Cómo ahorrar dinero

Cómo ahorrar dinero

Cuando eres pequeño, piensas que el dinero es algo que sale de la cartilla, o de una tarjeta y que puedes tener todo el que quieras. Por eso, no entiendes cuando tus padres te empiezan a enseñar cómo ahorrar dinero. Hasta que comprendes que este “no cae de los árboles”.

Las ‘vacas flojas’ son temporadas por las que el ser humano pasa en muchas ocasiones. Y tener un colchón económico o no tenerlo puede ser la diferencia entre dormir bien por la noche o no dejar de dar vueltas para saber cómo vas a llegar a fin de mes. Si estás preocupado y quieres saber cómo ahorrar dinero, hoy vamos a hablarte de este tema de manera práctica.

Por qué ahorrar dinero

Por qué ahorrar dinero

El dinero no da la felicidad. Pero no veas cómo ayuda. Seguro que es una de las frases que has oído (sobre todo la primera). La segunda, de nuestra cosecha, es lo que piensa la casi totalidad de las personas de todo el mundo.

Y es que tener dinero te permite hacer muchas cosas. No hablamos ya de los caprichos o de darte gustos como viajes, joyas, compras materiales… sino de algo que apacigua tu mente: tener dinero para comprar todo el mes, para pagar los gastos y facturas de tu casa, coche…

Pero, ¿qué pasa si tienes suficiente para eso y el resto que consigues te lo gastas? Pues que vives de manera peligrosa. Sí, no te privas de nada, y tu dinero te permite hacer cosas divertidas. Pero el problema es que los imprevistos siempre están a la vuelta de la esquina y, cuando llegan, si no tienes algo ahorrado, puede suponer pasar una mala racha hasta saldar esos gastos.

Por eso, una de las principales razones por las que ahorrar dinero es prevenir los gastos inesperados (que el coche tenga que ir al mecánico, una baja laboral, necesitar comprar un ordenador…). Aunque no lo creas, esto es muy importante para tu salud mental ya que, sabiendo que tienes algo ahorrado, te preocuparás menos por ese problema que te ha sobrevenido.

Otra de las razones por las que ahorrar dinero es, sin duda, el que seas capaz de organizarte con tus ingresos y consumos. Si eres capaz de sacar dinero a fin de mes, aun yendo justo con los ingresos y gastos, querrá decir que vas bien, y que saber exactamente diferenciar entre lo que necesitas y lo que no. Además, eres capaz de comprar las cosas con descuentos, ofertas, etc. que te permiten obtener un ahorro (poco o mucho).

Métodos efectivos para no quedarte con los bolsillos vacíos

Métodos efectivos para no quedarte con los bolsillos vacíos

Ahora bien, ¿cómo conseguimos ahorrar? Pues una de las premisas que debes tener en cuenta es la siguiente: El dinero que forma parte del ahorro no se toca. Y un extra: el dinero del ahorro se olvida.

¿Por qué te decimos estas dos cosas? Muy sencillo, porque no puedes ahorrar y a la primera de cambio coger ese dinero para cualquier cosa. Y tampoco puedes contar con ese dinero para nada. Sencillamente porque «no está disponible».

¿Y cómo ahorro? Aquí van algunos métodos muy efectivos:

El método de la «calderilla»

Seguro que has ido a comprar y has pagado con un billete. Eso implica que te devuelvan monedas. O monedas y billetes. Si es así, cada día que llegues a casa, vacía tus bolsillos de las monedas y guárdalas. Eso es un ahorro que tienes. Solo cuando el tarro (o donde las pongas) esté lleno (y es mejor que cojas una hucha grande), podrás contarlo y ver cómo has ido ahorrando.

Al principio, puedes usarlo para darte un capricho, pero luego verás que, si lo dejas, te sentirás mucho mejor por lo que pueda pasar.

El método de los sobres

Este es uno de los más utilizados, y consiste en distribuir tus ingresos en diferentes sobres: uno para los gastos del teléfono e internet, otro para la compra… y uno para el ahorro. Y ese sobre es el que no puedes tocar (de hecho es el que deberías cerrar y guardar para olvidarte de él).

El método “de las aplicaciones”

En la era de las nuevas tecnologías, otra opción es poner en marcha alguna aplicación que te ayude a gestionar los ingresos y los gastos. Y donde el ahorro se queda en el banco (porque no gastas todo lo que cobras).

El problema es que muchas veces implica usar la tarjeta, y esta en según qué personas no es recomendable. Lo bueno es que cada vez que compres se te reflejará en la app y verás si va bien la “cuenta” o entras en “números rojos”.

Consejos para ahorrar dinero

Consejos para ahorrar dinero

Antes de terminar, queremos dejarte algunos consejos que te pueden venir muy bien a la hora de ahorrar dinero. Muchos te parecerán un hándicap, pero lo cierto es que funcionan y, aunque solo sean unos céntimos, el ahorro te permitirá tener solvencia y, sobre todo, tranquilidad. Así que échales un vistazo a todos ellos:

Ten siempre presente tu presupuesto

Pon en una columna los ingresos que tienes a lo largo de un mes. TODOS. Si cada mes es diferente, entonces tendrás que hacer tu presupuesto en cada uno. Ahora, en otra columna, coloca los gastos que vas a tener.

El objetivo es que veas lo que te sobra de ingresos. Pero, no te recomendamos que eso lo consideres como ahorro, no todavía, al menos. Destina al menos el 50% de ese sobrante a gastos imprevistos. Estos pueden ocurrir o no, nunca se sabe. La otra mitad, puedes dividirla en dos y optar por gastar una parte (para darte algún capricho), y guardar la otra como ahorro. O guardarlo todo.

A fin de mes, si no ha habido imprevistos, ese dinero que habías reservado debe ir a la columna de ahorro. Y así cada mes.

Busca las ofertas, descuentos, gangas…

Pero piensa con cabeza. A veces las ofertas no son tan buenas como se espera, o los descuentos al final salen más caros. Así que dedica tiempo a ver si realmente merece la pena, dónde comprar más barato (sin perder calidad ni poner en riesgo tu salud).

Eso sí, aunque encuentres sitios más baratos donde comprar, piensa también en el gasto que pueden suponer: transporte, tiempo… Porque a lo mejor y tampoco te compensa. En estos casos, siempre es mejor que hagas la compra “grande”, es decir, una vez a la semana, cada 15 días, o mensual. De esta forma, el ahorro será más significativo.

La tarjeta del banco es un diablo tentador

Y lo es por dos motivos: uno, que no te das cuenta de lo que estás pagando, porque das la tarjeta y piensas que no es tanto (pero luego cuando veas tu cuenta bancaria bajar o ponerse en números rojos, te dará algo); y segundo porque supone un endeudamiento, sobre todo si es una tarjeta de crédito donde se van acumulando los gastos y luego pasan a cobrarlos todos juntos.

Así que, en la medida de lo posible, intenta pagar siempre al contado. Es la forma más sencilla de llevar todos tus gastos a rajatabla.


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