Pero hay un aspecto que puede que nunca te hayas planteado. Y es el que tiene relación con la necesidad de liquidez en algún momento de tu inversión. Ante la necesidad de afrontar algún que otro gasto no previsto, cumplir con tus derechos fiscales o sencillamente para pagar alguna que otra deuda. En estos casos, ¿qué pasa realmente si tienes tus ahorros guardados en una imposición a plazo? Pues debes prestar algo de atención porque podrás tener más de un problema por la formalización de esta operación.
Desde este escenario general, debes tener en cuenta que puedes recuperar el dinero proveniente de los depósitos a plazo. Pero puede que tengan estipulados unas penalizaciones que se mueven en una horquilla que va desde el 1 % y hasta el 3 %, sobre las ganancias obtenidas. Esto en la práctica puede significar que no sea una operación rentable ya que el coste que puedes tener es muy relevante. Desde luego que es un escenario que deberás plantearte antes de contratar este producto destinado al ahorro. Algo que no siempre ocurre en las actuaciones por parte de los clientes bancarios.
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¿Qué ocurre con los pagos en especie?
En este sentido, esta clase de imposiciones es muy similar a las de pago anticipado o generadas al inicio de su formalización. En estos casos, no podrás realizar tampoco los rescates o en el mejor de los casos te lo descontarán sobre los beneficios generados hasta esos momentos. En cualquier caso, son modelos muy problemáticos y de que deberás prever lo que puede pasar con tus ahorros. Porque no lo dudes, puede tener más de una sorpresa negativa desde el momento de su contratación.
Rescates parciales y totales
Otro de los escenarios que sin duda puede presentarse es que puedas realizar rescates parciales o totales sin ninguna clase de penalizaciones y gastos en su gestión. No obstante, es muy frecuente que si haces esta operación no te quedará más remedio que negociar la rentabilidad de la imposición suscrita. Y con toda seguridad que con un tipo de interés menos al de antes. Con una bajada de unas cuantas décimas porcentuales con respecto a la propuesta original. En donde en todos los casos saldrás perdiendo porque tu remuneración será menor que antes. Hasta el punto de que darán la rentabilidad mínima.
Uno de los problemas que conlleva aplicar esta estrategia es que al final conseguirás muy poco dinero, en un producto bancario ya de por sí devaluado. Como consecuencia de que en estos momentos el precio del dinero en la zona euro está en el 0 %. Es decir, llegarás a la conclusión de que no merece la pena suscribir este producto bancario por tan débiles márgenes en la remuneración. Hasta el punto de que puedes perder poder adquisitivo debido al encarecimiento de la vida que se refleja en los precios del índice al consumo, más conocido como IPC.
Sin penalizaciones ni comisiones
Desde luego que está será una opción más favorable para tus intereses personales debido a que no perderás dinero en la operación. Sino que este movimiento se sustanciará en que tengas un tipo de interés menos competitivo que antes. Es decir, te restará unos cuantos euros a cada una de las operaciones de estas características. Pero al menos podrás cancelar el depósito con mayores garantías para afrontar las situaciones de liquidez que te surjan a partir de estos momentos. Es una de las soluciones menos malas que tienes en estos momentos.
¿Cómo afectan las penalizaciones?
Uno de los aspectos que debes valorar sobre esta clase de movimientos en los ahorros es como van a afectarte estas penalizaciones a partir de ahora. Pues bien, estas comisiones no se te aplicarán sobre el importe total de los ahorros. Desde luego que no, sino que se realizará sobre el capital que sea objeto de la cancelación anticipada. Mientras que por otra parte, no te afectará a todo el periodo de permanencia de la imposición. Muy al contrario será sobre el periodo que comprende la fecha de la cancelación y su vencimiento. El restante no tendrá que estar alterado si optas por la cancelar este producto destinado al ahorro.
En este sentido, es muy importante cuál es el plazo de permanencia elegido. Porque en efecto, puede ser de 3, 6, 12, 24 o incluso más meses. En donde no tendrá siempre el mismo efecto por las explicaciones dadas anteriormente. No en vano, no es lo mismo una cancelación de una imposición a corto plazo que las que aportan periodos por encima de 20 meses. Su variación en el tipo de interés que te darán variará sensiblemente. Por otra parte, tampoco puedes olvidar que a medida que el plazo es más largo más dificultades tendrás para realizar esta operación.
Elegir los plazos más cortos
Por otra parte, será necesario que valores si es rentable o no pagar esta comisión, ya que seguramente esta operación contable te absorba gran parte de los intereses anunciados inicialmente. Mientras que si eliges los plazos más largos siempre tendrás el serio riesgo de que puedas necesitar dinero para pagar el colegio de los niños, tus obligaciones fiscales o incluso alguna deuda pendiente ante tercera personas. Con lo que al final no tendrás otra solución que tirar de los ahorros acumulados a través de las imposiciones a plazo. Con lo que al final perderás poder adquisitivo en la formalización de esta operación de la que estamos hablando en este artículo.
Consejos ante una cancelación
Si deseas optimizar este movimiento que se reflejará en tu cuenta de resultados, nada mejor que importar una serie de pautas de actuación. Hasta el punto de que te será muy útiles si eres un usuario habitual en esta clase de productos bancarios. Como por ejemplo, en los siguientes casos que te exponemos a continuación.
- En primer lugar pasa por cerciorase realmente de la situación en que quedarían tus ahorros si tuviesen que rescatarlos.
- Conocer cuáles son las imposiciones a plazo que admiten o no su cancelación, y sobre todo bajo qué condiciones se formalizarían.
- Valorar los plazos que más te convienen para afrontar situaciones de necesidad monetaria y que por lo general afectan a los plazos más cortos, por debajo de 6 meses.
- El riesgo que puedes contraer si suscribes uno de estos productos bancarios. Desde el punto de vista de que puedas rescatarlos en un futuro no muy lejano.
- Si te conviene optar por otros modelos de inversión más flexibles que te permitan recuperar el dinero sin ninguna clase de problemas. Como por ejemplo, los fondos de inversión, tanto de renta fija como variable.
- Plantearte que a lo mejor la rentabilidad anunciada por las entidades bancarias no es al final la que vas a cobrar. Sino que será mucho menos dinero y que te hará plantearte si te conviene firmar este contrato a partir de ahora.
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