Los buenos dividendos nos ofrecen estabilidad e ingresos ajustados al riesgo, quizás no serán tan emocionantes como la Altcoin que te genera un 10% en un solo día, pero también son interesantes. Actualmente, la diferencia entre la rentabilidad por dividendo del S&P 500 y los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años se encuentra en su nivel más alto en dos décadas. Esto nos indica que estos valores pueden estar próximos a batir estas rentabilidades. Por tanto, vamos a enseñaros cómo encontrar acciones que nos ofrezcan rentabilidades a prueba de balas (digo, de la inflación) en base a modelos de negocio defensivos.
¿Qué hay que tener en cuenta a la hora de buscar rentabilidad por dividendos?
Lo primero y más esencial es buscar acciones que puedan mantener dichos dividendos. Es decir, debemos buscar empresas que no financien sus dividendos en base a endeudarse o en sacrificar inversiones esenciales para el crecimiento del capital. Las características de estas empresas son las que tienen grandes flujos de caja libre (FCF) y a su vez gozan de una alta conversión de beneficios en efectivo. Estas son las que suelen mostrar una mayor calidad en sus beneficios y, por tanto, son más capaces de mantener y aumentar los pagos de dividendos a largo plazo. Seguidamente debemos fijarnos en que estos dividendos sean sostenibles mientras la dirección de la empresa este dispuesta a mantenerlos. Por tanto, debemos buscar empresas que tengan un historial constante de pagos de dividendos, incluso durante ciclos económicos complicados. Esto se debe a que las empresas que tienen una política de asignación de capital y un programa de devolución bien definido suelen ser las más estrictas a la hora de gastar su capital. Finalmente, no solo debemos fijarnos en que la rentabilidad de los dividendos sea atractiva, la revalorización del capital también es importante. Esto se debe a que hay muchas empresas que reparten buenos dividendos porque sus expectativas de crecimiento son bajas, mientras que otras son muy cíclicas y pagan buenos dividendos para compensar a los accionistas por el riesgo de que la situación empeore. Por tanto, debemos buscar empresas que gozen de un crecimiento defensivo y a su vez que tengan una baja correlación con los mercados.
¿Dónde encontrar este tipo de acciones?
1. El sector energético
Acciones del sector energético, y más en concreto las del sector petrolero y del gas, tienen algunas de las rentabilidades por dividendo más altas debido a su fuerte generación de efectivo y la falta de oportunidades de inversión de alta rentabilidad. Estas empresas suelen ofrecer buenos resultados cuando la economía es fuerte, pero más débiles en entornos de recesión. Sin contar que la transición energética hacia fuentes renovables es una gran amenaza a largo plazo para este sector, pero en el corto plazo aun gozan de una fuerte demanda. Además, la reapertura de China presionará al alza la demanda de petróleo y gas y, por consiguiente, los precios de ambas materias primas.
2. Sociedades limitadas maestras (MLP) y sociedades que cotizan en bolsa (PTP) de Midstream.
Este tipo de empresas se pueden permitir repartir buenos dividendos gracias a su estructura fiscal, dado que reducen sus obligaciones tributarias en efectivo en Estados Unidos. Las empresas de «Midstream» (si os suena a chino, os lo explicamos en este detallado artículo sobre la industria del petróleo) son aquellas que son propietarias de la infraestructura energética que conecta las empresas de «Upstream» con las de «Downstream». Esencialmente, no producen ni petróleo ni gas, pero participan en la logística, tales como la recogida, el procesamiento, el transporte y almacenamiento de ambas materias primas. A diferencia de las empresas energéticas, sus ingresos no dependen directamente de los precios de ambas materias primas. Estas empresas operan con modelos de negocio basados en tarifas, donde los ingresos dependen del volumen de producción. Lo bueno que tienen es que se puede obtener una visión clara de los flujos de ingresos porque los contratos son a largo plazo (de cinco a 20 años), con compromisos de volumen mínimo y tarifas vinculadas a la inflación. El crecimiento y los riesgos son similares a los del sector energético, pero sin depender de la volatilidad que supone estar vinculados a los precios del petróleo y el gas.
3. Empresas de desarrollo empresarial (BDC).
Sabemos que el ser inversores minoristas nos limita bastante a la hora de acceder a fondos de capital riesgo (VC), pero en su contrapartida, podemos invertir en empresas de desarrollo empresarial (más conocidas como BDC). Estas empresas son como fondos privados que invierten en el desarrollo y la ayuda a empresas que atraviesan dificultades financieras. Al igual que los fondos de capital riesgo, tienen un riesgo relativamente alto, tanto por el apalancamiento como por su exposición a empresas pequeñas o en dificultades. Estas empresas generan la mayor parte de sus beneficios del reembolso de los intereses de los préstamos o de revalorizaciones de sus participaciones en empresas de su cartera. Las BDC suelen pagar buenos dividendos porque son sociedades de inversión reguladas y pueden eludir el impuesto de sociedades distribuyendo cerca del 90% de sus ingresos entre sus accionistas. Estas empresas son inversiones líquidas porque cotizan en bolsa, pero sus participaciones en cartera no lo son.