Capex

Qué es CAPEX

Dentro de los indicadores económicos más importantes para las empresas, el CAPEX ocupa uno de los lugares privilegiados. Y lo hace debido a que está muy relacionado con la vida de la empresa, es decir, si está sana o no, si tiene futuro o se están estancando.

Pero, ¿qué es el CAPEX? ¿Existen varios tipos? ¿Cómo se calcula? A continuación te hacemos un repaso sobre este indicador y todo lo que tienes que saber sobre él.

Qué es CAPEX

Qué es CAPEX

El CAPEX en realidad son las siglas del «capital expenditure», o en español, «gasto en capital». Así, se entiende como tal la inversión que se realiza en capital, o bien en un inmovilizado fijo, para poder hacerse con un activo no corriente. También puede darse el caso de que, en lugar de adquirir ese activo no corriente, lo que se quiera es mantenerlo o bien mejorarlo.

En otras palabras, hablamos de la inversión que se necesita para poder aumentar los bienes de capital, es decir, aquellos elementos necesarios para la actividad de una empresa y para la evolución (en positivo), para que esta se haga más grande. Por ejemplo, en maquinaria, vehículos, etc.

Es por este motivo que el CAPEX es un término económico muy importante que se debe tener en cuenta debido a la información que nos da sobre la situación de la empresa y el tipo de inversión que se realiza, si esta es para mantenerse o bien está creciendo.

Tipos de CAPEX

Tipos de CAPEX

Ahora que conoces un poco el CAPEX, vamos a conocer los dos tipos de CAPEX que puedes encontrarte, basando la clasificación en el objeto de la inversión en inmovilizado. Así, según ese inmovilizado, te encontrarás con:

  • CAPEX de mantenimiento. Hablamos de la inversión que se realiza para cubrir lo que ya se tiene, a fin de reparar el deterioro y la amortización que se sufre por el uso del inmovilizado. Este CAPEX es casi obligado, ya que todo lo que utiliza la empresa irá fallando con el tiempo y destinar una determinada cantidad en el mantenimiento es algo que se realiza siempre.
  • CAPEX de expansión. También lo puedes entender como CAPEX de inversión. Y es que hablamos de un tipo de inversión en la que el objetivo que se plantea es el aumentar el nivel de la empresa, casi siempre a nivel de ventas. Para ello, se intentan adquirir nuevos activos fijos o bien mejorar lo que ya se tiene para conseguir un resultado mayor del que se tenía.

La suma de ambos podemos decir que sería realmente el total del CAPEX de una empresa.

La importancia del CAPEX

Después de todo lo que te hemos comentado sobre el CAPEX, entenderás que este es un indicador muy importante para las empresas. Y lo es porque ayuda a determinar el ciclo de vida en que la empresa se encuentra.

Para que te hagas una idea, cuando una empresa empieza a funcionar, lo normal es que el CAPEX sea muy alto, porque necesita invertir en bienes que le ayuden a iniciar y aumentar su actividad. Ahora bien, si esa empresa mantiene ese CAPEX alto, indicará que tiene un crecimiento muy rápido y, con ello, tiene que hacer frente a continuas inversiones, bien para adquirir nuevos inmovilizados, o bien para mejorar los que ya tiene.

Sin embargo, cuando el CAPEX cae, entonces se puede decir que la empresa se está estabilizando, o en otras palabras, que empieza un declive de la misma.

Por todo esto, este indicador es uno de los que los economistas más vigilan de las empresas porque les puede decir en qué estado se encuentra la empresa. Ahora bien, no quiere decir que porque tengas un CAPEX bajo quiera decir que la empresa, no sirve, puede que unas malas decisiones o un reajuste cambie la marcha del negocio. Por eso, no hay que verlo como algo único, sino como un número más de los muchos que se deben observar para tener una visión general.

CAPEX vs OPEX

CAPEX vs OPEX

Cuando se habla de CAPEX, inevitablemente también tienes que hablar de OPEX. Y es que, a pesar de que son dos cosas totalmente diferentes, su relación está tan unida entre las dos que fácilmente se puede confundir. O incluso que el CAPEX pueda transformarse en OPEX.

Pero, ¿qué es el OPEX? En realidad, hablamos de los «gastos operativos», es decir, lo que la empresa tiene que pagar para su día a día: los salarios de los trabajadores, los alquileres de las instalaciones, los suministros, servicios de luz, agua…

En otras palabras, son gastos que se tienen que hacer frente en una empresa para que esta funcione.

¿Y por qué se dice que el CAPEX y el OPEX están tan relacionados? Pues es debido a que, a veces, ciertos gastos pueden verse no solo como gastos operativos, sino que también podrían ser de capital, con lo que, a la hora de llevar la contabilidad, hay que determinar cuál es la función que tienen para destinarlos a una partida o a otra.

Cómo calcularlo

¿Quieres saber cómo calcular el CAPEX? Pues para ello la fórmula que se aplica es la siguiente:

Capex= Inmovilizado Material Neto (año t) – Inmovilizado Material Neto (t-1) + Amortizaciones (año t)

Por ejemplo, imagina que en 2020 tuviste 800 de Inmovilizado Material Neto. Y en 2019 fueron 500. Las amortizaciones este año han sido de 100.

Así, la fórmula quedaría:

CAPEX= 800 – 500 + 100

Lo que nos daría 400.

¿Es bueno que sea alto o bajo?

La duda que te puede surgir sobre el CAPEX es, ¿es bueno mucho o poco? Es decir, una vez aplicada la fórmula, ¿es bueno que la cifra sea alta o, es mejor al contrario? Pues lo cierto es que no hay una respuesta exacta que podamos darte.

En realidad, depende mucho de otros aspectos que influyen en la empresa, como pueden ser las perturbaciones, los bienes intangibles (si se incluyen o no), así como la evolución de la empresa y el propio mercado en sí mismo.

En otras palabras, no hay una respuesta acertada sobre si es bueno mucho y poco. Todo va a depender del tipo de empresa que se tenga ya que no es lo mismo una gran empresa que una local (un CAPEX bajo para una gran empresa puede ser alto para una pequeña, y al contrario).


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