los ligados a otros activos financieros (divisas, materias primas, metales preciosos, etc.). No hay límites en cuanto a la extensión de sus mercados, tal y como puedes comprobar.

Requisitos para alcanzar las metas

A través de estas imposiciones a plazo ligadas a la bolsa mejorarás el rendimiento de tus ahorros. Se compone de una parte procedente de la renta fija que te dará un interés mínimo aunque garantizado. En torno al 0,50%, que siempre recibirás en tu cuenta corriente a su vencimiento. Y la otra parte de la inversión es la que estará vinculada a la renta variable. Por medio de una cesta de acciones que son las que puedan incrementar la rentabilidad final del producto.

Para mejorar la rentabilidad será completamente necesario que la cesta de acciones superen unos objetivos mínimos en la cotización de sus precios. No siempre se da este escenario, incluso puede ser muy difícil de lograrlo. Pero si se bate es cuando estarás en condiciones de conseguir un rendimiento más importante del depósito, que puede incluso superar los niveles del 5%.

De no conseguirse, no te preocupes en exceso, ya que tendrás garantizada tus aportaciones monetarias, y en su totalidad. Con un mínimo rendimiento como consecuencia de la parte que va a la renta fija. Otra de las principales características de este singular producto para el ahorro es que dispone de un plazo de permanencia más alto que los restantes modelos. Puede llegar a los 3 años, incluso más en determinadas ocasiones.

¿Cómo son los depósitos estructurados?

Una de las principales aportaciones consiste en que puede referenciarse a toda clase de activos financieros. Aunque predomina la vinculación a las bolsas, tanto nacionales como fuera de nuestras fronteras. Es muy frecuente encontrarse con algunos modelos que están ligados a los más representativos índices bursátiles: Ibex-35, Eurostoxx-50, Dax, Dow Jones, Nasdaq Composite o Nikkei, entre los más conocidos por los pequeños y medianos inversores.

Como comprobarás, puedes contratarlos en función de tus preferencias de los inversores, o de la evolución de los mismos. Unos están confeccionados especialmente para perfiles conservadores, mientras que otros apuntan hacia los inversores más agresivos, que implica un cierto riesgo en su contratación. Esta diversidad en la oferta conlleva que puedas elegir entre infinidad de depósitos estructurados. En donde casi siempre están presentes los grandes valores de la bolsa nacional (Endesa, Iberdrola, BBVA, Santander y Telefónica).

También puedes inclinarte por los valores foráneos que cotizan en las plazas internacionales más selectivas. Se trata generalmente de empresas de gran relieve empresarial, y que mantienen una alta capitalización. No en vano, son el punto de referencia para todos los inversores, y de las que probablemente optarías si fueses a operar directamente en los mercados de renta variable.

La estrategia de estos productos bancarios se basa en que toma una cesta de acciones como punto de referencia de la inversión. Para que de esta forma se genera una mayor diversificación en el modelo elegido. ¿Qué estarás consiguiendo con esta fórmula? Pues muy sencillo, ante todo proteger el dinero procedente de los ahorros. Y de forma secundaria, ampliar tu marco dentro de la renta variable.

Las metas que alcanzarás

objetivos

Si eliges este modelo de ahorro no cabe duda que habrás variado tus planteamientos hasta llevarlos alejados de lo que son las imposiciones más o menos convencionales. Para a partir de este instante, importar una serie de aportaciones que serán muy convenientes que conozcas. Son las siguientes que te exponemos a continuación.

  1. No arriesgarás nunca tu dinero ya que estará garantizado desde el principio, con un rendimiento mínimo que también estará asegurado. No es un producto, por tanto, generador de ciertos riesgos como puede entenderse al principio.
  2. Puedes invertir el capital que prefieras en función de tu perfil como ahorrador. Estos depósitos a plazo pueden suscribirse desde importes módicos para todas las economías domésticas, y hasta un máximo que vendrá impuesto por las condiciones de cada modelo.
  3. Se trata de una forma de inversión muy especial, ya que abres posiciones en la renta variable pero sin exponerte directamente. De esta forma, no tendrás pérdidas bajo ninguna de las circunstancias.
  4. Son los ahorradores más defensivos los más proclives a desarrollar estas actuaciones, para tratar de mejorar sus pequeños márgenes de rendimiento a través de una cesta de acciones de la renta variable.
  5. Cuentan con unos plazos de permanencia muy elevados en todos los casos. En dónde será necesario que te plantees si realmente te merece la pena suscribir esta clase de productos bancarios.
  6. Estos depósitos a plazo no solamente están vinculados a la renta variable tradicional, es decir, en la bolsa. También a otros mercados financieros, que van desde las divisas hasta los metales precioso. Con pocas excepciones.
  7. Esta alternativa se basa en mezclar una parte en la renta fija clásica y la otra restante en la variable. En donde el cómputo general será el que determine la recompensa de estos productos bancarios.

¿Para quienes están dirigidos?

perfil de inversión

Los destinatarios de estas imposiciones tan especiales no son otros que los inversores de perfil más conservador. No desean exponerse a las turbulencias de los mercados financieros y optan por estos modelos tan seguros. Solamente recogerán unos pequeños beneficios de la favorable evolución en bolsa de los valores guardados en la cesta seleccionada desde la imposición a plazo.

Esta alternativa puede formalizarse desde cantidades bastantes módicas para todos los ahorradores. Y como consecuencia de ello, conformar una exposición muy leve en los mercados de renta variable. Puedes contratar valores, pero también índices, sectores o hasta áreas geográficas en esta apuesta por estos activos financieros. En cualquier caso, olvídate de ganar rendimientos de dos dígitos como si fuesen los mercados bursátiles.

Las propuestas que recibes de los bancos son menores que hasta unos pocos años. En efecto, pero a pesar de todo todavía cuentas con modelos que importan esta singular característica. Solamente tendrás que decantarse por los que mejor se adapten al perfil que presentes como pequeño ahorrador, y esperar a obtener la rentabilidad máxima. Es a lo más alto a lo que puedes llegar en esta clase de productos bancarios.

Inconvenientes en su contratación

Entre los principales defectos que presenta este modelo de ahorro destaca el poco provecho que puedes sacarle a la renta variable, fuese cual fuese su composición. Sin apenas variaciones entre unos formatos y otros. El aliciente en este sentido es prácticamente mínimo. No en vano, y aunque parezca lo contrario, no estás ante un producto de la renta variable. Sino que solamente le sirve de apoyo para elevar su rendimiento anual. Nada más.

Su remuneración, por otra parte, la cobrarás siempre a su vencimiento, y que irá a parar directamente a tu cuenta corriente. Si estás en la creencia que la bolsa va a subir en los próximos meses es mucho más aconsejable que optes por otros productos de la renta variable, pero que lo hacen directamente.


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