Mucho se está hablando estos días sobre las fuertes caídas de la renta variable en España como consecuencia de la decisión de Gran Bretaña de abandonar la Unión Europea (UE). Pero no tanto sobre las repercusiones, directas e indirectas, que esta medida tendrá sobre España y la vida de los españoles. Algo completamente normal en un mundo globalizado como el actual, en dónde las relaciones económicas tienden a enlazarse con mayor frecuencia.
Por lo pronto, son miles y miles de ahorradores los que se han dejado por el camino buena parte del capital invertido en los productos financieros. No solamente en bolsa, sino en otros que pueden quedar más olvidados, y que puede que hasta sus titulares desconozcan sus consecuencias reales. No referimos en especial a los fondos de inversión, que son utilizados por los españoles para concentrar sus ahorros, ante la falta de alternativas que ofrece los principales productos destinados para el ahorro (depósitos a plazo, pagarés bancarios, etc.). Y que en su conjunto raramente exceden de la barrera del 0,50% que proporcionan a sus demandantes.
Los planes de pensiones son otros de los grandes damnificados de esta debacle en la bolsa española, y por extensión en la europea y mundial. Muchos de estos productos financieros basan su cartera de inversión en la renta variable, especialmente en los formatos más agresivos. Y que ante esta difícil situación habrá visto cómo sus ahorros de toda la vida se han mermado como en pocas ocasiones. En algunos casos de una forma virulenta, e inusual en cualquier caso. Como consecuencia de ellos, los ahorradores dispondrán menos dinero en estos productos.
Efectos sobre la economía en general
En un plano más elevado y decisivo, uno de los aspectos que más preocupan a los ciudadanos es cómo les va a afectar la salida británica de las instituciones comunitarias en su día a día. Seguramente será uno de los pensamientos que tienes durante estos días. No tanto como predicen algunas informaciones alarmistas, pero desde luego que no saldrán ilesos de este choque de trenes en el viejo continente. Y que tendrá en el empleo su mayor exponente en cuando a los efectos que generará esta controvertida decisión salida en el referéndum.
Para empezar, varias agencias de calificación de gran prestigio ya han advertido que el Brexit supondrá un recorte en torno al medio punto porcentual sobre el crecimiento económico para el próximo año. Actualmente las previsiones del gobierno están sobre el 2,7% que mostrará el Producto Interior Bruto (PBI) para el próximo ejercicio. En cualquier caso, no tendrá ninguna incidencia, o será muy poca, para este ejercicio en curso, tal y como ha declarado el Ministro de Economía, Luis de Guindos.
¿Este que quiere decir? Pues que los efectos en la economía española serán más palpables a partir del próximo año, y con la excepción del turismo como podrás comprobar más adelante en este artículo. La contracción, aunque ligera, del PIB tendrá efectos sobre el empleo, financiación pública, y hasta en la política de ajuste de los salarios de los trabajadores. Aunque todos los economistas apuntan a que desviación de medio punto en el crecimiento no es muy llamativa como para que afecte de forma muy especial entre la población.
El primer efecto será sobre el turismo
No cabe duda que la primera repercusión que tendrá la salida británica será en el turismo, y desde este mismo verano. El motivo se debe a que la libra esterlina se devaluará notablemente con respecto a nuestra moneda, el euro. Y como consecuencia de ello, el flujo de turistas ingles a nuestros destinos descenderá de forma muy importante, y a partir de este mismo mes. Los últimos datos del sector apuntan a que seis millones de turistas visitaron durante el último año nuestro país. Serán, por tanto, muchos menos los millones de euros que se recauden por este concepto. Afectando a todas las empresas del sector turístico (hoteles, restaurantes, bares, discotecas, alquiler de automóviles, ocio, etc.).
Ante la ausencia de estos clientes, muchas de estas empresas no tendrán más remedio que disminuir su producción, reducir servicios, y en algún que otro caso, hasta el cierre del negocio (en los destinos turísticos de costa o insulares). Y todo ello acarreará que se necesite menos personal, con lo que las contrataciones en este segmento empresarial serán más bajas a partir de ahora. No en vano, tendrá repercusión directa sobre el índice de empleo, que bajará varias décimas como consecuencia inmediata de la incidencia del Brexit en el turismo.
Cabe recordar que el turismo británico es el primer emisor de visitantes que se dirigen a España, según los últimos datos facilitados por el Ministerio de Economía. Por encima de franceses, alemanes e italianos. Desde esta perspectiva va a afectar mucho a la actividad económica de España. Además, el Estado recaudará menos dinero por esta actividad, afectando a otras partidas incluidas en los Presupuestos Generales del Estado.
España: menores exportaciones
Otro de los grandes perdedores de esta dura batalla económica serán las empresas que tengan intereses en el Reino Unido. Por un lado a través de sus exportaciones y que reflejarán la nueva realidad en los mapas geográficos. Eliminación de personal, reducción de sus beneficios y un mayor ajuste en sus presupuestos serán una de las consecuencias más directas sobre la implantación de esta medida.
No estarán libres las empresas que cotizan en el índice selectivo español, sino todo lo contrario. Las más expuestas a la economía inglesa serán las más castigadas por los mercados financieros, tal y como se desarrolló durante la jornada del pasado Viernes Negro de la bolsa. Banco Santander, Sabadell, Ferrovial, Iberdrola o Telefónica serán algunas de las más damnificadas por este acontecimiento. Con comportamientos en su cotización peores que sus compañeros de la renta variable. Y que en cualquier caso, serán los más peligros para abrir posiciones en los mercados a partir de estos momentos.
Atonía en el mercado inmobiliario
Este sector tan íntimamente ligado al ladrillo sufrirá los efectos de esta decisión. Al perder peso específico la libra con respecto al euro, no serán pocos los usuarios británicos que reduzcan sus posicione en el mercado inmobiliario, en especial el que tiene como punto de referencia el segmento vacacional. No hay que olvidar que el mercado inglés es el más activo para buscar en España su segunda residencia.
Como consecuencia de esta tendencia habrá menos actividad en el sector. Los efectos son bien claros, menos trabajo y descenso en los beneficios de las empresa que se dedican a esta importante actividad económica. Y por otra parte, tan ligada al crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB), que podrá caer en unas cuantas décimas a partir del segundo semestre de 2016. Siendo otro de los factores que puede deteriorar la economía española desde estos planteamientos.
Elevación de la prima de riesgo
Parecía olvidado este problema, pero este pasado viernes, a las brutales caídas en los mercados de renta variable, se le añadía el repunte en la prima de riesgo. Llegando a niveles de 170 puntos, y en cualquier caso, no vistos durante los dos últimos años. Esta tendencia puede ser muy perniciosa sobre la economía nacional. Basta comprobar lo que pasó hace cuatro años para darse cuenta de la gravedad que pueda elevarse nuevamente este importante dato macroeconómico.
Su agravamiento produciría, entre otras cosas, que las dificultades para financiarse sean mayores. O dicho en otras palabras, tendrían un coste más exigente al aplicarse un tipo de interés más elevado. Este efecto tendría una repercusión directa los gastos del Estado, que serían más expansivos. Con la posibilidad que se recortasen de otras partidas más vinculadas con los ciudadanos: sanidad, prestaciones sociales o gastos educativos.
De incrementarse el diferencial con el bono alemán, que es exactamente lo que es la prima de riesgo se correría el riesgo de elevar los impuestos. Bien de forma directa, a través del IVA o el impuesto sobre la declaración de las personas físicas (IRPF), o indirectamente, y en función del gobierno que se formase tras las elecciones generales celebradas este domingo.
Efecto domino sobre otros países
No obstante, el mayor peligro para los intereses de España será que este proceso de separación alcanzase a otras naciones comunitarias: Francia, Dinamarca, Holanda, Suecia o Italia. Y en cuyo caso, el proceso de expansión europea se iría al garete definitivamente. Y con unos efectos nefastos para todos los ciudadanos españoles. Asimismo, España perdería un importante aliado de cara al establecimiento del Tratado Transatlántico para el comercio y la inversión, conocido por sus siglas: TTIP.
Y por último, un aspecto meramente contable, pero de gran relevancia para el desarrollo de un país. No es otra que la menor financiación que dispondrá la Unión Europea, ante la ausencia británica, que se trasladará a los intereses nacionales, ya que contaría con menos ayudas a diversas actividades productivas, y de gran importancia para el crecimiento económico.
Todos estos factores pueden llevar a que la bolsa española vuelva a tener depreciaciones de gran calado en los próximos días. Y que podrían desarrollarse con la aparición de algún repunte que otro en los precios que pudiese llamar la atención de los usuarios bursátiles. Hasta el punto de animarles a entrar en los mercados, aprovechando el bajo precio de las acciones.
Aunque en último caso habrá que esperar a que pasen unos cuantos meses para calibrar las repercusiones que tendrá esta medida aprobada por el pueblo inglés el pasado viernes. No descartándose ninguna posibilidad sobre sus posibles efectos.