¿Cómo puedes evitar una mala operación en bolsa?

gestión en cada operación en bolsa

Las órdenes de venta en los mercados bursátiles es una de las más importantes que puedes aplicar en cualquier momento y situación. No en vano, será la que determine realmente el éxito o no de la operación, incluso la que cuantifique el nivel de plusvalías que puedas obtener en cada uno de los movimientos realizados en la renta variable. De ahí que tenga que partir de una decisión muy reflexionada, y que no sea producto de la improvisación, ya que serán muchos los euros que estarán en juego.

Además, las ventas de acciones determinarán el límite entre lo que es una buena y pésima operación, y que se aplicará en función de muchas variables. No solamente derivadas de las condiciones de los mercados financieros, sino también del perfil que presentes como pequeño y mediano inversor. Tendrás que plantearte unos objetivos, y en función de ellos, formalizar la venta conforme a las perspectivas creadas desde el principio. Sin desviarte en el cumplimiento de tus objetivos.

Si no quieres arrepentirte de haber tomado posiciones en la bolsa, deberás evitar por todos los medios materializar una mala venta. Y que en muchos casos procede de no saber vender a tiempo. En este sentido, es muy práctico que apliques un viejo refrán que los inversores más experimentados casi siempre cumplen con exquisita disciplina y mejores rendimientos. Y que alude “a que el último euro se lo lleve otro”. No lo dudes, haz caso a este consejo, porque te será de mucha efectividad durante tu vida como inversor.

Todo lo que no debes hacer

Hay ciertas cosas que no debes realizar nunca en la bolsa, ya que los efectos sobre el saldo de la cuenta corrientes pueden tener unos efectos muy negativos, y hasta pierdas una parte muy importante del patrimonio. Especialmente debes evitar a toda costa quedarte enganchado en los mercados. Se trata de un escenario ciertamente habitual, en donde los precios de tus inversiones están muy alejados de la compra realizada. Un cambio de tendencia, cualquier noticia desfavorable, o un entorno económico excesivamente negativo puede desencadenarlo.

Cuando te ocurran estas situaciones, deberás actuar con mucha sangre fría, y no dejarte llevar por el pánico. Los efectos puedes ser aún más negativos. Desde luego que no será conveniente que formalices las ventas, ni siquiera de forma parcial. Ya que si es así, lo que estarás incurriendo es en una pésima venta. Y con toda seguridad que dejándote muchos euros por el camino. Bajo ninguna circunstancia debes evitar llegar a estos niveles en la cotización de las acciones. Incluso será muy útil que apliques una orden de limitación de pérdidas para proteger tu cartera de inversión.

Otro de los escenarios en donde debes protegerte es cuando se desarrollan fuertes correcciones en el precio de tus acciones. Tampoco será conveniente que las vendas a tan bajos precios. Es cierto que todavía pueden perder más valor en los mercados financieros, pero lo más probable es que se produzcan robustos rebotes que den consistencia a la cotización. Nada, ni menos las acciones, suben o bajan eternamente. Te deberás llevar por sus ciclos en la configuración de sus precios. Sin vender las acciones en mínimos anuales.

Asimismo, y aun estando en posiciones ganadoras en la bolsa, – si el valor está en tendencia alcista – no deberás ejercer tampoco la venta bajo ningún aspecto. Te estarás perdiendo posibles alzas en su cotización que te llevarían a incrementar el patrimonio en un plazo de tiempo no excesivamente elevado. Y más aún, si se desarrolla bajo un canal de subida libre. Sin lugar a dudas el escenario más favorable para tus intereses como inversor.

No esperar a vender los títulos cuando el valor esté sumergido en un proceso bajista que puede llevar a sus precios a mínimos históricos. Y qué repasando la historia más reciente de la bolsa española muestra como varias compañías han mostrado esta tendencia. Incluso con la posibilidad real de perder todos los ahorros, como en los casos de Terra, La Seda de Barcelona o Sniace, entre los más representativos.

El objetivo principal de los pequeños inversores será no llegar a estas situaciones tan desagradables, y que les pueden hacer desconfiar de los mercados de renta variable. Dejándolos para mucho tiempo. Una moraleja que puede sacarse de estas situaciones es que si no confías en una compañía, mejor será que desistas de tomar posiciones en ella. O quizás te veas abocado a deshacerte de sus acciones de la forma menos correcta posible. Es decir, con pérdidas muy cuantiosas.

Períodos del año para no vender

navidad: buen momento para invertir

Otra de las estrategias, esta vez menos convencional, pasa por que evites formalizar una mala operación bursátil en función de la época del año. Si, has leído bien, mirando el calendario. Aunque te extrañe al principio, pueden ser más favorables unos períodos que otros. Desde este escenario, no deberás realizarlo durante las fiestas navideñas. El motivo es bien sencillo, ya que en estas semanas se desarrolla con cierta regularidad lo que se denomina como rally de Navidad. Y en donde se producen importantes revalorizaciones en las bolsas de todo el mundo, casi sin excepción. No será momento oportuno para impulsar las ventas.

Según varios estudios aportados por importantes analistas financieros hay una época del año en donde la tendencia alcista se impone claramente sobre la bajista. Corresponde al primer y último trimestre del año. Ante este escenario que se repite muchos años, la posición tuya debe ser la de abstenerte de realizar cualquier clase de venta en estos períodos. A no ser que se produzcan acontecimientos especiales de singular incidencia que precipiten la operación.

Por último, no debes desaprovechar la ocasión en donde las autoridades económicas impulsan medidas para el crecimiento global (bajada de tipos de interés, políticas monetarias, etc.). Y que son saludadas por los mercados de renta variable con importantes alzas, que incluso pueden durar varias sesiones bursátiles. Siendo, por otro lado, los períodos más fructíferos para rentabilizar los ahorros, ya que la rentabilidad de las acciones pueden dispararse hasta un 10%, incluso más en los momentos de mayor euforia.

¿Cómo prevenir una mala operación?

errores que se cometen en bolsa

En bastantes ocasiones pueden evitarse estas situaciones, y que el precio de las acciones no caigan con especial virulencia. Un método muy fiable consiste en no vender las acciones cuando éstas han roto alguna resistencia en su cotización. Cuando esto ocurre – con gran frecuencia -, será señal inequívoca que la tendencia alcista se mantendrá durante las próximas semanas. Con nuevas revalorizaciones que podrían dar mayor consistencia a tu cartera de valores.

Igualmente el cambio de tendencia, pasando de bajista (o lateral) a alcista será un motivo más que suficiente para que no tengas que vender las acciones. Ni tan siquiera si las tienes en terreno positivo, es decir, con plusvalías latentes. A no ser que quieras detener el impulso que se va a desarrollar en los mercados de renta variable como consecuencia de esta sensible variación en la tendencia general de los precios.

Una estrategia ciertamente original para conseguir los objetivos se basa en no vender nunca las acciones en los días previos al pago de dividendos a los accionistas. El motivo de esta singular estrategia de inversión se debe a que en este período, raras son las ventas que se generan en los  mercados. Y aunque se descuenta el mismo día de su abono, normalmente el valor recupera sus precios en pocos días, por lo cual tampoco es un buen momento para vender.

¿A qué conducen estas operaciones?

efectos que genera una mala operación en bolsa

El advenimiento de estos escenarios genera unos serios problemas a los que deberás enfrentarte, y cuanto antes mejor. Siempre será mejor perder un 2% o 3% sobre el capital invertido, que dejarte la mitad de los ahorros en una operación bursátil, tal y como le han pasado a algunos minoristas en los últimos años.

Por otra parte, siempre tendrán mayores defensas las personas que dispongan de un mayor patrimonio para proteger sus inversiones. No en vano, tendrán el tiempo a su favor, ya que en caso de que la inversión no se desarrolle por los cauces previstos, siempre podrán esperar a que la cotización de su valor pueda recuperar el precio de compra, y de esta forma no sufrir minusvalías en su operación bursátil.

Otro de los efectos que puede generarse es, que ante la necesidad de hacer frente a algunos gastos (el colegio de los niños, los recibos domésticos, la devolución del préstamo, o sencillamente afrontar un pago no previsto), tengas que malvender las acciones compradas. Generalmente en la franja más baja de las cotizaciones, y que añadido a las comisiones de tus ordenes, hará que mengue el patrimonio destinado a la renta variable.

Para evitar esta grave problema tienes dos soluciones que podrás utilizar en todo momento. Por un lado, diversificando las inversiones a través de una cuidada selección de 4 o 5 valores que conforman una cartera segura y protegida. No dependiendo, en cualquier caso, de la evolución de una única propuesta. Será siempre una opción mucho más peligrosa.

Y por otra parte, dirigiendo el plazo de las operaciones al medio y largo. Será la mejor forma de anular cualquier venta no deseada que dé al traste con los deseos iniciales de rentabilizar los ahorros, incluso con la opción de ir cobrando todos los años un alto dividendo, en torno al 8%. Que podrás utilizarlo para dotar de liquidez a tu cuenta corriente, afrontando algunos de los gastos más urgentes que te esperan durante los próximos meses.

Si haces caso a estos consejos, seguramente que a partir de la próxima operación en los mercados las probabilidades para que desarrolles una mala operación se reduzcan sensiblemente.


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